Calor. Enero. Vacaciones. La ida a la playa. El auto cargado con sillas, sombrilla, juegos de arena, la conservadora con algo fresco para tomar, un par de frutas, el protector solar, los libros. ¿Está todo? No. Falta el pareo, los lentes de sol, el gorro. ¿Qué más? Ah, sí, claro, el órgano artificial, la extensión mecánica del ser: el teléfono. ¿En la playa?, ¿para qué? Porque el celular, a pesar de que la arena no es su hábitat natural, puede ser un gran aliado durante los meses de veraneo. Pero para eso es importante armarlo con algunas aplicaciones que te ayuden a sacarle más jugo a la tecnología de bolsillo.