Comer en la oscuridad: un viaje al sabor real

Dining in the Dark (Comer en la oscuridad) llega con una propuesta: comer con los ojos vendados. ¿El objetivo?  Despertar los otros sentidos que dejamos en segundo plano a la hora de la mesa.

Los estudios demuestran que para el 80% de las personas, la imagen de la comida es, muchas veces, la que define qué comemos, lo que conocemos como “comer con los ojos”.
Al suprimir este sentido, se abre paso a que el gusto, el tacto y el olfato perciban de manera amplificada lo que la comida trae para ofrecer. Olores, sonidos, texturas se transforman en los protagonistas de la experiencia de comer que se vuelve completamente nuevo.

Esta propuesta ya ha cautivado paladares en Nueva York, México y San Pablo. Este mes llega a Madrid, con uno de los públicos más exigentes en una de las capitales mundiales del sabor.

¿Dónde? Nada menos que en el elegante Espacio ABC, ubicado en el corazón del sofisticado barrio de Salamanca. Renombrado por su exclusividad su elegancia y sus propuestas originales, el Espacio ABC se une a esta iniciativa única que desafía los límites sensoriales y transporta a quienes se animen, una conexión más profunda con la comida. Las reservas son limitadas a pocos comensales, para preservar la sutileza del momento. Por eso, es imprescindible reservar con anticipación.

La comida estará a cargo de Life Gourmet, un sofisticado servicio de catering que, fusiona la mejor cocina tradicional con recetas modernas y vanguardistas. Los diferentes menús degustación son perfectos para esta experiencia sensorial. Todas las opciones tienen un costo de 45 euros.
Durante los 90 minutos que dura la cena, se sirve un delicioso y secreto menú degustación de cinco pasos. Hay tres opciones para poder satisfacer a todos los paladares, cada una se distingue por un color: el rojo es el de carnes, el azul, para los más audaces que se animan a los mariscos y el verde para quienes prefieren un menú vegetariano. Eso sí, todas las propuestas tienen en común la garantía de experimentar sabores intensos y las texturas sutiles de los mejores ingredientes de temporada.

Desde la recepción a la luz de las velas, los comensales deberán confiar en sus sentidos, a dejarse llevar por el sabor y la imaginación para explorar una nueva forma de comer. La vista cede el paso al gusto, el tacto, el olfato y hasta el oído. Para vivir esta experiencia culinaria única, hay que cumplir una regla de oro: no quitarse las vendas en ningún momento de la cena.