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¿Cómo lograr el equilibrio entre la cultura organizacional y la transformación continua?

Para gestionar exitosamente una cultura dinámica, los líderes deben lograr llegar a una zona de “común acuerdo”, donde se satisfagan tanto las necesidades de las empresas, como la de las personas
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25 de noviembre de 2021 a las 05:02

Cra. Ma. Eloísa Baldi
Manager de Auditoría de EY Uruguay 

 

La cultura organizacional es un elemento fundamental en el funcionamiento y progreso de las organizaciones. Su gestión puede ser un factor clave en el éxito o fracaso de las compañías.

En el contexto actual de cambios significativos y continuos, los responsables del gobierno corporativo se enfrentan al desafío de entender la cultura de la entidad que dirigen y servirse de ella para encontrar el camino hacia el cumplimiento de sus objetivos.

“La única constante es el cambio” (Heráclito) y la transformación digital a nivel global ha acelerado aún más los cambios en todos los ámbitos. Vivimos interconectados y con un volumen de información y datos creciente, que impacta en el desarrollo de las organizaciones y la cultura organizacional.

Para que las organizaciones prosperen, la cultura debe acompañar su transformación y es un desafío para el gobierno corporativo asistir y promover dicha evolución. Una compañía altamente digitalizada, seguramente no logre el éxito con una cultura rígida.

Las organizaciones deben aprovechar la transformación digital para construir una cultura corporativa que incremente el involucramiento de la fuerza laboral en la consecución de los objetivos de la entidad.

La pandemia de Covid 19 llevó a muchas empresas a flexibilizarse “a la fuerza”, adoptando nuevas formas y políticas de trabajo implementadas en un corto período de tiempo y quizás sin una adecuada preparación y organización.

En la actualidad, donde la situación se ha estabilizado significativamente, muchas entidades se cuestionan cómo seguir a futuro, si volver a su situación pre-pandemia, mantenerse como hasta el momento o proponer nuevas soluciones.

Esta es una instancia ideal para que las empresas demuestren la importancia que tiene la cultura organizacional, siendo una variable crítica para el éxito de la institución. En tiempos de cambios acelerados, todos los stakeholders, incluidos los trabajadores actuales y potenciales, están mirando de cerca el accionar de las empresas.

Ya no podemos concebir la cultura como una definición de valores, misión y visión y a la realización de una encuesta periódica de satisfacción…la cultura se debe sentir en el día a día de las organizaciones. El reto con la cultura es comprender qué se necesita para cambiar los patrones de comportamiento e involucrar al personal en el desarrollo de la entidad.

Para gestionar exitosamente una cultura dinámica, los líderes deben lograr llegar a una zona de “común acuerdo”, donde se satisfagan tanto las necesidades de las empresas, como la de las personas.

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Según la sexta encuesta global de EY “¿Necesita la presentación de informes empresariales un choque cultural?, los líderes financieros mundiales ven a la cultura corporativa como algo central para el crecimiento y protección del valor de la empresa, el 83% coincide en que una cultura saludable en la que los valores se vivan de manera consistente, es crítica para el fortalecimiento de las organizaciones. Pero en muchos casos, no encuentran la forma de lograr sus objetivos.

Cambiar y mantener los comportamientos cambiados requiere un diseño, una práctica y una medición más deliberada cuando no estamos físicamente juntos y la tecnología está mediando nuestras relaciones.

Entonces ¿cómo podemos estar preparados y adaptarnos a nuestra cultura a medida que surgen nuevos e inevitables desafíos? Desde EY sugerimos algunas prácticas que pueden ayudar a las organizaciones a seguir el ritmo de la evolución constante:

  • Tomar el “tone at the top” más en serio ya que los mensajes realmente importan.
  • Hacer que los encargados de áreas sean el punto central en el sostenimiento, evolución y operación de los valores a través de los comportamientos.
  • Conocer la red de influenciadores e impulsar el cambio a través de ellos.
  • Brindar flexibilidad: el que cada persona pueda manejar sus tiempos da una sensación de seguridad y confianza que afianza la relación con la empresa.
  • Lograr la cercanía con el equipo, instaurando reuniones periódicas presenciales o remotas, que permitan fortalecer el sentimiento de equipo.
  • Ser conscientes y actuar rápidamente en las cuestiones éticas y los riesgos de comportamiento.
  • Enfocar la inclusión en los comportamientos cotidianos, no solo pragmáticamente.
  • Automatizar tareas rutinarias y que no aportan valor.

 

La cultura se ha convertido en la variable crítica para separar lo bueno de las grandes empresas, mantener los talentos actuales y atraer a los futuros. Entender las necesidades de la fuerza laboral y lograr encontrar el equilibrio con los objetivos institucionales, es el gran objetivo de las compañías y base fundamental para su éxito.

                                                                                             

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