D. BATTISTE

El bautismo de las arañas

Así es como científicos uruguayos le ponen nombre y apellido a las nuevas especies de ocho patas

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09 de diciembre de 2015 a las 05:00

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A veces los científicos se toman algunas licencias creativas. El mejor ejemplo de esto es el género de arañas Losdolobus. Léala una vez más, con un poco de mala intención y acento en la tercera vocal: los-dolobus. Sí, es exactamente lo que está pensando. Cuando en 1994 el aracnólogo estadounidense Norman Platnick y su colega brasileño Antonio Domingos Brescovit tuvieron que poner nombre a este nuevo género de arañas brasileñas de la familia Orsolobidae, no se les ocurrió mejor idea que pedirle a sus colaboradores, dos argentinos, que les sugirieran un nombre. Si bien en el artículo académico que presenta la etimología la nomenclatura está justificada –significa el "orsolóbido de los dos"–, con un poco de viveza criolla se puede detectar el juego de sílabas que transforma la seria denominación académica del invertebrado en un típico coloquialismo rioplatense.

Aunque la túnica blanca, el microscopio y los tubos de ensayo les den un aire solemne, los científicos saben divertirse a la hora de poner nombres. "Es como el bautismo", explica Miguel Simó, doctor en ciencias biológicas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República. Fernando Pérez Miles, profesor titular de Entomología, agrega: "En ciencia estamos muy circunscriptos a ciertas reglas fijas, entonces, cuando bautizás a las especie es cuando podés tomarte ciertas libertades creativas".

"En ciencia estamos muy circunscriptos a ciertas reglas fijas, entonces, cuando bautizás a las especie es cuando podés tomarte ciertas libertades creativas", explicó el investigador Fernando Pérez Miles

Ambos investigadores tienen especies de arañas nombradas en su honor. Por lo general, suele ser un homenaje que los científicos se dan entre ellos, pero también lo hacen con lugares importantes o personajes famosos. Por ejemplo, Pérez Miles nombró a una araña Agnostopelma gardel en honor a El Mago, y está la famosa Chaco castanea, que si bien describe el color de la especie, también tiene un guiño implícito hacia el artista argentino.

Nombre y apellido

Sin embargo, el proceso de nombrar a una araña tiene reglas serias que todo científico debe conocer y manejar para poder ser validado por la comunidad internacional. Primero que nada, no puede ser ofensivo, ni racial, ni étnicamente, ni en ningún sentido. Debe respetar las reglas estrictas del latín –lenguaje en que se escriben los nombres– y los lineamientos del Código Internacional de Nomenclatura Zoológica, la referencia en denominación de especies.

Al decir araña, uno se puede estar refiriendo –exactamente y hasta la fecha– a 45.756 especies. Además, en los últimos años la cifra crece a un ritmo acelerado. Según calculan los investigadores, se descubren unas 500 especies por año. Por eso, como ocurre con todo lo vivo de este planeta, deben tener ese nombre, diferente del que se usa a nivel popular, para distinguirlas del resto. Por un lado va el género y por otro el epíteto específico (ver recuadro).

Arañas frasco laboratorio

"El nombre no es solo el nombre. Es también su ubicación dentro de un sistema de clasificación. Es su dirección", apunta Pérez Miles. Es que la denominación científica de una especie es la llave para tener información precisa sobre ella y saber dónde está ubicada en el árbol de la vida.

Describir a una nueva especie puede llevar entre dos o tres meses si se trata de una sola y si no tiene mayores complicaciones. Para los científicos implica hacer varias pruebas y procesos que luego condensan en un artículo académico que, de ser aceptado, se publica. Así se incorpora otra araña al catálogo de especies.

El inventario de la vida

Se cree que se desconoce un 86% de las especies que habitan la Tierra. "El hombre calculó la distancia de acá a muchos planetas y galaxias pero hay cosas que están conviviendo con nosotros que no las conocemos", apuntó Pérez Miles. El inventario de la vida, explican los investigadores, es un rompecabezas al que le faltan la mayoría de las piezas.

Incluso aquellas que se conocen pueden ser un problema. A fines de siglo XIX, aracnólogos europeos describieron muchas especies que hoy están archivadas en museos en París, Londres y otras ciudades. En muchos casos hay que volver a describirlas para corregir las imprecisiones del pasado. Algunas incluso tienen como lugar de origen la Banda Oriental, cuando Uruguay ya tenía una constitución propia de más de 60 años. Los investigadores definen ese trabajo como el de un "investigador policial".

Pero en algún momento, a los científicos les atormenta una pregunta: ¿para qué sirve todo esto? El veneno de distintas especies de arañas, por ejemplo, provee de principios activos que se pueden usar tanto en la medicina como en la agricultura y las arañas pueden servir para controlar plagas, entre otras cosas.


Simó responde con el ejemplo de la Allocosa brasiliensis, una araña autóctona cuya presencia en las costas uruguayas es indicio de buena salud del ecosistema. Recientemente, el investigador realizó un estudio en el que determinó cuáles eran los elementos mínimos que tenía que haber en una playa para que esta especie la habite.

En lo concreto, las pautas que derivan de este estudio pueden servir a las intendencias para saber cómo conservar sus playas y ambientes o diagnosticar cuánto daño ha hecho el ser humano. Que esta araña sobreviva implica que también otras especies asociadas a ella están presentes en el lugar. Nombrarlas es el primer paso para conocerlas y entender su rol en la conservación y en la evolución de la vida en la Tierra.

Seis especies descubiertas en los últimos años

Bayana labordai (2014)

Se encontró en Rivera y tanto el género como la especie eran nuevos. Labordai es un homenaje a quien la descubrió, el investigador Alvaro Laborda.

Bumba lennoni (2014)

Tanto el género como la especie son nuevos. Bumba está dedicado a la música folclórica de la región amazónica "boi bumbá" y el epíteto refiere a John Lennon.

Aysenoides simoi (2013)

Esta especie fue nombrada en homenaje al investigador Miguel Simó. Fue encontrada en Chile en las provincias Cautín y Curicó, además de Neuquén, en Argentina.

Euathlus condorito (2014)

El homenajeado en este caso es Condorito, personaje de la historieta chilena. Uno de los ejemplares descriptos fue encontrado en la Región Metropolitana, en Santiago de Chile.

Melloleitaoina uru (2014)

En este caso, lo que motiva el epíteto es una leyenda. Uru era una princesa, heredera del trono inca, que personificaba una leyenda quechua.

Melloleitaoina yupanqui (2014)

Héctor Roberto Chavero Aramburu , conocido como Atahualpa Yupanqui, el cantautor de música folclórica argentina, tiene su propia araña.
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