Marcelo Umpiérrez

El achique (obligado) del turismo y su complicada perspectiva

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09 de julio de 2020 a las 16:54

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Si hay un sector donde la pandemia asestó un golpe bajo y caló hondo no hay que darle mucha vuelta fue el turismo. Una industria que mueve billones de dólares en todo el planeta, que venía de un crecimiento pujante gracias a la mejora constante de la conectividad aérea (acompañada de precios más accesibles) y el mayor poder adquisitivo de la población en buena parte de los países.

Pero el virus paralizó toda esa gigantesca maquinaria y continúa haciendo estrago, dejará un tendal de negocios en la cuerda floja o fuera de combate en cientos de países. Y Uruguay no es ni será la excepción. Aunque se han anunciado medidas de apoyo desde el gobierno, la magnitud de ese frenazo (imprevisto) dejará secuelas por un buen tiempo. ¿Qué turismo tendremos en los próximos meses? ¿Qué pasará con varias empresas cuya supervivencia estaba jugada a los más de 3 millones de turistas que desfilaban por nuestras fronteras cada año y dejaban la cifra nada despreciable de casi US$ 2.000 millones? De esto irá esta entrega semanal de Rincón y Misiones.

Además, Barbara Mainzer te presentará un análisis sobre el sistema de pensiones y por qué el futuro de una jubilación digna -que se imaginan la mayoría de los uruguayos con el sistema actual- no es sostenible. Un tema relevante que comenzará a meterse de lleno en la agenda en los próximos meses cuando un grupo de expertos comience a delinear los pilares de una impostergable reforma de la seguridad social en Uruguay.

Un trago más que amargo

El 2020 quedará en el recuerdo de miles de operadores turísticos y trabajadores del sector como uno de los peores de la historia. La pandemia del covid-19 y la posterior declaración de emergencia sanitaria en Uruguay, provocaron un apagón repentino y sin precedentes sobre toda la cadena tras el cierre de fronteras y de diversas atracciones turísticas, algunas de las cuales llevan casi cuatro meses sin actividad.

“No hay empresa que resista estar cuatro meses sin generar caja”, me dijo el presidente de la Cámara Uruguaya de Turismo, Juan Martínez. El empresario hotelero asegura que esta crisis no tiene ningún punto de comparación y que ni siquiera se la puede asimilar con la debacle del 2002 o la "tablita" de 1982.

Que la actividad uruguaya es un actor clave de la economía uruguaya no es ninguna novedad. Basta ver los números de la última década, con años donde el ingreso de divisas de ese sector superó a rubros históricos como la carne vacuna.

En la última década (2010-2019), el país recibió un promedio de 3,5 millones de turistas extranjeros cada año, que dejaron una media de unos US$ 1.900 millones en divisas por año. Acá te muestro la serie. 

 

La cadena turística empleaba (antes del colapso del covid-19) a unos 110 mil trabajadores y es responsable por cerca del 7% del PIB. Pero 2020 marcará un punto de inflexión con una recesión que todavía nadie se anima a imaginar en su magnitud ni proyectar cuándo podrá pegar la vuelta.

Las medidas: entre “insuficientes” y “no hay magia ni plata”

El Poder Ejecutivo ha implementado una serie de medidas para amortiguar el desplome que tendrá el turismo durante los próximos meses. Por un lado, anunció exoneraciones y reducciones en los cargos fijos de OSE y UTE. En este último caso también está vigente una medida que permite diferir el 70% de la facturación por electricidad en el rubro hoteles y restaurantes. También se anunciaron extensiones para los plazos del seguro de paro, créditos blandos y prórrogas en las amortizaciones de préstamos con el BROU.

La sensación en los privados es que estas acciones son insuficientes para sobrellevar una crisis tan aguda como la actual y por eso le están reclamando al Ejecutivo un esfuerzo adicional para que el achique del sector sea menor.

El presidente de la Asociación Uruguaya de Agencias de Viaje (Audavi), Carlos Pera, insistió en la necesidad de declarar la emergencia turística para que se permita la “liberación de fondos porque el sector no aguanta más. Estamos con más de 100 días a puertas cerradas, con facturación negativa y costos que siguen en pie”. Incluso cuestionó que las agencias de viaje sigan pagando el mínimo del adelanto del impuesto a las ganancias a la DGI por el ejercicio en curso.

El empresario dijo a VTV Noticias que el 97% de los empleados del sector continúan en seguro de paro. Si bien valoró el reinicio de la conectividad aérea de las últimas semanas, precisó que en los primeros vuelos de Iberia, por ejemplo, no fueron turistas sino uruguayos radicados en el exterior que habían llegado al país para sobrellevar la cuarentena o también personas que habían quedado atrapadas por el cierre de fronteras.

“La situación sigue siendo alarmante. Hemos golpeado muchas puertas, pero todavía no hemos obtenido las respuestas necesarias para garantizar la supervivencia de nuestro sector”, reclamó Pera. Aseguró que la exoneración en los casos de UTE y OSE “no mueve la aguja” y que era más relevante tener algo por el lado de Antel, pero desde el gobierno le transmitieron que no era posible.

El presidente de Cámara de Turismo dice que el “estado es más que de emergencia” y le preocupa que todos hablen de la importancia del turismo en la economía o por la generación de empleo pero que “nadie pone foco en medidas de impacto”. “El sector está hundido. Si somos relevantes, dame una señal”, pidió Martínez.

En el sector hay cierta expectativa por el turismo interno en las vacaciones de julio, pero todavía no hay certezas sobre cómo se comportará la movilidad de los uruguayos en esas fechas por los efectos de la pandemia. Martínez propone que el gobierno de Lacalle tome medidas de estímulos para el turismo interno como la exoneración de IVA para que se puedan reducirse más las tarifas y hacer más atractiva la oferta turística para los uruguayos. Argumentó que esa resignación de ingresos seguramente se vea compensada por una mayor actividad que redundará en más impuestos para la caja del Estado. A mayo, el 82% de los trabajadores del turismo estaban en seguro de paro, por lo que una reactivación también reduciría el costo que tiene para el gobierno el pago de esas prestaciones.

En el Poder Ejecutivo son conscientes de la situación del sector pero hay poco margen. Una fuente oficial -que optó por al anonimato para no “enrarecer el clima de trabajo”- indicó que las medidas del gobierno fueron generales, pero no todos están en la misma situación y, que a veces, genera cierto “desgaste que todo el mundo esté pidiendo más” en una coyuntura donde los recursos no abundan y la prioridad ha sido el manejo sanitario de la pandemia.

“La realidad es que no tenemos caja y la billetera está flaca. No hacemos magia”, resumió. El informante considera que debería “valorarse más” el manejo sanitario ejemplar de la pandemia que viene logrando el país porque ese es hoy el “principal activo” pensando en la recuperación futura del sector turístico.

El turismo termal espera por una mini zafra que no hace verano

 

Uno de los subsectores que siente que ha quedado “relegado” a la hora de abrir el grifo para las actividades es el turismo termal. La presidenta de la Comisión de Turismo del Centro Comercial de Salto, Flavia Lavecchia, dice que la distancia de 500 km con la capital “se siente” cuando hay que hacer gestiones ante las autoridades del Ejecutivo.

La zafra del turismo termal (marzo-setiembre) no tuvo inicio y ahora los operadores del litoral esperan que las autoridades de OPP permitan la reapertura de los complejos termales para las vacaciones de julio.

Las termas reciben a unos 650 mil turistas cada año, pero este 2020 será para “el olvido”. Lavecchia dice, con resignación, que les quedarían prácticamente dos meses de zafra (agosto y setiembre) siempre y cuando se logre la apertura. Y luego las empresas tendrán que “aguantar hasta marzo de 2021 cuando comience la próxima temporada con la caja en cero". “Acá no es como el sol y playa que arranca antes”, precisó.

La actividad comercial en Salto está por el piso. La oferta de 12 mil camas de hoteles en los complejos Arapey, Daymán y la ciudad de Salto está prácticamente desolada y ello ha repercutido también en el sector gastronómico y otros rubros que dependen fuertemente del turismo. En Paysandú la coyuntura es similar porque el parque municipal de Guaviyú también está cerrado y del mismo dependen varios centros de alojamiento privado. El sector termal ya tiene asumido que la llegada de argentinos está descartada a corto plazo por lo que toda la demanda pasa a quedar a manos del turismo interno.

La tendencia al menor gasto y estadía que ya venía previo al covid-19

Pese al proceso de fuerte dinamismo de los últimos 20 años de la industria turística uruguaya -que coincidió con el período de crecimiento más vigoroso de la economía uruguaya desde que hay registros-, en los últimos años habían emergido algunas señales que preocupan a los operadores.

Los visitantes estaban acortando sus estadías, pero lo que más inquietaba era también la retracción en el gasto promedio. Eso ya había dejado un gusto amargo para varios operadores durante la última temporada de verano. 

Cómo se comportarán los futuros turistas que lleguen al país con su nivel de gasto y estadía pospandemia es una gran interrogante por la multiplicidad de variables que juegan.

Los efectos psicológicos que dejará el virus seguramente marcará su huella en la actitud y recaudos que tomarán los consumidores cuando busquen un lugar para vacacionar.

 La gran apuesta al verano para salir del pozo (si los vecinos mejoran)

Aunque no lo dicen explícitamente desde el gobierno como del sector privado la gran apuesta parece estar centrada en el arranque de la próxima temporada estival para buscar la recuperación, por lo menos del turismo de sol y playa.

Si bien falta un largo trecho para llegar al pico habitual de la temporada, la mirada “optimista” contempla una reapertura de las fronteras para esas fechas y que los vecinos (Brasil y Argentina) puedan contener el avance de la pandemia. La foto de hoy no es la ideal. En eso coinciden todos. ¿Por qué es tan importante la salud de los vecinos? Porque entre los hermanos argentinos (1,7 millones) y los brasileños (más de 500 mil) arribaron al país más de 2,2 millones de turistas en 2019, aún con la crisis económica que atravesaron los primeros ese año. Como te lo mencionamos en esta nota, suplantar a estos clientes no es posible, al menos en el corto plazo.

“Hay que seguir aguantando y esperar un poco más”, me dijo la fuente del Poder Ejecutivo con un moderado optimismo. Hoy la apertura de las fronteras luce como (bastante) lejana. Argentina bate días tras día los  récords de casos de contagios de covid-19 y Uruguay tampoco tiene el partido ganado a nivel sanitario pese a su manejo (casi) perfecto.

La experiencia de Buquebus con los test de diagnóstico del virus previo a la entrada  será extendido para el ingreso de los futuros turistas y viajeros uruguayos como una especie de “pasaporte sanitario”. Sus costos y su rápida instrumentación serán clave para que ese requisito no se transforme en una barrera para el arribo de turistas. Los pasos para la recuperación gradual de la conectividad aérea será otro mojón a monitorear durante el segundo semestre.

Así, la recuperación del turismo estará echada a la medicina y a los (buenos) resultados con el virus que puedan cosechar los vecinos en los próximos meses. Mientras tanto, habrá que lidiar con un duro invierno y esperar que la primavera-verano muestre otra cara para que el achique del turismo no sea tan drástico.

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Jubilación digna: confiamos en una promesa que no se cumplirá

Lograr una jubilación digna es el principal desafío financiero al que nos enfrentamos, y confiamos que los sistemas de pensiones de beneficio definido nos la asegurarán. Esto contrasta con lo que piensan los que manejan estos planes. Parece haber un divorcio entre las expectativas y lo posible. Seguí leyendo esta interesante columna de Barbara Mainzer en este link.

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Soy Ándrés Oyhenard , editor de Economía y Empresas de El Observador. Hasta aquí esta nueva entrega de Rincón y Misiones, la newsletter exclusiva para suscriptores Member de El Observador para entender mejor la realidad económica y los temas que tocan nuestro bolsillo, y contar con mejor información para tomar decisiones.

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