El detrás de escena del acuerdo Macri – Milei

Tal como contó El Observador, el acuerdo comenzó a edificarse el domingo por la noche. El discurso de Patricia Bullrich desde el escenario perdedor y la furia de los radicales delinearon la senda que culminó ayer por la mañana con el anuncio del acuerdo entre las dos fórmulas derrotadas el último domingo.

Desde la UCR aseguran que la noche del domingo Macri le indicó el camino a seguir a Patricia Bullrich. Esa decisión provocó que los principales referentes del partido centenario abandonaran el búnker enojados y conscientes de lo que estaba por venir.

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El lunes, cuando la oposición no había terminado de asimilar el golpe de las urnas y Milei ya se paseaba por los canales de televisión, Macri puso en marcha formalmente el acuerdo. A eso hora el expresidente ya había ganado en centro de la escena interna y comenzaba a ser el vértice del triángulo para construir un acuerdo.

Según pudo reconstruir El Observador el lunes Macri reunió a su mesa chica en sus oficinas de Olivos para desarrollar los parámetros bajo los cuales se plasmaría el acuerdo. Ese día no hubo cara a cara entre los candidatos. La reunión sería 24 horas más tarde. Pero la comunicación entre todos los sectores ya estaba en marcha.

En paralelo, Patricia Bullrich ya había levantado su licencia como presidenta del PRO y reasumido su cargo. En ese marco se habían convocado dos reuniones. El miércoles se juntaría la conducción el PRO y el jueves la mesa nacional de Juntos por el Cambio. Como es sabido, nada de eso pasó.

El martes por la noche, Bullrich y Milei se vieron las caras. La casa de Macri en Acausso fue el escenario elegido. Voceros de ambos partes dejaron trascender que la reunión tuvo un primer momento de tensión, pero que después avanzó hacia cierta racionalidad vinculada a cuestiones políticas de cara a la campaña.

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En ese marco, aseguran que Bullrich pidió límites para Barrionuevo y no cuestionar el sistema público educativo. El libertario habría concedido ambas cuestionas a cambio de que tanto ella como Macri funcionen como amplificadores de su campaña. También acordaron una primera línea narrativa: el antikircherismo.

Desde el radicalismo intuían que las negociaciones estaban en marcha, pero no tenían certezas. El miércoles por la mañana con el rumor ya instalado en los medios, las preguntas de los referentes de la UCR de CABA llegaban al teléfono de Horacio Rodríguez Larreta. Ante las consultas de los socios de la coalición el jefe de Gobierno porteño respondía con lo que sabía, que era poco y nada. “Patricia va a hablar a título personal”, repetía, palabras más palabras menos, el dirigente del PRO.

La certeza con la que respondía Larreta estaba basada en una reunión previa. Antes de que Bullrich y Luis Petri, su compañero de fórmula, dieran la conferencia de presna que desataría la tempestad dentro de Juntos por el Cambio, el jefe de Gobierno porteño asistió a una reunión a la que lo había citado Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Allí también estuvieron Cristian Ritondo, Jorge Macri y María Eugenia Vidal, entre otros.

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En ese marco, Patricia Bullrich anticipó su postura. Larreta le pidió que hable solo a título personal. Hubo consenso sobre que cada dirigente tendría libertad de acción. Un par de horas más tarde, Bullrich agarraba el micrófono y hablaba en nombre de la fórmula presidencial, la boleta completa y los 6 millones de votantes de Juntos por el Cambio. El resto ya es historia.

Lo que viene

Por ahora ni los dirigentes ni los equipos de campaña tiene reuniones previstas para desarrollar acciones conjuntas. Más allá de sentar posición en los medios o desplegar alguna mínima estrategia en redes sociales.

“Lo de ayer fue una declaración unilateral”, explican desde el entorno de Patricia Bullrich y agregan: “por ahora no hay  nada previsto”.

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En tanto, desde La Libertad Avanza la primera medida fue cambiar sus voceros en los medios. Ya no será Lilia Lemoine la que exprese las ideas de la Libertad ni los jóvenes encargados de las redes. Ese rol lo ocuparan Guillermo Francos, Karina Milei, Ramiro Marra y Victoria Villaruel.