Cinco series para entender el mundo de tus hijos adolescentes

Hay cosas que nunca cambian, y hay cuestiones de la adolescencia que viven las personas de todas las generaciones. Pero hay otras que las genera cada época, y es ahí donde para un adulto se puede hacer complicado entender a su hijo o hija adolescente.

En ese sentido, la ficción puede ayudar a comprender la vida teen desde diferentes perspectivas, y las series son un buen lugar donde empezar. Así como generaciones anteriores tuvieron Gossip Girl, Glee o Beverly Hills 90210, hay algunas producciones recientes que ponen el foco en ese mundo a veces incomprensible.

Estas son algunas de ellas, a las que se suma Euphoria, estreno reciente de HBO. Hay otras que ilustran elementos de la adolescencia que son atemporales. En ese sentido, una sugerencia que se puede agregar a esta lista es la miniserie de Netflix Así nos ven, que cuenta la historia real de cinco jóvenes neoyorquinos que fueron arrestados y condenados (erróneamente) en 1989 en un caso de violación y agresión, que ilustra el riesgo de estar en el lugar equivocado cuando se está buscando algo de diversión.

 Sex Education

Esta serie británica de Netflix tiene como protagonista a Otis, un adolescente hijo de una terapeuta sexual, que se convierte en una suerte de gurú de su liceo cuando comienza a impartir algunos consejos sexuales a sus compañeros.  Sex Education refleja la incomodidad, la inexperiencia y la inseguridad adolescente, en particular a nivel sexual, reflejándolo no como un problema o un tabú, sino como una parte integral de la vida adulta a la que están ingresando. Sin ser grosera o pacata, la serie es un cambio agradable para el historial de películas en las que la vida sexual (o su ausencia) son usadas para la comedia o como fuente de drama.

Pretty Little Liars/Riverdale
 

La primera de este doblete terminó en 2017 pero sigue siendo un fenómeno gracias a su disponibilidad en Netflix. La segunda, que también puede verse allí y en el canal de cable Warner Channel, aún continúa y va por su tercera temporada. Las dos son más cercanas al drama romántico juvenil, pero tienen por debajo una trama más truculenta. En el caso de Pretty Little Liars, todo empieza con la desaparición de una adolescente, parte de un grupo de cinco amigas inseparables. Luego de eso, comienzan a llegarle a las demás mensajes en las que una figura misteriosa amenaza con revelar secretos personales. En el caso de Riverdale, basada en los cómics de la editorial Archie, los triángulos amorosos se cruzan con la muerte de un joven. Las dos series tienen puntos de contacto en la ambientación en un “pueblo chico” (con todo lo que ello implica), el peso de los secretos, y la búsqueda de aceptación adolescente.

Big Mouth

En una línea similar a la de Sex Education (pero mucho más guarra y delirante), esta serie animada de Netflix tiene como protagonistas a un grupo de adolescentes – que acaban de llegar a esa etapa de la vida – y los cambios físicos y hormonales. Enfocada principalmente en el despertar sexual y la transformación física, la serie agrega a eso capas de humor absurdo, algunos personajes fantásticos como encarnaciones físicas de la libido, adultos irresponsables y un toque de confusión adolescente genuina.

Historias de San Francisco

Mary Ann Singleton regresa a San Francisco después de 20 años y se reencuentra con su exesposo y con su hija, Shawna. Entre influencers de Instagram, hombres y mujeres transgénero, y personajes LGBTQ, Historias de San Francisco puede funcionar como guía para un espectador menos avezado en cuestiones de género para enfrentarse a una generación con menos tabúes y que pregona una mayor diversidad en líneas generales.

American Vandal

Con dos temporadas en Netflix (cada una cuenta historias independientes aunque comparten narrador), este falso documental presenta a dos liceales que buscan revelar la verdad detrás de actos de vandalismo fuera de lo común. Más allá del humor absurdo y de las locuras juveniles, la serie ilustra las relaciones sociales, la presión de las redes sociales – y el uso de estas como registro de todo lo que ocurre -, las expectativas de los padres (y como los hijos se rebelan ante ellas), la vida en un mundo digital, y los peligros que corren los adolescentes como ninguna otra.