Camilo dos Santos

De San Carlos a Bella Unión: los bastiones electorales que perdió el Frente Amplio

Además de conquistar tres departamentos frentistas, el Partido Nacional se quedó con localidades históricas de la izquierda

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05 de octubre de 2020 a las 05:00

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Los colores del mapa de Uruguay no traen buenas noticias para el Frente Amplio (FA). A la pérdida de tres departamentos a manos del Partido Nacional (PN), se suma también una caída en los municipios, incluyendo varios bastiones históricos.

De los 125 municipios que concurrieron a las urnas el domingo 27, 90 quedaron en manos del Partido Nacional (tres de ellos en Montevideo a través del lema Partido Independiente), 32 para el Frente Amplio y 3 para los colorados. Eso implica que el Partido Nacional pasará de 68 alcaldías a 90, mientras que el FA continuará su caída pasando de 37 municipios a 32.

Pero más allá de los números absolutos, la izquierda sufrió derrotas muy simbólicas en lugares donde siempre se hizo fuerte.
Una de ellas fue en la localidad de San Carlos. La ciudad de Maldonado se convirtió, en el año 2000, en el primer gobierno de izquierda en el interior (a través de la Junta Local Autónoma) y desde entonces había permanecido en el poder allí hasta este domingo, cuando el Partido Nacional ganó la alcaldía con holgura (9.884 votos contra 5.926). En en el Municipio de San Carlos gobernará hasta el 25 de noviembre la alcaldesa Alba Rijo, quien le traspasará el municipio a Carlos Pereyra, del Partido Nacional. El Observador se comunicó con Rijo, que se postuló para la reelección, pero la frenteamplista dijo que no tiene previsto “hacer ningún tipo de declaraciones” porque “por ahora” no está en la “etapa de hacer análisis”. “Estamos en un plan de descanso y preparando lo que va a ser en dos meses mi posición como concejal del municipio”, sostuvo.

En ese mismo departamento, los blancos también le arrebataron al frente el municipio de Piriápolis –otro símbolo de la izquierda en los últimos años– y se quedaron así con todas las alcaldías del departamento. En el municipio costero los blancos ganaron con 3.749 votos contra 3.441 del frente. Mario Invernizzi, actual alcalde de esa localidad, tampoco quiso expedirse sobre la derrota del FA. “La verdad que no lo procesamos todavía”, se limitó a decir. El dirigente expresó que “prefiere abstenerse de comentarios” porque están “haciendo la evaluación”. De todas maneras, Invernizzi aclaró que perder la alcaldía “estaba dentro de las posibilidades”.

Raúl Martínez/EFE

René Graña, el nacionalista vencedor en Piriápolis, evaluó de manera “muy positiva” su triunfo ya que hacía “15 años que lo miraba desde afuera”. Según Graña, el gobierno municipal estaba “desgastado” y que como candidato “sentía el palpitar de la gente que pedía un cambio”. Como principal problema de la gestión de Invernizzi, señaló “la caminería, el tema del alumbrado y de la limpieza: se estaba fallando en la gestión”.

Un exalcalde del FA que ahora se presentó con el PN y triunfó

En Artigas el Partido Nacional se hizo con el municipio de Bella Unión, el enclave azucarero del norte en el que, a mitades de los sesenta, Raúl “Bebe” Sendic organizó a los cañeros de la UTAA y que se ha mantenido como un bastión frenteamplista. Allí los blancos vencieron por 5.549 votos contra 4.147 del frente. El triunfador fue William Cresceri, exalcalde de Bella Unión entre 2010 y 2015, aunque aquella vez por el FA. Cresceri contó a El Observador que siempre militó dentro del Partido Nacional y que por “problemas” que tuvo con el intendente Julio Silveira, que gobernó entre 2005 y 2010 en el departamento, decidió abandonar el PN y se fue al FA porque “sabía” que la gente lo iba a “acompañar”. Y, efectivamente, Cresceri se presentó en 2010 como candidato alcalde y obtuvo el cargo por amplia mayoría.

Luego de algunos desencuentros con el FA –según dice, lo “maltrataron”– y principalmente con la intendenta de ese entonces, Patricia Ayala, tomó la decisión de volver al PN. “El primer año (de su gestión como alcalde) fue muy bueno, pero después empezaron a minarme las bases”, sostuvo. Más allá de que cree que su gestión fue “muy buena”, sostuvo que “le pusieron palos en la rueda” porque desde el FA “nunca” lo consideraron frenteamplista, sino como “un blanco”.

Cresceri retornó al PN en 2014, para las elecciones de ese año y se postuló nuevamente al municipio. Si bien individualmente fue el más votado, eso no le alcanzó para ser alcalde, pues la suma de votos de los distintos sublemas del FA en ese entonces fue bastante mayor a la del PN.

El electo alcalde está convencido de que su imagen lo ayudó a hacerse de nuevo con la alcaldía: “Yo soy un convencido de que si vos plantás, después recogés”. Cresceri dijo que su vínculo con la gente también lo favoreció, además de que considera que “el mejor ayudante” suyo fue “el alcalde de Bella Unión”. Además, opinó que durante la última gestión “no hicieron nada por Bella Unión, que está en estado calamitoso porque no hay calles y no hay alumbrado”. “Lo único que han fomentado durante estos años fue (la creación de) asentamientos” y “se pasaron peleando con el intendente, que es más bueno que el pan”.

En tanto, el actual alcalde de Bella Unión, Luis López, manifestó a El Observador que la derrota del domingo fue “dura, en el sentido de que hace tres elecciones que venía siendo en forma consecutiva del FA”. López dijo que esa localidad era un “bastión del Frente Amplio”. Sobre las razones por las que ganó el PN allí dijo que “los blancos trabajaron de una manera en la que no estamos de acuerdo, pero trabajaron firmes”. Para López, el PN utilizó “estrategias” que el FA “cuando las tuvo que poner en práctica lo hizo”: “Usaron toda una estructura de la intendencia para acaparar votos”.

El alcalde señaló que “la realidad es que (en Bella Unión) no se hizo una buena gestión (en el último período)”. Como forma de justificar la gestión frenteamplista, López afirmó que “Artigas no respetó los presupuestos porque todas aquellas herramientas que se pedían que se compraran para poder trabajar no se las compró y debido a que la intendencia no enviaba la maquinaria de ellos”. A su vez, argumentó que uno de los problemas con los que se encontró el municipio fue que la maquinaria que tenía era de los “años 70 u 80”. “No logramos ni cumplir satisfactoriamente con los servicios esenciales”, señaló.

López añadió que “Caram dejó una ciudad muy linda, le guste a quien le guste”. El alcalde dijo que “en el quinquenio entre personas que se jubilaron, que fallecieron y que abandonaron fueron 70 funcionarios y no hubo reposición” lo que provocó que “en áreas básicas hubiera dos o tres funcionarios” y, por tanto “fuera impensable cumplir satisfactoriamente con las tareas”. Lopez se imaginaba que se podía llegar a perder el municipio porque “el FA se dedicó mucho a pegarle de la forma en que los blancos estaban haciendo política” y el FA no tenía “buenos candidatos”. “El que no tiene la herramienta patea, acá no hay ningún santo”, señaló y agregó que “el FA va a tener que hacer mucha autocrítica”.

Una derrota “culpa de la interna”

Otra derrota clave del Frente Amplio a manos del Partido Nacional se dio en la ciudad del Chuy, en el departamento de Rocha. Esa ciudad de la frontera con Brasil ha estado vinculada históricamente al Frente Amplio, pero en esta ocasión los blancos se impusieron con 4.078 votos contra 2.705 de la izquierda, que había gobernado en las períodos anteriores.

Mary Urse es la actual alcaldesa de ese municipio y en contacto con El Observador explicó que la derrota del FA fue “por culpa de la interna del FA”, en donde “cada uno pelea por su chacrita”. “Si hay un culpable de la pérdida del FA a nivel nacional y a nivel local es la interna del FA. Hasta que eso no cambie no sé si seguiremos ganando o vamos a perder”, aclaró.

Diego Vila

Para Urse otro factor que influyó en la derrota es que desde el FA “no querían que fuera candidata a la intendencia porque querían que me quedara en el Chuy y yo no podía postularme a alcalde”. La alcaldesa mencionó que otra razón de la derrota puede haber sido que se la “jugó por los vendedores ambulantes”, algo que no era bien visto por “una cantidad de gente”. Urse “nunca” pensó que el FA pudiese ser derrotado en el municipio.

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