El cierre de la oscuridad

Dark Souls 3 es la entrega que esperaban los fanáticos de una historia peligrosa y sumamente difícil de jugar

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21 de mayo de 2016 a las 05:00

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Presentado en 2011, Dark Souls tomó el testigo de los juegos de rol en tercera persona similares –su antecedente directo y mayor referencia es el similar (y más limitado) Demon's Souls– y fue desde su comienzo un éxito rotundo.

Creado por Hidetaka Miyazaki para From Software, Dark Souls nos presentaba un mundo medieval donde después de años de guerra contra dragones inmortales se había alcanzado (pácticamente) una victoria y comenzaba una nueva era para sus habitantes. El reino ficticio de Lordran se acomodaba luego de este cambio de paradigma y parte de eso implicaba encontrar el destino de los "no-muertos", seres que sufrieron este fin luego del enfrentamiento con los dragones.

El jugador es el ser elegido para encontrar dichos no-muertos a lo largo de varios viajes por el reino. A medida que lo recorre, va entendiendo este universo, sus reglas y sus pautas (que son, en sí mismos, muy complejos; alcanza con ver la cantidad de videos en YouTube que explican la historia del juego).
El jugador cuenta con varias opciones de personajes y clases para elegir: guerrero, caballero, vagabundo, ladrón, bandido, cazador, hechicero, piromántico, clérigo y marginado. Evidentemente, cada clase tiene sus características y sus diferencias. A medida que el jugador recorre y enfrenta rivales –y contacta Personajes No Jugador (PNJ) que le ayudan en su tarea–, sube de nivel.
¿Qué vuelve especial a Dark Souls? Pues que es condenamente difícil y complejo en su filosofía y universo. En una actualidad en la que la gran mayoría de los videojuegos apuesta a su facilidad, Dark Souls se presenta como un desafío complicado de solucionar.


Broche de oro

Luego de que el juego original en 2011 rompiera récords, fue seguido por una secuela no tan exitosa –fue catalogada como "poco imaginativa"– en 2014. No fue una segunda parte directa sino que se presentó como una aventura completamente nueva en el mismo mundo. A pesar de las mejoras en jugabilidad, fue considerado inferior al original en aspectos como desarrollo de la historia.

Ahora llegó Dark Souls 3 para PlayStation 4, Xbox One y PC. En un principio, no es diferente a sus antecesores; pero la opinión general dice que parece que está de regreso para solucionar algunos de los problemas que Dark Souls 2: Scholar of the First tuvo en su momento (vendió alrededor de 650 mil unidades en PC, cifra que consiguió la nueva entrega en una semana); además de darle fin a una saga que sin dudas será un hit dentro de los RPG.

Las mejoras, entonces, son puntuales: dos clases más para elegir como jugador (asesino y heraldo), nuevos escenarios y cierta "accesibilidad" que, sin volverlo más fácil, aseguran un juego, al menos, más dinámico.

Como es de costumbre en esta saga, la muerte acecha a la vuelta de la esquina y morirse es simplemente la consecuencia de elegir mal un camino, no reconocer la debilidad de un rival (ver Jefes finales) o simplemente no apretar los botones en el momento justo.

Las primeras reseñas lo aclaman como un gran cierre de la saga y las críticas, que las hay, son más bien pocas. Se resiente sí que es algo más lineal que sus predecesores y, en definitiva, bastante más breve y rápido de finalizar. Su dificultad sigue siendo aclamada. Es un juego que ha hecho de la frustración y la derrota su mayor baza, ya que aquellos afortunados (o habilidosos) que logran completarlo, tienen máxima satisfacción garantizada.

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