Cuánto incide en una interna que un candidato se baje

Un análisis político de la semana de la campaña electoral

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03 de mayo de 2019 a las 12:23

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Mi nombre es Gonzalo Ferreira, soy editor jefe de El Observador y, como sos suscriptor Member, te envío esta newsletter Decisión 2019 que busca analizar lo que pasó en la semana al ritmo de la campaña electoral.

 

El efecto de un candidato que se baja y qué probabilidades hay de que otros lo hagan
Camilo Dos Santos

Esta semana se conocieron dos encuestas realizadas luego de que la nacionalista Verónica Alonso decidiera bajarse de la candidatura y apoyar la de Juan Sartori, que se suman a una tercera que lo había medido parcialmente.

Como bien escribió hace algunos meses Nelson Fernández en esta columna, se especula muchísimo y sin conocimiento sobre qué candidatos presidenciales con poco apoyo pueden bajarse de la competencia. Desde que empezó la carrera muchos se preguntaban cuándo lo haría Alonso, pero también cuando se bajarían el blanco Enrique Antía, los frenteamplistas Mario Bergara, Óscar Andrade y hasta el colorado José Amorín.

Esa pregunta solo la puede contestar quien conozca las verdaderas intenciones de esos candidatos. Por más que ellos digan públicamente que su objetivo es llegar a ser presidentes, en todos los casos mencionados es evidente que no es verdad. Es evidente que cada uno de ellos presentó la candidatura con otras intenciones no declaradas.

En algunos casos lo hicieron para posicionar su nombre para las siguientes elecciones. En otros, para empezar a generar una nueva corriente dentro de sus partidos. Están los que buscan mantener vivo su nombre en busca de llegar con un movimiento relativamente fuerte a octubre, lo que les permitiría pelear por mejores posiciones en el Parlamento. Hay también quienes pueden tomar las internas como plataforma rumbo a las departamentales de 2020. Como a veces sucede, también hay postulantes que pelean por un electorado muy similar al favorito y sus candidaturas parecen diseñadas más que nada para debilitar al que va primero, quitándole votos que el segundo no puede conseguir.

Las variantes son muchas y no todas tienen que ver con ganar la interna. Justamente por eso, es muy difícil creer que a esta altura algún otro precandidato se baje de la contienda.

Aun así, a quienes miran la política con atención les gusta hacer cuentas y especular con posibles movimientos internos. Por ejemplo, si Andrade retira su candidatura (algo que hoy resulta improbable) y apoya a Carolina Cosse, se podría especular que esa decisión perjudicaría a Daniel Martínez y la interna se emparejaría un poco. Eso suponiendo que todos los simpatizantes del comunista voten a la exministra de Industria.

Intención de voto según las últimas encuestas

 MartínezCosse (+ Andrade)
Equipos52%24 + 11= 36%
Opción43%24 + 14= 38%
Factum53%30 + 11= 41%
Cifra42%21 + 14= 35%
Radar41%32 + 15= 47%

 
¿Se puede asegurar que todos sus votos irán directo a parar adonde Andrade diga? No. Los votos no suelen tener dueño. Y la evidencia del caso de Verónica Alonso así lo demuestra. Antes de que la senadora nacionalista declinara su postulación, Juan Sartori no paraba de crecer rápidamente en las encuestas, según todas las consultoras. Y el apoyo de la senadora no se tradujo en un envión evidente.

Los últimos tres relevamientos, realizados uno entre finales de marzo y principios de abril y los otros dos a mediados y finales de abril, muestran que el crecimiento de Sartori continuó pero mucho más lento.

Los motivos pueden ser variados. En primer lugar era muy difícil sostener ese crecimiento explosivo y resultaba evidente que en algún momento alcanzaría una meseta.

Las últimas tres encuestas que se conocieron fueron la de Radar (16/4), la de Opción (1/5) y la de Factum (3/5). Cuando Alonso anunció que se bajaba de la candidatura, Radar estaba en el medio del trabajo de campo, y por tanto preguntó tanto con Alonso jugando como fuera de la cancha electoral. Los dos puntos de apoyo que tenía en el cuestionario que la mencionaba, según esa consultora, se repartieron luego en el otro cuestionario entre Antía y Larrañaga. Ninguno fue para Sartori.

Opción empezó el trabajo de campo dos días después del anuncio de Alonso (lo hizo entre el 11 y el 25 de abril) y ya no la incluyó. En la medición de marzo ella tenía 11% y Sartori 14%. Ahora en abril, con Alonso apoyándolo, Sartori creció a 19%. Pero sus contrincantes también crecieron: Lacalle Pou, nueve puntos (de 41% a 50%); y Larrañaga, un punto (de 24% a 25%). Antía cayó cuatro (6% a 2%).

En la única que se nota un cambio significativo es en la publicada este viernes por Factum. Lacalle Pou recuperó terreno después de una caída (pasó de 44% en marzo a 50% en abril, pero no llegó a recuperar la intención de voto de febrero cuando tenía 57%). Sartori creció dos puntos (de 21% en marzo a 23% en abril) y Larrañaga perdió dos (de 21% a 19%) y quedó tercero.
¿Cómo se explica esto? Una conclusión posible -sobre todo mirando Radar y Opción- es que los votos de Alonso no fueron de manera monolítica hacia Sartori.

Otra explicación se puede encontrar en algunos estudios cualitativos que por estas horas hacen los políticos. Si bien Alonso generaba simpatía, también tenía un alto rechazo. En algunos potenciales votantes de Sartori su alianza no gustó y pueden haberse movido hacia otro candidato en la interna blanca.

Pero lo cierto es que, con todos estos movimientos, el mayor ganador fue Lacalle Pou. Su estrategia de no aceptar la incorporación de Alonso, como ella quería, parece haberle dado resultado.

En política, como ya lo aprendió Pablo Mieres con su fracasada La Alternativa, no todas las incorporaciones suman.

Monitor de encuestas

Además de los nuevos datos sobre la interna blanca de Opción y Factum, el monitor de encuestas esta semana tiene la actualización del resto de los datos de la encuesta de Opción sobre las internas del FA y el PC. La principal conclusión allí son la consolidación de los liderazgos de Martínez (hasta esta encuesta esa consultora daba la interna oficialista mucho más pareja) y de Sanguinetti.

El arma de doble filo del PIT-CNT como aliado y el único puente con la oposición

Este 1° de Mayo no fue un Día de los Trabajadores normal. Como cada cinco años, cuando coincide con las elecciones, el discurso del PIT-CNT se mira con lupa. Pero esta vez tuvo un agregado: las discrepancias internas y las acusaciones de una parte minoritaria de la central sindical que acusa a la mayoritaria de ser pro gobierno tensó las relaciones. Para peor, como si quisieran darle la razón a los rebeldes (y a la oposición), la oratoria central evitó críticas al gobierno y sin embargo emitió las primeras alertas del cuco “neoliberal”.

Como es obvio, los cuatro candidatos frenteamplistas estaban en el acto. El oficialismo aparece abrazado a un movimiento sindical que según recogen las encuestas no tiene buena evaluación de la población. En el pasado esa comunión jugó a favor. Ahora, que el cansancio de muchos ciudadanos con los gremios creció, es un arma de doble filo.

El único que en algún momento pudo distanciarse de esa simbiosis fue Daniel Martínez, cuando dijo que estaba “podrido” de algunas actitudes sindicales en medio de sus conflictos con Adeom. Hoy ya no se puede dar ese lujo.

Es decir, la alianza entre el Frente Amplio y el PIT-CNT puede espantar a quienes están cansados de algunas actitudes sindicales. Lo que modera este análisis es que, en el otro sentido, el discurso de la central de trabajadores no fue tan radical hacia la izquierda como otros años. Eso hubiese espantado mucho más a esa porción del electorado cansada de los desbordes sindicales.

Por otro lado, si el oficialismo está tan pegado a la central sindical (y viceversa) que se hace difícil ver el límite entre ambos, la oposición la tiene difícil si quiere tener la fiesta en paz con el PIT-CNT en caso de llegar al poder.

A diferencia del FA, en el acto no había ningún candidato de los partidos de la oposición. Este 1°de Mayo implicó además un punto de inflexión porque muchos de los dirigentes opositores que acostumbraban ir al acto dejaron de hacerlo. Ese mal relacionamiento no es bueno si quieren ser gobierno. ¿En una eventual administración blanca se podrán al movimiento sindical totalmente en contra?

El único puente a salvo entre los nacionalistas y el PIT-CNT parece ser el senador Álvaro Delgado, mano derecha de Lacalle Pou y hombre fuerte de su sector quien estuvo en el acto del Día de los Trabajadores. Pero, ¿alcanza con un solo intermediario?

El mensaje de las elecciones españolas a la oposición uruguaya
EFE

Las últimas dos semanas de la política española son para mirarlas con mucha atención desde Uruguay.  Hay al menos dos apuntes relevantes.

El primero tiene que ver con los debates. La semana pasada pudieron verse dos enfrentamientos televisivos entre candidatos que sería un lujo poder tenerlos en Uruguay. El proyecto del diputado Fernando Amado para que los debates sean obligatorios aún duerme en el Parlamento.

Pero el segundo apunte relevante tiene que ver con el resultado de las elecciones. Si te pregunto rápido quién ganó en España y por qué diferencia, seguramente pienses que fue la izquierda y por amplia mayoría. La primera parte de esa afirmación es correcta; la segunda, no.

En votos, el bloque de partidos grandes de derecha en España sacó 42,9% y los dos partidos grandes de izquierda 43%. Sin embargo, en bancas la diferencia entre ambos sí fue mucho más amplia: el Partido Socialista (PSOE) y Podemos, 165 bancas; versus Partido Popular (PP), Ciudadanos y Vox, 147.

¿Eso por qué? La derecha se atomizó y el sistema electoral español penaliza la división. Si el PP, Ciudadanos y Vox hubieran ido juntos bajo una misma coalición, con ese porcentaje de votos eran gobierno. Separados sacaron muchísimas bancas menos.

“Como veníamos diciendo desde hace meses, al fracturarse (el espacio de derecha) se vuelve en una opción difícilmente ganadora. Con la fragmentación de la centro derecha, que ha tenido más votos o igual votos (que la izquierda), hemos tenidos mucho menos escaños. Por eso propusimos acuerdos preelectorales. La fragmentación solo ha favorecido un gobierno de Pedro Sánchez”, dijo el líder del PP, Pablo Casado.

En Uruguay el sistema electoral no penaliza tanto la división, pero sí un poco. Si blancos, colorados, el Partido Independiente, Edgardo Novick y Guido Manini Ríos fuesen juntos a las elecciones acumularían más bancas que separados.

Pero el problema no está ahí, en las bancas, sino en la imagen y la fuerza de cara a un balotaje. En Uruguay los partidos opositores están lejos de alcanzar un acuerdo para ir juntos a unas elecciones como pretendía Novick. No solo para 2019, que obviamente ya está descartado. Está lejos también para futuras elecciones, porque el peso de las divisas y otras cuestiones lo tornan inviable.

A blancos y colorados les da mucho temor perder la identidad y el sello de ser los partidos más viejos del mundo. Pero si la oposición pierde nuevamente las elecciones con el FA, es un debate que deberá darse.

La pérdida de votos entre octubre y noviembre es evidente en el bloque opositor elección tras elección. Algunos creen que si no logran demostrar un proyecto conjunto de país desde antes del balotaje, les será muy difícil derrotar a la izquierda.

Pero incluso ganando, la oposición también penará por ir tan dividida. Esta nota de Leonardo Pereyra lo explica bien.

 

Desde el archivo a hoy: los deportistas y la pelea de los segundos

Valeria Conteris sacó del archivo dos notas que tienen una ancla en el presente:

Las percepciones de la campaña, en un podcast semanal
Marcelo Morillas

El equipo de periodistas de política de El Observador tiene desde hace varios meses asignado a un cronista para cada candidato. Creemos que la cobertura hombre a hombre ayuda a realizar un mejor periodismo y sobre todo le servirá a los lectores para tener más información y análisis de la campaña electoral.

Y para compartir las percepciones con las que los periodistas se quedan luego de cada cobertura, la semana pasada presentamos La Mesa Chica. Es un nuevo podcast, conducido por el editor digital Gonzalo Charquero, en el que todas las semanas los periodistas de política conversarán sobre diversos asuntos de la campaña.

El primer podcast estuvo enfocado en Lacalle Pou y Manini Ríos. El segundo episodio, que se publicó hoy, es sobre la postura de Martínez en seguridad y el "milagro" que espera Gustavo Salle.

Si querés también los podés escuchar en nuestra cuenta de Spotify.

 

Otras notas de la semana

 

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Podés escribirme a este mail por sugerencias y comentarios. Si tenés ideas de cómo mejorar este nuevo producto soy todo oídos.

Tengo que hacer un mea culpa y una aclaración por la newsletter de la semana pasada:

  • Por error copié y pegué la introducción con un saludo por la Semana Santa. Disculpas por eso.
     
  • Cuando desarrollé la idea de que el peso de la estructura era importante para ganar las internas, obvié un comentario importante: es válido decir que el crecimiento en la cantidad de votantes favorece a esos candidatos con estructura si ese incremento se da de la mano de lo que llevan a votar los militantes. Ahora, si se da un crecimiento por el "voto de opinión" (algo poco probable en esta elección por varios motivos), los favorecidos son los candidatos con menos estructura. 
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