La cultura y la marca se relacionan directamente. La primera es responsabilidad de RRHH; la segunda está a cargo del equipo de Marketing. Pero aún es común encontrar líderes que colocan la cultura y la marca en diferentes silos.
Esto provoca una desconexión entre cómo se comportan las em- presas por dentro (cultura) y cómo se perciben por fuera (marca), cuando lo ideal es que cultura y marca estén completamente alineadas, alimentándose de los mismos valores.
Una cultura sólida contribuye a un mayor nivel de compromiso de los colaboradores y eso impacta directamente en los resultados. Según un estudio de Gallup, los equipos altamente comprometidos generan una rentabilidad 21% mayor.
Esto prueba que el compromiso consiste en un comportamiento concreto, que genera resultados reales. Sin embargo, la desconexión entre lo que la organización vive internamente y cómo es vista desde afuera, puede impactar negativamente las relaciones con los clientes.
1. Organizar y operar: construir un sistema coherente de valores que estén alineados con todos los procesos de la empresa. Por ejemplo: si la diversidad es parte de la cultura de la empresa, deberían revisar las descripciones de los anuncios de empleo para asegurar que la forma en que son escritos y promocionados sea inclusiva, atrayendo diferentes per les y evitando estereotipos.
2. Crear el mejor Employee Experience: así como se suele hacer con la experiencia de los clientes, mejorar la experiencia de los empleados es la mejor forma de atraer y retener a los mejores talentos.
3. Darle importancia a lo pequeño: la cultura de una organización abarca todo, desde su misión y propósito hasta la manera como la gente celebra los cumpleaños del mes. Los líderes deben asegurarse de que incluso las cosas más pequeñas sean coherentes con la cultura organizacional. La cultura en acción puede ser reconocida en actitudes sencillas del día a día, como la forma de saludar, de recibir a un nuevo compañero, de apoyar a otro que necesite ayuda, de lidiar con eventuales con ictos en el equipo, entre otros ejemplos.
4. Impulsar la transformación: llevar a cabo actividades que acerquen a los colaboradores a la marca, por medio de campañas de comunicación y experiencias de inmersión. Si la marca se basa en un “excelente servicio al cliente” deberían construir procesos internos que respalden esta afirmación en la cultura organizacional, para que los colaboradores las entiendan, identifiquen y puedan brindar la experiencia prometida.
5. Construir la marca desde adentro hacia afuera: muchas organizaciones todavía creen que la “marca” es simplemente una promesa externa que no tiene nada que ver con la cultura, los procesos o su propósito. Para evitar esta desconexión es necesario reforzar el vínculo directo entre la marca y la cultura, asegurando que los colaboradores conozcan y de en- dan los valores de la empresa.
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