Este sábado 23 de octubre se cumplen tres años del debut oficial de Federico Valverde en el primer equipo de Real Madrid. Fue en 2018, en un partido contra el Viktoria Plzen por la Champions, cuando el volante de 20 años ingresó a los 54 minutos por Isco. Un acontecimiento que generó en redes sociales hasta los aplausos del alemán Toni Kroos, campeón del mundo en Brasil 2014, y compañero del uruguayo.
Apenas ingresó al partido, una jugada de Pajarito terminó en gol del brasileño Marcelo.
Valverde se incorporó a Real Madrid desde Peñarol en la temporada 2016/17 y empezó jugando en el Castilla, la filial de los merengues. En la temporada siguiente fue cedido a préstamo a Deportivo La Coruña y regresó al Madrid en julio de 2018.
Desde su debut en octubre de ese año Valverde disputó 113 partidos y ganó ha ganado tres títulos: el Mundial de Clubes, la Liga de España y la Supercopa de España.
Este domingo 24 de octubre, Real Madrid juega el clásico contra Barcelona a la hora 11.15 (televisa ESPN) y el uruguayo, titular indiscutido en los merengues, fue entrevistado en la web de la institución: “Estoy con nervios, con mucha ilusión y mucho orgullo de poder jugar esta clase de partidos. Y con muchas ganas, como siempre decimos. Es un partido muy lindo y mucha gente lo va a ver en todo el mundo. Muchos niños quieren poder jugarlo, entonces los que tienen la oportunidad de demostrarlo en el campo tienen que dar el 100% y ganar, obviamente”, indicó Valverde, quien además fue convocado por Óscar Tabárez para los próximos dos partidos de Eliminatorias, aunque él está suspendido para jugar contra Argentina.
El año pasado Valverde marcó un gol en el clásico y recordó una anécdota de ese partido que ganó Real Madrid: “Mi gol es lo primero que recuerdo. También obviamente la victoria. Siempre es lindo cuando metes un gol y ganas, obviamente la felicidad es doble. Meter un gol en esa clase de partidos es una de las cosas más bonitas en el fútbol. Es una anécdota, pero me acuerdo de que cuando terminó el encuentro me sentía muy mal porque me había mareado durante el partido. No había mirado el teléfono y cuando llegué a casa tenía mil mensajes de familiares y amigos, y eso es algo especial. Compañeros que me felicitaban por el gol y por el triunfo. Fue un día muy especial y muy lindo”.
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