Dos uruguayos fueron jurados de la raza Corriedale en Perú

Mariano Rodríguez e Ignacio Tedesco comprobaron la mejora genética de ese país y su avidez por reproductores uruguayos

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14 de enero de 2017 a las 15:24

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En los últimos días de 2016 dos uruguayos criadores de la raza Corriedale, Mariano Rodríguez e Ignacio Tedesco, concurrieron como jurados a una muestra de reproductores en la zona de Espinar, Perú. Allí comprobaron no solo los importantes resultados de mejoramiento genético que se están realizando en una zona donde es muy difícil producir, sino además la gran avidez existente por genética uruguaya y conocimiento productivo.

Ambos expertos ya habían sido convocados en el año 2013 y observaron que los productores peruanos tienen un gran conocimiento individual de los animales que crían, al contar con majadas chicas y realizar una tarea de pastores. Allí son fundamentalmente las mujeres quienes trabajan con los ovinos.

La región es muy árida, está a 4.200 metros de altura, y allí no crecen los árboles. Es una zona que además se caracteriza por ser muy ovejera y con muchos productores chicos.

Al ser entrevistado por el programa Agronegocios Sarandí, de radio Sarandí, Rodríguez destacó que la muestra es una verdadera fiesta de los productores. Allí hubo 230 Corriedale y 240 Hampshire Down.

Los productores peruanos venden lana sucia y reciben un precio por kilo de lana Corriedale que se ubica entre US$ 0,80 y US$ 1. "Son buenas lanas y están mejorando. Vimos que las generaciones jóvenes son mejores que las adultas, y eso demuestra esa mejora genética", dijo.

Espinar es una ciudad que está cumpliendo 100 años y el municipio cuenta con ocho técnicos que trabajan con un proyecto ovino. Tienen cuatro carneros a los que les extraen semen para inseminar ovejas de 100 productores. La experiencia comenzó en 2013 y está funcionando muy bien.

"Se nota el avance, con productores chicos, que tienen seis o siete ovejas, nada más. Además esta experiencia nos sirvió para ver cómo el ovino se adapta a todos los lugares. Es muy difícil encontrar un lugar donde no pueda haber ovejas. Esa es una zona que está a más de 4.000 metros de altura, con muy poca capacidad forrajera y sin embargo allí también se produce bien", destacó Rodríguez.

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