En el mundo de las redes sociales, ya no se trata de alimentar a las fieras, las bestias son los
trolls. Una persona que agrede, se burla e insulta a otros en redes sociales es un
troll, y este fenómeno de
ciberbullying está preocupando a Twitter, una de las redes en las que se más se manifiesta.
“No es un secreto y el resto del mundo habla sobre esto todos los días. Perdemos a nuestros usuarios principales por no enfrentar los problemas de
trolling que ocurren a diario” dijo este miércoles el CEO de Twitter, Dick Costolo en un comunicado interno de la empresa al que pudo acceder el sitio de noticias tecnológicas
The Verge.
No es un secreto y el resto del mundo habla sobre esto todos los días. Perdemos a nuestros usuarios principales por no enfrentar los problemas de trolling que ocurren a diario” dijo el CEO de Twitter, Dick Costolo
Costolo envió este mensaje a los empleados de la empresa en respuesta a una historia de las tantas que han llegado a los titulares sobre el problema de los
trolls. El caso que resonó esta vez es el de la periodista y feminista Lindy West, quien compartió su experiencia con el abuso en redes en el podcast
This American Life,de la Radio Pública Nacional de Estados Unidos.
Al parecer, ser mujer, feminista y escribir al respecto equivale a ser un blanco perfecto para los
trolls. West afirmó estar acostumbrada a este tipo de acoso. “¿Me decís que no tenés a cientos de hombres apareciendo en el cubículo del departamento de contaduría de la distribuidora en la que trabajás diciendo que sos muy gorda para que te violen pero que tal vez te corten con un cuchillo eléctrico? ¿No? ¿Me pasa solo a mí?“ ironizó en una columna en
The Guardian.Agresor arrepentido
Un día, entre los cientos de mensajes de odio que llenaban sus cuentas, West encontró una publicación de un usuario que tenía la foto real de su padre fallecido. El usuario se presentaba como “el avergonzado padre de una idiota” y su lugar de residencia era un “agujero mugriento en Seattle”.
El golpe bajo fue duro para la periodista, que había padecido la larga lucha de su padre contra el cáncer de próstata un tiempo atrás. Sin embargo, en contra de todas las recomendaciones de sus amigos y personas cercanas que le sugerían que no le prestara atención al asunto, West escribió al respecto y mostró el daño que le estaba generando.
Al día siguiente, se despertó con una sorpresa: el abusador le había escrito un email. “Creo que mi rabia contra ti tiene que ver con tu felicidad contigo misma. Me ofendía porque subrayaba mi propia infelicidad“, decía el agresor, quien además afirmaba que iba a dejar ese tipo de conductas. Aunque parezca parte de un cuento de hadas, la periodista terminó entrevistando al abusador en el podcast
This American Life y hasta lo perdonó.
El caso generó tal repercusión mediática, que llegó a las altas esferas de la red social. Es que el problema no es nuevo. Luego de la muerte del actor Robin Williams en 2014, su hija,
Zelda Williams, dejó la red social por la cantidad de mensajes y burlas que recibía. “Alguien por favor reporte a @PimpStory y @MrGoosebuster. Estoy temblando. No puedo. Por favor”, tuiteó la joven de 25 años poco antes de despedirse de la red.
La actriz Emma Watson, conocida por su rol como Hermione en la saga Harry Potter también fue víctima de los
trolls cuando en setiembre de 2014 dio un discurso como embajadora Buena Voluntad de ONU Mujeres en el que condenaba la misoginia. Las amenazas no se hicieron esperar y hackers anónimos la amenazaron con publicar sus fotos íntimas robadas. La lista de casos sigue y se repite en todo el mundo.
En cifras
Si bien hombres y mujeres son víctimas de este fenómeno, el tipo de agresiones y amenazas contra las mujeres es más que un insulto o una burla. De los casi 3.000 usuarios de internet que participaron de una investigación del
Pew Research Center en Estados Unidos en octubre de 2014, un 73% afirmó haber sido testigo de alguna forma de agresión virtual. Un 40% fue víctima del abuso.
En los próximos meses, pueden esperar que hagamos cambios en el área y verán controles adicionales”, dijo el el director de gestión de producto de Twitter, Shreyas Dosh
En el caso de los hombres, lo más común son los insultos y las burlas. Pero para las mujeres la cuestión deriva en hostigamiento y acoso sexual. En el caso de West, que muchas veces escribía y debatía sobre violaciones, este era un lugar común en los mensajes que recibía .
Las víctimas más comunes del acoso en redes son, según el estudio, adultos jóvenes –entre 18 y 29 años – y mujeres de entre 18 y 24.
“Tenemos problemas en el trato contra el abuso y los
trolls en la plataforma y hemos sido malos en ello por años “ admitió el CEO de Twitter en el mensaje filtrado. En diciembre, el director de gestión de producto de Twitter, Shreyas Dosh escribió: “En los próximos meses, pueden esperar que hagamos cambios en el área y verán controles adicionales” Ahora que la red social asumió el poco control que ejerce sobre el
trolling, solo queda que mejore las medidas para frenarlo.
Medidas flojas
En mayo de 2014, un grupo de desarrolladores creó un sitio web en el que denunciar el acoso de los trolls. Se trata de
Trolldor, una especie de “lista negra“ para los usuarios de Twitter. Allí cualquiera puede buscar a un usuario para ver su reputación. Más adelante, en diciembre del año pasado, la red social mejoró el proceso de denuncia de usuarios con el objetivo de hacer más fácil acusar a los abusadores. Sin embargo, las quejas se revisan manualmente y eso hace que el proceso sea lento. Hasta el moemento, ninguna de las medidas ha sido efectiva para frenar el acoso de cientos de cuentas que se dedican a hacer bullying digital a otros usuarios.