El director representante de las empresas, José Pereyra.

Economía y Empresas > Entrevista a José Pereyra

Director de BPS: “El abuso de certificados médicos es cultural y las reglas de juego ayudan”

El director por los empresarios en BPS advierte que se necesitan cambios legales y más controles: “Hay gente que se ha certificado con 35 médicos distintos”, dijo
Tiempo de lectura: -'
04 de septiembre de 2022 a las 05:00

“Golpeé y pase”. El letrero llama la atención al llegar a la puerta del piso cinco en el edificio del Banco de Previsión Social (BPS) en calle Colonia. Es la oficina del representante de los empresarios en el Directorio del organismo, José Pereyra. El expresidente de la Cámara de Maldonado que hace pocos años encabezó la recolección de firmas contra la ley de Inclusión Financiera ahora lleva ocho meses en su nuevo rol. Según cuenta, su línea de trabajo pasa por “sospechar” e “interpelar” desde la decisión más chica a la más grande que se toma en la institución. Hoy también lo ocupan temas como el abuso de las certificaciones médicas, “un tema cultural” que cuesta US$ 200 millones al año, y para el que se necesitan cambios legales y más controles si se quiere atacar, afirma. Pereyra pone ejemplos en cada una de sus respuestas, y habla del peso del Estado sobre los contribuyentes en distintas situaciones. Además, el director es crítico con el anteproyecto de reforma de la seguridad social presentado por el gobierno, al que define como un título “pomposo” que solo “maquilla” lo implementado en 1996. Lo que sigue es  un resumen de la entrevista que Pereyra concedió a El Observador.

Usted asumió en el Directorio a finales del año pasado. ¿Con qué BPS se encontró?
Al principio es difícil entender la lógica para alguien que viene del sector privado, pero no era tan complejo como me lo pintaban al ser el único nuevo. Es un Directorio donde hay un equilibrio armado para el Poder Ejecutivo con cuatro directores políticos. La mayoría de los temas están vinculados a funcionamiento, gestión, y muy poco son temas de empresa. Desde el inicio opté por entrar con una visión de la empresa sobre el Estado, pero para actuar en todo el espectro y no solo en temas de empresas. El mandato dentro del Directorio es una representación social. Defender la visión del empresario es que se maneje bien el organismo desde todo punto de vista. Tratamos de hablar no solo con los centros comerciales. A veces vamos a los hogares de personas de la tercera edad. También vamos a las sucursales, hablamos con los funcionarios. Tratamos de analizar lo que está pasando para después generar nuestra propia opinión y no tomar todo como viene dado. Leemos los expedientes, y si surge una duda sobre cómo se encaró, vamos a la casa de la persona, tratamos de tener contacto, vemos si hubo error en el proceso, en la decisión final o en las recomendaciones del organismo. Eso no se hacía antes. Uno de los compromisos que asumimos era venir a interpelar, a cambiar. Uno no puede generarlos si da como bueno  todo lo que recibe. Sospechamos de todo,  interpelamos absolutamente todo, desde la decisión más chica a la más grande. Habíamos descubierto que había falta de empatía y también una clara cultura antiempresarial. Después nos empezamos a encontrar que hay falta de empatía y falta de humanidad en todos los procesos del organismo, por falta de control. Hay mucho de generar órdenes, papelería y grandes planes estratégicos, pero en ninguno viene atacado el tema de cómo vamos a controlar que se cumpla lo que nos proponemos. Ahí es donde nosotros, que venimos del sector privado, podemos aportar.

¿Cómo se lleva con la burocracia? ¿Se puede hacer algo o la estructura es muy pesada para cambios grandes?
Nosotros no discutimos desde el punto de vista filosófico ni ideológico porque no es nuestro rol. Acá representamos a las empresas. ¿Cómo podemos convencer que se den los cambios? Con trabajo como se hace en una empresa. Yo en mi empresa no discuto de política con alguien que trabaja conmigo. Un ejemplo: tratamos de estar lunes, martes y miércoles en Montevideo por temas de gestión, pero el mismo miércoles salimos de gira. Vamos a cada localidad del interior. Un día fuimos a Villa Rodríguez, en San José.  Cuando llegamos nos dijeron que había una sola funcionaria, se enfermaba la funcionaria y se enfermaba el BPS. Vinimos al Directorio y lo planteamos. Pasó el tiempo y nos dijeron que  por expediente Villa Rodríguez es de las sucursales que menos trabaja, por lo tanto había que cerrar. ¿Cómo terminó? En el presupuesto se votó un funcionario más para todas las localidades que tienen un solo funcionario.

Un planteo recurrente del sector empresarial es la alta carga impositiva que deben enfrentar para trabajar dentro de la formalidad. ¿Ha logrado instalar alguna propuesta en el Directorio por estos asuntos? ¿Lo han conversado con el Ministerio de Economía?
En el Directorio es más complejo porque se maneja más sobre los ejes administrativos. Esto tiene que ser en el Legislativo o en el Ministerio de Economía. Uno de los ejes que nosotros tomamos son los altos costos en la construcción. Lo vemos en el día a día en todo el país. Cuando uno sale, sobre todo en las capitales departamentales ve un Uruguay triste, deteriorado, apagado. Ahí ve el alto costo de pintar una fachada de una casa o en la zona turística pintar un hotel (por los impuestos). La gente te lo dice. Ahí se ve realmente lo que es el peso del Estado. Va a haber más trabajo si se cobra menos. Hay que bajar los costos. Cuando hablo con grandes hoteles del país pregunto: “¿por qué no haces un arreglo? No, en vez de hacerlo cada dos o tres años para que esté lindo lo tenemos que hacer cada cinco o seis por los costos que tiene BPS, esto, lo otro”.  No hay un verdadero estudio de equilibrio. Es “soy el Estado, cobro lo que quiero y punto”. Lo vemos todos los días.

Le ha tocado perder  seis a uno en el Directorio. ¿En qué temas por ejemplo?
Uno fue gravísimo. Fue un caso de un empresario que toma la decisión de recurrir una decisión del BPS. El BPS le mandó una inspección por una denuncia de que tenía un trabajador dependiente.  La empresa lo que ve es que no es dependiente, sino que es otra empresa que le brinda servicios. En determinado momento el inspector le dice: “No me alcanza con esto,  yo lo que quiero es que usted me muestre sus movimiento bancarios” Imposible, porque la ley es clara. El  inspector le puso una multa por no ayudarlo. Esta persona va a ir al tribunal y seguramente gane el caso. Pero en el Directorio perdí  seis a uno. Entonces, cuando dicen que hay partidos políticos a favor de las empresas, a favor de los trabajadores: no, hay partidos políticos a favor del Estado, y que incluso olvidan a quien representan. Esto fue la demostración de que el Estado hace lo que quiere con nosotros, y solo gente con valores de moral y de mejores costumbres se anima a hacer lo que hizo este empresario. Nosotros lo llamamos al empresario porque es para hacerle  un homenaje. La multa es de $ 10 mil, pero todo el proceso le va a salir mucho más. Le preguntamos  por qué hizo esto y la contestación fue: “Lo hice por mis hijos,  por qué país le voy a dejar a mis hijos”. Si el BPS  pedía que le levantaran el secreto bancario la Justicia no lo daba. El BPS o el resto de los directores se sienten el Estado en todo su poder. Es: “El Estado soy yo, hago lo que quiero y no me importan las leyes ni la normas. Te paso por arriba como Estado”.

“Se dice que hay partidos políticos a favor de las empresas y a favor de los trabajadores: no, hay partidos políticos a favor del Estado, y que incluso olvidan a quien representan”

¿Otro tema que está en la agenda es el abuso de certificaciones médicas. El proyecto de ley de Rendición de Cuentas crea un Sistema Nacional de Certificaciones Médicas. Y el BPS será el auditor de ese sistema. ¿Qué postura tiene sobre este asunto?
Se hablaba del déficit del BPS. Votamos US$ 600 millones en el presupuesto. ¿Cuánto es el tema de la certificación médica?  Un tercio ¿Cuánto puede ser el abuso? Hoy con un tema cultural de abuso es mucho. El tema este es prioritario porque aumenta los costos de todos los uruguayos. Por ejemplo, hablamos con los frigoríficos y nos dicen que de 1.200 trabajadores hay 400 contratados de más  por culpa de las certificaciones. Lo que podría hacer un gobierno con US$ 200 millones bien utilizados.

Sabiendo de su magnitud y que no es un tema nuevo, ¿por qué se ha demorado tanto en resolverlo?
Me da la sensación que tenemos un sistema político que a veces mide mucho el tema más electoral que el tema de ser eficiente a la hora de trabajar. Supongo que deben medir y decir: ‘Bueno, va a quedar un montón de gente caliente”. Hay un montón de gente que quiere trabajar y otro montón de gente que no quiere trabajar. El tema es los costos que eso tiene, y que está de viva por las leyes, porque lo que te ayuda son las reglas de juego. Si yo no genero controles siempre hay gente que se excede. En este caso ya es un tema cultural. A mí me pasó. Yo era  presidente de la Cámara de Maldonado y tenía un directivo que tenía  una empresita de 50 trabajadores. De repente hablaba con la hija y le decía: “Certifícate, certifícate” y le estaba dando el consejo a la hija.

¿Usted está manejando algunas alternativas para esto?
Tenemos escritos dos borradores. Buscamos varias formas y varias aristas. El Directorio del BPS presentó un proyecto que nosotros lo acompañamos, que es que el BPS puede acceder a las historias clínicas para identificar el problema, pero eso no alcanza.

¿Y qué propone?
Controles, reglas claras, formales. Yo identifico un médico que certifica mucho, pero con eso no paro. Yo he visto gente que se ha certificado con 35 médicos distintos. Lo que puedo lograr es que baje un poquito, pero es cultural. El otro día vi que entrevistaban a un hincha de Peñarol. Estaban todos contentos, hasta el periodista,  porque se había sacado seis dientes para lograr el certificado médico y poder ir a ver a Peñarol. Hay que cambiar la ley.

¿Cómo lo baja a tierra en la práctica?
Tiene que ser un instituto médico que sea contratado por la empresa y le haga un seguimiento a los trabajadores, con una tabla internacional (de tiempos esperados de recuperación de una enfermedad). Entonces si hay una tabla existe un control de por sí. Y que haya una responsabilidad con el trabajador y con la empresa, que exista conflicto de interés.  Lo que se  evita es todo ese manoseo de salir a buscar una certificación al primer problema. Es la única manera de que haya una figura que ataque esa cultura que tiene el médico, pero que tiene también el ciudadano.

"El otro día vi que entrevistaban a un hincha de Peñarol. Estaban todos contentos, hasta el periodista,  porque se había sacado seis dientes para lograr el certificado médico y poder ir a ver a Peñarol. Hay que cambiar la ley".

 

Ha planteado que hay empresas, pequeños comerciantes que por deudas van a llegar a la edad jubilatoria y no se van a poder jubilar. ¿Qué está haciendo para atender el tema?
Estamos trabajando en un proyecto. Habíamos hablado con algunos legisladores y se habían interesado, sobre todo del oficialismo, porque se está hablando mucho de la usura de los privados, pero no hablamos de las multas, moras y recargos del Estado. Tenemos un caso donde eran $ 60 mil y a los tres años creo que eran $ 600 mil. Ayer me llamaron dos hermanos de 69 y 70 años. Tuvieron una empresa muy importante en un departamento del litoral. Esta gente tuvo almacenes y después una  pequeña cadena de supermercados. Les quedó una deuda y no se pueden jubilar.  Aportaron muchísimo, dieron trabajo  y tomaron una mala decisión empresarial en un momento como puede pasar.

¿Tiene algún registro de la cantidad de gente en esa situación?
Deben estar entre 30 mil y 60 mil uruguayos en esa situación, según un informe que pedimos. Y hay muchos que lo van a estar con el tema de la pandemia. También pasa con hijos que van a cobrar una pensión y no pueden porque quedó una deuda cuando se murieron sus padres.  Estamos trabajando en un proyecto. Ahora se nos abrió una puerta con esto de la reforma (de seguridad social). En la “República BPS” no hay prescripción de la deuda. Pretendemos que en esta reforma esto se tenga en cuenta si se habla de una universalización de la jubilación a los 70 años. Creo que es una puerta que se abre y de repente lo de la ley queda para otro momento. De cualquier manera, vamos a trabajar con el tema de la usura. De la forma que procede el BPS no le importa cobrar. La mayoría de los empresarios cuando vienen a nosotros dicen: “Yo quiero pagar, pero no esto”.  Son $ 300 mil y te quieren cobrar $ 52 millones. Nos pasa todo el tiempo que nos dicen: “Quiero pagar, pero no me dejan pagar”.

¿Qué posición tiene sobre el anteproyecto de reforma de la seguridad social?
No esperábamos una verdadera reforma con un verdadero análisis, si quienes figuran como expertos para la misma participaron de todo lo que ha vivido la seguridad social hasta ahora, sobre todo corredactores de la reforma de 1995. Decir reforma a esto es un título demasiado pomposo. Lo que vamos a analizar es un maquillaje a lo que se planteó en 1995. Un punto es el sistema mixto. Me preguntaban: “¿Qué opina de las AFAP porque esto no está bien?” El Banco Mundial, el BID, la OCDE pusieron dinero en muchos países para hacer una reforma. De 30 países, 18 ya re reformaron. Algo no está bien.  No estamos en la vanguardia del mundo. Si yo le pregunto a la gente si está de acuerdo con el sistema la respuesta mano a mano es : “Estoy jubilado, mirá lo que pagan las AFAP”. Lo que vemos en las recorridas es: “Esto no me gusta porque el resultado no es bueno”. Eso no está discutido en el anteproyecto. No estoy planteando una posición en contra de las AFAP. Lo que estoy diciendo es que yo no voy a mandar  a reformar algo con gente que ya tiene una posición sobre el tema. No es una reforma. No va a fondo,  no va en el déficit, no va en discutir cuál va a ser la jubilación mínima dentro de unos años. ¿Va a mejorar el sistema mixto? En los países donde se salió de la privatización las principales críticas eran cómo se invertían los dineros de la gente fuera del país. Esto es lo que plantea la reforma, permitir inversión por fuera. Este anteproyecto tiene mucho ruido, pero el perro no muerde.

Perfil
Pereyra fue electo como director de BPS en 2021 cuando fue candidato por el movimiento Un Solo Uruguay. Antes se desempeñó como presidente de la Cámara Empresarial de Maldonado y fundó la Cámara Regional de Empresarios y Comerciantes del Este. También ha trabajado en el área de estudio de mercado e investigación de opinión pública y social en todas sus ramas.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...