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Crece la distancia entre Evo Morales y el presidente boliviano Luis Arce

Aunque faltan dos años para las elecciones, el líder del MAS y ex presidente boliviano hace fuertes acusaciones al actual mandatario que fue su ministro de Economía
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08 de marzo de 2023 a las 05:00

Antes de ganar las elecciones que lo llevaron a la presidencia de Bolivia, Luis Arce fue ministro de Economía de Evo Morales en dos períodos. La primera vez se extendió desde enero de 2006 hasta mediados de 2017 y la segunda desde enero de 2019 hasta el golpe de Estado en noviembre de 2019.

La remontada del Movimiento al Socialismo (MAS), la fuerza política creada y liderada por el dirigente campesino Evo Morales fue tan grande que la fórmula Luis Arce – David Choquehuanca ganó las elecciones que la movilización popular le impuso a la dictadura de la ahora detenida y condenada Jeanine Áñez.

La derecha boliviana retrocedió mucho ante el resurgimiento del MAS y el triunfo de Arce en comicios indiscutiblemente limpios. Sin embargo, el gobernador del Estado de Santa Cruz de la Sierra, Luis Fernando Camacho, lideró movimientos contra el gobierno del MAS y un operativo federal lo detuvo a fines del año pasado por su presunta implicancia con el golpe de Estado de 2019.

Sin perjuicio de esas tensiones entre izquierda y derecha, las que ahora parecen cobrar cuerpo son entre Luis Arce y quien fuera su líder, Evo Morales. Desde sectores propios de Morales, las acusaciones públicas a Arce cobran fuerza.

El ex ministro de Gobierno de Morales, Carlos Romero, acusó a Marcelo Arce, hijo del presidente, de ser responsable de un negociado con la importación de combustibles. Romero habló de la “megacorrupción” al decir que Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB), estatizada al asumir Morales, estaría pagando entre US$ 300 y US$ 400 de comisión a las empresas proveedoras de naftas y diésel importado.

Según Romero, en 2021 esa comisión era de US$ 13. La crisis energética mundial puede explicar parte de esos cambios. Pero que la crítica sea caratulada como megacorrupción y provenga de un hombre del riñón de Evo Morales muestra que las tensiones entre el ex presidente y el actual van en ascenso.

La pelea entre Arce y Morales, de cara a las elecciones de 2025, es de acusaciones cruzadas públicas, centradas en presuntos hechos de corrupción de ambos.

Un nuevo capítulo se sumó a estas disputas cuando más de 1.600 cuentas de Facebook e Instagram fueron suspendidas esta semana en Bolivia. La dueña de ambas plataformas, Meta, tomó la decisión por haber detectado una supuesta actividad coordinada para difundir mensajes afines al gobierno y silenciar cuentas opositoras.

La pelea llegó al Congreso, donde parlamentarios que se alinean con Morales no votaron y lograron bloquear proyectos de ley solicitados por Arce para enfrentar los efectos de la crisis económica global. Esa pelea, según el ex presidente de Morales, Álvaro García Linera es “un suicidio político”. García Linera es uno de los intelectuales de izquierda con más predicamento en América latina y estuvo 13 años al lado de Morales. Hoy no está en las reyertas internas del MAS.

La disputa tuvo un claro antecedente en las elecciones de 2020, cuando Morales estaba en la Argentina y su ingreso a Bolivia estaba coartado por la dictadura de Áñez y la justicia afín a la dictadora. La candidatura de Arce surgió del propio ex presidente. Un sector importante del MAS prefería a David Choquehuanca, representante de los pueblos originarios con diferencias con Morales. Choquehuanca quedó como vice.

Esa fórmula obtuvo el 55% de los votos. Algunos la vieron como una renovación que dejaba a Morales en un lugar de prestigio y referencia. Sin embargo, Arce no hizo de su antiguo presidente un consejero para la política diaria. En el gabinete de Arce no hay ninguna figura del entorno de Morales durante sus tres gobiernos, entre 2006 y 2019. Eso abrió una grieta interna.

Morales, al principio, organizó la Marcha por la Patria, que fue un claro apoyo al regreso del MAS al gobierno, pero también una demostración de fuerzas propias. Con el correr del tiempo, las personas más cercanas al ex mandatario fueron quienes acusaron al hijo de Luis Arce de hacer lobby a favor de compañías transnacionales en las inversiones de los yacimientos de litio.

De cara a las elecciones de 2025, Morales usa las redes sociales y brinda entrevistas con sus puntos de vista, que no siempre son de apoyo al gobierno de su fuerza política. Arce habla mucho menos. Lo hizo hace poco en una rueda de prensa en el Palacio Quemado (llamado así luego del incendio que sufrió el palacio presidencial en 1875) para reivindicarse como militante del MAS y desmentir categóricamente su intención de formar otro partido político.

En el clima de tensiones internas, Martín Choque, funcionario municipal del pueblo minero de Uncía, tiró la silla del escenario donde iba a sentarse Evo Morales para participar de una charla. Choque, militante del MAS, increpó a Morales: “Usted no puede sentarse a mi lado, porque usted dividió”.

El punto a favor del espacio que comparten quienes tienen disputas es que Bolivia tiene elecciones primarias para definir candidaturas. No se sabe si el MAS recurrirá a ellas. Morales tiene mucha fuerza en la estructura política, pero Arce está al frente del gobierno.

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