Camilo Dos Santos

El lunes negro de los mercados y por qué el dólar sigue subiendo

Las turbulencias tuvieron efecto en Uruguay con fuerte suba del dólar que obligó a una nueva intervención del BCU

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09 de marzo de 2020 a las 18:02

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Fue un lunes negro. Al pánico creciente de los últimos días por el avance del coronavirus y el temor por  una posible recesión global, se sumaron las turbulencias generadas en el mercado petrolero.  Un cóctel explosivo que sacudió a las plazas financieras del mundo. Los principales índices accionarios se desplomaron y el ritmo devaluatorio de las monedas emergentes frente al dólar se aceleró, mientras los inversores se refugiaban en activos más seguros.

La incertidumbre se multiplicó y el mercado cambiario uruguayo sintió los efectos desde temprano. El dólar llegó a apreciarse un 6% en el arranque de la operativa hasta tocar los $ 46 en la pizarra de los cambios.

Fue cercano a mediodía que el Banco Central (BCU) apareció para intervenir en el mercado spot con el objetivo de devolver la calma a los diferentes agentes. Tras cotizar a $ 44 en el mayorista, la divisa perdió fuerza y finalmente terminó la jornada  con una suba de 3,74 % y negocios a un valor promedio de $ 43,199. Fue la mayor suba diaria desde mediados de junio de 2010 (3,6%).

El BCU vendió reservas por US$ 17,3 millones para suavizar la suba, sobre una operativa  total de US$ 58,9 millones. La última transacción del día se realizó a $ 42,95 a través de la Bolsa Electrónica de Valores (Bevsa). En 13 días consecutivos donde el billete verde se fortaleció 13,2 % fue la segunda señal de la autoridad monetaria.

El economista Javier De Haedo recordó en su cuenta de Twitter que entre agosto y diciembre de 2008, en un contexto global crítico como el actual, el dólar subió en Uruguay 26,7% con la misma política cambiaria de hoy, que permite adecuar con gradualidad los precios relativos ante un shock externo.

“Tomando como base enero, con un TC promedio de $ 37,355, un 26,7% más es $ 47,30, bien arriba de donde estamos en estos momentos. No es un pronóstico, es una mera referencia para evaluar magnitudes sin caer en tonterías”, afirmó. De Haedo respaldó la estrategia del BCU, que según dijo, “está actuando razonablemente”, permitiendo que la moneda acompañe a la tendencia global que afecta a sus pares emergentes, pero atenuando la volatilidad cuando esta se exacerba.

A nivel regional, en Brasil la divisa se negociaba con una suba de 2,64% a 4,7489 reales por unidad, después que el banco central vendiera US$ 3.000 millones para contener el avance. En tanto, la Bolsa de San Pablo perdía un 12%.

En Argentina el dólar se fortaleció apenas 0,08 %  a 62,53 pesos, con intervención del Banco Central (BCRA) por unos US$ 100 millones. El riesgo país que mide JP Morgan saltó 16% y superó los 2.800 puntos, el peor nivel desde 2005.

El pánico se apoderó de las bolsas

El foco de atención de los inversores se centró en la guerra de precios desatada por Arabia Saudita en los mercados petroleros, después del fracaso de un acuerdo de la OPEP con Rusia. El país árabe decidió aumentar fuertemente su producción y eso repercutió en una caída marcada de los precios de venta. El valor del crudo Brent (referencia de Ancap) tuvo su peor día en casi tres décadas. Llegó a caer cerca de 30% en la apertura y terminó la jornada cotizando a US$ 34 con descenso de 24%.

Ello desató una vasta ola vendedora en los mercados financieros, que ya estaban en pánico por los efectos económicos del coronavirus. La  respuesta en las bolsas del mundo no se hizo esperar con pérdidas millonarias desde la apertura de los mercados. Incluso en Wall Street  se activó el mecanismo de suspensión de 15 minutos dispuesto tras la crisis financiera del 2008-2009.

Los principales índices de Wall Street llegaron a perder cerca del 7% y el Promedio Industrial Dow Jones se hundió 2.000 puntos, en la mayor baja diaria de su historia. Los indicadores mejoraron levemente tras la suspensión de los intercambios, pero el desempeño en rojo volvió rápidamente a apoderarse de las pantallas. Al cierre el Dow Jones perdió 7,8%, el S&P 7,6% y el Nasdaq 7,3 %.

"La epidemia (del coronavirus) contaminó la atmósfera de los mercados. Con las bolsas europeas y estadounidenses cayendo y el hundimiento del precio del petróleo, la epidemia es un catalizador" de la debilidad y las contradicciones de la economía mundial, dijo Shen Zhengyang, un analista de Northeast Securities.

Refugio en bonos

Mientras los mercados se hundían, los inversores escapaban hacia el refugio de los bonos gubernamentales de EEUU que dispararon sus precios y vieron menguado su rentabilidad. Los rendimientos de los bonos a 10 años tocaron un piso histórico de 0,318% mientras que los papeles a 30 años se ubicaron en 0,712%.

"Los niveles que estamos viendo en los rendimientos de la deuda estadounidense no están desconectados de la realidad", dijo Peter Chatwell, jefe de estrategias de mercado de Mizuho en Londres. "Hay un virus expandiéndose por el mundo y las acciones para controlarlo ralentizarán la actividad económica, cuando ya estamos viendo un crecimiento global débil", apuntó.

Riesgos en aumento

El complejo escenario internacional es todo un desafío para las autoridades económicas a nivel mundial. Por lo pronto la Reserva Federal (FED) anunció que aumentará los montos que inyecta diariamente a los mercados financieros en US$ 50.000 millones hasta alcanzar los US$ 150.000 millones.

Aun sí el banco central estadounidense tiene margen para nuevas medidas. Una que la mayoría de los analistas espera refiere a un nuevo recorte de las tasas de interés en 75 puntos básicos en la reunión que tendrá lugar dentro de 10 días. La posibilidad de que eso ocurra está hoy cercana al 100%, según sitios especializados.

Los mercados temen ahora una crisis de la economía real, a medida que la epidemia de coronavirus afecta a las cadenas de producción de todo el planeta, obliga a cancelar vuelos y eventos profesionales y hace caer el turismo.

"El riesgo de recesión mundial aumentó (...) Un retroceso prolongado del consumo, además del cierre prolongado de las empresas, atacaría los beneficios, conduciría a suprimir empleos y pesaría en el ánimo" de los actores económicos, apuntaron los analistas de la agencia Moody's. La caída en las bolsas podría además provocar dificultades de financiación para la economía real, como ya ocurrió en la crisis financiera de 2008.

(El Observador y agencias)

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