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Investigadores uruguayos indagan sobre "las historias de amor" de arañas y escorpiones
Las historias de amor y desamor parecen ser solo de los seres humanos. Sin embargo, hay varios grupos de animales que se "enamoran” de una forma analizada por científicos uruguayos. Estos necesitan conseguir pareja para poder reproducirse, y aunque parezca que no deben seguir ninguna clase de regla para conseguir con quien “hacer match”, cuentan con un protocolo intuitivo.
En el marco de la actividad propuesta por el Museo de Historia Natural junto a la Sociedad Zoológica del Uruguay, el investigador Carlos Toscano Gadea del departamento de Ecología y Biología Evolutiva del Instituto Clemente Estable dio una charla titulada “Historias de amor… y desamor en arácnidos: aproximación al comportamiento sexual de arañas, escorpiones y opiliones uruguayos”, en la que explicó cómo encuentran pareja estos tres tipos de animales.
Según dijo el investigador, para conseguir a un par con el que reproducirse, los arácnidos hacen un cortejo en el que evalúan la condición del otro. En este proceso utilizan sus características morfológicas y fisiológicas para generar canales de comunicación –químico, acústico, sísmico, visual y táctil– y lograr el primer acercamiento a su posible pareja.
El cortejo varía según el tipo de arácnido y además, puede diferir en las mismas especies por la distancia a la que se encuentran el macho y la hembra.
El cortejo en arañas lobo
Los machos buscan a las hembras, y para ello siguen dos pasos. En primer lugar, deben encontrarse con la feromona, una sustancia química que deja la hembra en la superficie donde vive y que el macho reconoce claramente al tocar. A partir de eso la araña se desplaza por distintos lugares –siguiendo los rastros que dejó la hembra– hasta que la encuentra e intenta convencerla para reproducirse.
En segundo lugar, el macho hace algunos movimientos para captar la atención de su pretendiente. Toscano Gadea destacó una señal fundamental: la elevación del primer par de patas que, al tener pelos negros que contrastan con el marrón del resto del cuerpo, llaman la atención de las hembras. Asimismo, y también con el objetivo de ser visto, el macho se desplaza de forma entrecortada y golpea el piso de forma rítmica.
Luego de haber visto todas las señales la hembra acepta el cortejo y permite que ocurra el apareamiento.
Canales de comunicación: todos trabajan en conjunto
El cortejo en escorpiones
A diferencia de lo que sucede con las arañas lobo, el cortejo en escorpiones se da cuando el macho y la hembra están juntos, lo que sugiere que hay sustancias químicas de contacto que permiten reconocer la receptividad del otro.
"Una vez que el macho agarra a la hembra esta pliega sus pinzas, pedipalpos, patas y cola contra el cuerpo y espera a que el macho haga una serie de movimientos con los que quedan sujetas de las pinzas", explicó Toscano Gadea. Luego, la pareja comienza a caminar buscando un lugar donde depositar el espermatóforo, una cápsula con espermatozoides que sale del cuerpo del macho para luego ingresar al de su pareja.
Mientras caminan, los escorpiones se comunican y evalúan mutuamente a través de varias señales. El investigador hizo hincapié en un comportamiento llamativo: el macho aguijonea a la hembra y esta no adopta una posición defensiva. “Creemos que es parte del cortejo y de una evaluación mutua”, explicó.
Sin embargo, hay autores que sostienen la hipótesis de que es un comportamiento coercitivo del macho sobre la hembra. Aún no se puede asegurar nada al respecto de esta acción.
El cortejo en opiliones
Estos arácnidos son los únicos que tienen cópula directa, es decir, que los machos tienen un órgano intromisor y las hembras un ovipositor. Esto es fundamental para la cópula porque el macho lo utiliza para llamar la atención de su par: “Levanta su cuerpo y saca su estructura intromisora. Lo saca y lo guarda varias veces para que la hembra lo reconozca”, sostuvo Toscano Gadea.
Pero antes de hacer eso, el macho toca a la hembra con su primer y segundo par de patas. Así, a través de este canal de comunicación táctil, comienza el cortejo que continuará durante la transferencia espermática.
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¿Y el desamor?
Tanto las arañas como los escorpiones capturan presas para alimentarse, y aunque en su mayoría cazan insectos puede que un macho que no hace un cortejo atractivo se convierta en la comida del día de la hembra. Entonces, este proceso es fundamental para que las especies puedan identificarse correctamente y así evitar el canibalismo.
Sin embargo, las historias de desamor no solo ocurren por un mal cortejo. Luego de copular, las hembras pueden atacar a los machos, por lo que estos “lo primero que hacen es salir corriendo”.
