Leonardo Carreño

Con un pedido de evitar "pase de facturas", legisladores recordaron el "febrero amargo"

El 9 de febrero de 1973 el presidente colorado Juan María Bordaberry aceptaba un planteo militar y relevaba a Antonio Francese como ministro de Defensa Nacional

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09 de febrero de 2023 a las 16:48

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La Asamblea General sesionó este jueves, a instancias del Partido Colorado, para recordar los hechos del 9 febrero de 1973, conocidos como “febrero amargo” y visualizados como el primer paso del quiebre institucional que derivó en el golpe de Estado del 27 de junio de ese año.

La transmisión de la sesión se puede repasar aquí. 

El 9 de febrero de 1973 el presidente Juan María Bordaberry aceptaba un planteo militar y relevaba a Antonio Francese como ministro de Defensa Nacional. Tres días después, el mandatario terminaba aceptando todas las exigencias de las Fuerzas Armadas y se aseguraba su continuidad en el cargo tras el "Pacto de Boizo Lanza", que ponía en manos de los militares la misión de "brindarle seguridad al desarrollo nacional" y consagraba su participación en la vida política y de gobierno de país. Allí nació el Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), como "órgano asesor" del Poder Ejecutivo.

Se trata de un episodio en el que los colorados reivindican haber estado en una postura de "clara oposición", al tiempo que apuntan a la actitud que tuvieron en ese episodio el Frente Amplio y la Convención Nacional de Trabajadores (CNT).

En tal sentido, el Partido Colorado conformó un grupo de trabajo a fines de 2022 para reivindicar a algunas figuras de la colectividad que se “jugaron en la defensa de las instituciones”, según indicó el diputado Ope Pasquet. Estas incluyen el vicepresidente Jorge Sapelli, el senador Amílcar Vasconcellos y el almirante Juan José Zorrilla.

El debate parlamentario

El contenido es observado con preocupación por representantes de todos los partidos políticos. Se asume que más allá del homenaje también habrá palabras para el rol que jugó el colorado Juan María Bordaberry y el posicionamiento de algunos dirigentes y sectores de la izquierda, que simpatizaron con algunos planteos de los militares, como los comunicados 4 y 7 emitidos por el Ejército y la Fuerza Aérea.

La inquietud acerca de la calidad del debate fue motivo de conversación en la reunión de coordinación de este lunes 6 en el Senado, ya que la vicepresidenta Beatriz Argimón exhortó a los partidos políticos a que las exposiciones fueran “en el marco del respeto”.

La coordinadora de la bancada de Senadores del Frente Amplio, Liliam Kechichian, dijo a El Observador que tienen “expectativas” de que las intervenciones “aporten” y que hablaron para que “no sea un pase de facturas” aunque no hay “certeza” de que esto ocurra.

El cruce entre Frente Amplio y Partido Nacional

“Hoy tenemos la obligación de la memoria", dijo en un momento de su oratoria el senador frenteamplista Óscar Andrade. "Cuando acá se sostiene qué importante es poner arriba de la mesa a quienes dieron la vida, me sentí convocado […] Nos hincha el pecho de orgullo cuando hablamos de quienes dieron la vida”, expresó, quien además tenía puesta una remera con la frase “Todos somos familiares”.

Así, comenzó a enumerar varios nombres de detenidos desaparecidos durante la dictadura cívico-militar, encabezados por Líber Arce.

“La historia hay que contarla toda. Honor y gloria a los compañeros”, finalizó su discurso Andrade.

Enseguida después hizo uso de la palabra Federico Casaretto, del Partido Nacional, quien respondió al legislador opositor.

“El camino que recorrimos en los últimos minutos es justamente el que no tenemos que recorrer”, apuntó sobre el discurso de su par opositor.

Así, a su entender, el sentido de la convocatoria parlamentaria, después de 50 años, “no es venir a hacer un campeonato de quién tiene más caídos en las luchas por la defensa de las democracias o sus ideales”, sino que el objetivo “tiene que ser muy distinto”, sentenció.

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