El Ministerio de Desarrollo Social (Mides) tiene detectados cinco casos de covid-19 en funcionarios de las organizaciones que dirigen los recursos por convenio y ocho usuarios que también dieron positivo. Hay unas 90 personas en cuarentena luego de que se vieran afectados por los contagios dos centros nocturnos y un dispositivo para madres con hijos, donde una funcionaria fue diagnosticada. Además, 25 personas están a la espera del hisopado en los centros de aislamiento dispuestos por la cartera.
Es que a raíz de una serie de casos detectados en semanas anteriores –que derivaron en la cuarentena de unas 150 personas y en la confirmación de diez infecciones, lo que saturó los 17 cupos del refugio de aislamiento montado en el estadio Charrúa– la cartera abrió tres nuevos locales para cumplir el confinamiento: uno con módulos para 52 personas en el Prado, otro en el Centro cedido en comodato por la Intendencia de Flores con 30 plazas y un tercero en Villa García, con cupos para 60 usuarios.
En la noche del jueves, el Mides elaboró, junto a la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), un protocolo para desarrollar en detalle cómo proceder ante un caso de covid-19 positivo en un centro nocturno. Fernanda Auesperg, directora de Vulnerabilidad, explicó a El Observador que la intención fue "dejar bien en claro" el proceso, "porque se generan a nivel de los equipos muchas dudas: si a este lo tengo que aislar o a este no".
El nuevo texto establece que todos los contactos de un positivo –más de 15 minutos de convivencia a menos de dos metros del infectado– deben hacer cuarentena. De ser necesario el testeo, los funcionarios deben comunicarse con la supervisión del programa para que esta coordine con los referentes el traslado a los módulos del Prado o al estadio Charrúa según corresponda. Para los casos sospechosos, un médico de ASSE deberá evaluar los síntomas y la pertinencia de un hisopado.
"El equipo del centro tendrá que armar un listado con todas las personas que fueron contacto, distinguiendo entre quienes efectivamente están en el centro en el momento y quienes estuvieron, pero no están actualmente", dispone la circular divulgada a los trabajadores del refugio. Si los dispositivos para pasar la noche tienen la capacidad de pasarse a funcionar 24 horas, entonces la cuarentena puede realizarse dentro de ellos, la dirección del Programa Calle deberá coordinar los almuerzos.
Los usuarios de los refugios nocturnos deben salir del lugar antes de las 9 de la mañana, y circulan por la calle hasta que se habilite nuevamente la entrada para las 18 de la tarde. Por esto, desde el Sindicato Único de Trabajadores de Instituciones Gremiales y Afines (Sutiga) entienden que están "en la primera línea de batalla, como los médicos", según declaró el vocero Gastón Mercader a El Observador.
El protocolo dispone que si un miembro del personal estuvo en contacto con un caso de covid-19, hay tres posibilidades: en caso de que asegure haber usado mascarilla quirúrgica todo el tiempo y guardado los cuidados correspondientes, no se indicará cuarentena ni hisopado; en caso de que existan dudas sobre este punto, se exigirá un test a los usuarios del refugio al cabo de los siete días desde el contacto, pero no así el aislamiento; si no caben dudas de que el funcionario no usó los elementos de protección, entonces será necesario el confinamiento y el hisopado.
Por otro lado, en el caso de que uno de los indigentes se retire del refugio en que se está haciendo cuarentena, el personal deberá alertar a Puerta de Entrada, ley de Faltas, Captación y Derivación, Equipo Móvil, Supervisión y Jefatura del Programa. "Esa persona no podrá ingresar a ningún centro salvo que cuente con el resultado negativo del HNF", establece el protocolo del Mides y ASSE.
Consultada sobre posibles contagios en población de calle que no use los dispositivos de la cartera y duerma a la intemperie –el 34% del total de 2.553 según el último censo– Fernanda Auesperg admitió que esos "escapan a la órbita" del ministerio. "Cuando una persona tiene síntomas, va a un centro de salud. Ya pasa a la órbita de la salud, no podemos nosotros controlarlo", reconoció la jerarca.
El Sutiga recopiló que hay trabajadores de refugios montados durante la emergencia sanitaria que no cobran su sueldo desde agosto. Según informó el vocero del sindicato, Gastón Mercader, hay centros cuyos funcionarios no han recibido los pagos: un local en Paysandú y Convención que cerró a fines de octubre, uno en Sayago que alberga a 80 personas, uno en Agraciada y Tapes, otro en San Fructuoso y San Juan, un centro de contingencia en la calle Andes y uno último en la calle San José, entre Andes y Convención.
"Eso hace que (las organizaciones) paguen los salarios con recursos que vienen de otros convenios, lo que supone una situación estresante y desesperante", aseguró el dirigente de Sutiga.
Las demoras se deben a que todos los nuevos dispositivos durante la emergencia sanitaria fueron montados con dinero del Fondo Covid. "En ese caso los expedientes requieren revisión adicional en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). A veces se atrasan los pagos, vuelve con alguna consulta del MEF, tenemos que responder, vuelve el expediente", explicó Auesperg. "Es verdad que se genera un atraso. Pero ya nos estamos poniendo a tiro", remató.
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