Detectives de la Superintendencia de Investigaciones Federales, adscritos al Departamento Antisecuestros Norte, desbarataron una organización delictiva dedicada a perpetrar múltiples secuestros extorsivos. Esta banda, compuesta mayoritariamente por individuos con amplia experiencia criminal, todos con antecedentes de secuestro, falsificación, robo, tráfico de estupefacientes e incluso piratería del asfalto, operaba con una estructura jerárquica bien definida.
Cada miembro desempeñaba un papel crucial en la organización, desde el falsificador que reproducía documentos para vehículos utilizados por la banda hasta el experto en robos y piratería encargado de la inteligencia previa sobre las víctimas. Este último, a punta de pistola, perpetraba los secuestros, mientras que otro miembro, hábil en la negociación, se encargaba de comunicarse con las víctimas de manera astuta y educada, exigiendo el rescate para evitar dañar a los cautivos.
La selección de las víctimas se basaba en economías substanciales, y el grupo las vigilaba durante meses antes de decidir el momento propicio para el secuestro. Tras el rapto, dejaban una nota detallando sus movimientos diarios y amenazas, demostrando la seriedad del asunto. Además, colocaban un bolso en un lugar específico, que contenía teléfonos analógicos despojados de identificación para evitar la detección policial durante las comunicaciones.
Después de acordar el rescate, liberaban al pagador con el dinero dentro del mismo bolso utilizado para el rescate, junto con los teléfonos de comunicación. Utilizaban la Ruta Nacional N° 9 con conocimiento detallado de las localidades, desde Rosario hasta el Conurbano Bonaerense, para llevar a cabo los secuestros, mantener cautivas a las víctimas y realizar los pagos.
La investigación reveló que esta banda delictiva operaba de manera cíclica, cometiendo secuestros y "guardándose" por un tiempo antes de volver a la actividad. La eficaz labor del Departamento Antisecuestros Norte de la Policía Federal Argentina permitió desactivar los mecanismos tecnológicos y engaños utilizados por la organización, identificando a todos sus miembros.
De los hechos que hoy se encuentran bajo pesquisa, el primero ocurrió en Julio del año 2021, cuando J.O. de 60 años, bajó de su lujoso departamento ubicado frente al monumento de la bandera, de la ciudad de Rosario, y comenzó a caminar por la costanera. Allí fue sorprendido por supuestos policías que lo intentaron identificar, iniciando así su peor pesadilla, cuando lo apuntaron con armas y lo introdujeron en un automóvil, que simulaba ser un móvil policial de los no identificables, como si se tratara de una Brigada de Investigaciones.
Luego de lo cual se comunicaron con los integrantes más importantes de la empresa de construcción, de la cual era dueño, y así, le pidieron que busque un bolso en un garaje, el cual contenía los aparatos celulares.
Con el devenir de los sucesos, y tras cerrar la negociación por aproximadamente 100 mil dólares, acontecía el pago sobre la Ruta 9, cerca del ingreso a la Ciudad de Rosario, siendo el cautivo liberado en Villa Constitución. Las victimas nunca hicieron la denuncia, temiendo por sus vidas en especial la de sus hijos. Posteriormente y gracias a la pesquisa policial, se tomó conocimiento de este hecho, dada la expertise de los investigadores, determinándose también que se trataba de una asociación criminal que actuaba en forma cíclica, es decir cometían un secuestro y como se dice en la jerga se “guardaban por un tiempo” hasta que volvían al ruedo.
Otro hecho, ocurrió en el mes de enero del corriente año, cuando A.D. de 19 años, salió de su casa de Villa Ramallo, como lo hacía todos los días, para concurrir al GYM de la localidad, siendo secuestrado también por varios falsos policías, con camperas identificatorias de la PFA, en las proximidades de su casa, y ser trasladado a la Localidad de San Nicolás, lugar donde estuvo cautivo. Se trataba del hijo de un conocido empresario de la zona, dedicado al transporte de combustible y afines.
En este hecho, que se desarrolló con la misma modalidad arriba descripta, se cree que la suma del rescate ascendió a medio millón de dólares. El pago se efectuó en el Partido de Avellaneda al día siguiente del inició del hecho, siendo liberado el joven en la Localidad de Theobald, Provincia de Santa Fe, sobre la Ruta Nacional 9; idéntico proceder al caso anterior.
La investigación judicial, dirigida por las Fiscalías Federales de San Nicolás y Rosario, con la colaboración de la U.F.E.C.O., el Juzgado Federal de San Nicolás y la Dirección Recupero de Bienes del Ministerio Público Fiscal, llevó a la realización de DIECISEIS (16) allanamientos en diversas ubicaciones. Se logró la detención de los principales implicados, entre ellos el Ideólogo Cabecilla Claudio Daniel COTO, el Jefe Operativo Néstor Adrian SANTABAYA, y el Brazo Armado Sebastián Ezequiel PUGLIESE, junto con otros miembros.
Además, se incautó documentación relevante, vehículos utilizados en los ilícitos, armas de grueso calibre, alhajas pertenecientes a las víctimas, así como celulares y otros elementos vinculados no solo a estos tres casos, sino también a otros incidentes bajo investigación. En la actualidad, los detenidos esperan sus indagatorias y procesos en la Alcaidía Madariaga de la Superintendencia de Investigaciones Federales.
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