Camilo dos Santos

El Museo del Fútbol, un santuario celeste, cumple 45 años en medio de su crecimiento

El Museo del Fútbol cumple 45 años; posee medallas y camisetas de Nasazzi y Obdulio, zapatos de Scarone, casacas de Pelé y Maradona, y mobiliario histórico de la AUF y del primer congreso de Conmebol

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13 de diciembre de 2020 a las 05:02

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"Le doy US$ 1 millón por esa camiseta. Tiene que ser mía. ¡Por favor le pido!”. La frase surgió espontánea y en tono de ruego de un turista y coleccionista brasileño que visitaba hace unos años el Museo del Fútbol del Estadio Centenario, que este martes 15 cumple 45 años. Un ruego caro, al que no se le dio cabida.

La reliquia que pretendía comprar –sin que estuviera a la venta– era una camiseta que Pelé, con 17 años, utilizó en el Mundial de Suecia 1958, el primero.

El museo se fundó en 1975 y constaba de un solo piso y no de los dos que tiene hoy. “Empezó a funcionar como un paseo previo de los partidos que se jugaban en el Centenario, o incluso después de los mismos”, comentó a Referí, su exdirector, Mario Romano.

Después de un par de años, el museo cerró sus puertas durante más de una década, hasta que en octubre de 2004.

Allí fue totalmente remodelado y ya con dos pisos, es uno de los llamadores más importantes que tienen los turistas cuando visitan Montevideo.

Fuera de pandemia y de temporada, llegó a albergar 200 personas por día, mientras que normalmente en enero y febrero lo visitan 400.

Camilo dos Santos

El 95% de los turistas que llega al Museo del Fútbol es de origen brasileño.

Cuando se remodeló el mismo, se colocó un ascensor panorámico en la Torre de los Homenajes de la Tribuna Olímpica. Debajo de esta y cuando estaban en plenas obras, se encontraron con la piedra fundacional del Centenario que fue colocada el 21 de julio de 1929. La misma se exhibe como un tesoro. Y lo es.

Allí, Romano vivió una anécdota con el exzaguero y técnico argentino, Roberto Perfumo, quien falleció hace cuatro años.

“Estaba en la presentación de un libro y mientras el autor firmaba ejemplares, se me ocurrió llevarlo a lo alto de la torre en el ascensor que estaba en construcción. Subió y quedó maravillado, recordando la final con Racing ante Celtic cuando ganaron la Intercontinental en 1967 y cuando enfrentaron a Nacional en la final de la Libertadores de ese año. Cuando fuimos a bajar, en la bajada el ascensor se trancó y se paró. Se puso muy nervioso. ‘¿A qué altura estamos? ¿Se puede caer?’. Fueron minutos, pero parecieron horas. Al poco tiempo me lo encontré en cancha de Racing de Avellaneda tomando un café. Le toqué el hombro y le pregunté: ‘¿Hay algún ascensor en este estadio?’. Enseguida me recordó, nos abrazamos y me dijo que siempre contaba esa anécdota”, explicó Romano.

Tesoros invaluables

Los 3.000 metros cuadrados que tiene el museo, albergan toda la historia del fútbol uruguayo, pero también camisetas de Diego Maradona, Pelé, el francés Liliam Thuram y otros deportes. Porque también está el par de remos que utilizó Eduardo Risso, medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 1948, e incluso una bicicleta del inolvidable Atilio Francois con la que fue vicecampeón del mundo en París en 1947.

Las cuatro gestas gloriosas del fútbol uruguayo están notablemente representadas.

Desde la bandera original que llevó la delegación celeste a los Juegos Olímpicos de Colombes en 1924 –desflecada por el tiempo–, al pabellón que llevó José Nasazzi el día de la inauguración de los mismos.

De él hay una sección dedicada a decenas de medallas y también la camiseta celeste que utilizó en los Juegos Olímpicos de 1928 en Ámsterdam.

También están los zapatos de José Vidal –quien convirtió el primer gol celeste en Colombes en el partido debut (7-0 a Yugoslavia) en 1924– y los del Mago Héctor Scarone cuando tras el pase de Tito Borjas con el “Tuya Héctor”,  anotó el 2-1 decisivo en la segunda final contra Argentina en Ámsterdam 1928.

Del Mundial de 1930 también hay muchos elementos como los botines que Santos Iriarte –autor del tercer gol en el 4-2 contra los argentinos– utilizó en esa final. Además, tanto de 1930 como de 1950, hay dos réplicas de la Copa Jules Rimet ganada por Uruguay y cedidas por la FIFA.

Camilo dos Santos

La camiseta de Obdulio con el número 5 en rojo atrás –en el primer Mundial en el que se utilizaban los números–, es un llamador.

A vista de todos, además, aparecen los tres premios que le entregó Brasil a Uruguay por ganar el Mundial en Maracaná: una copa gigante, un balón revestido de oro 24 kilates y una artesanía de indios del Amazonas.

Respecto al mobiliario histórico, hay cosas muy interesantes.

Por ejemplo, la mesa de reuniones de lo que era la Liga Uruguaya de Fútbol y luego fue la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), en la que se llevó a cabo el primer congreso de la Confederación Sudamericana de Fútbol en Montevideo el 15 de diciembre de 1916. En esa misma mesa, años después se decidió concurrir a los Juegos Olímpicos de 1924.

A su vez, también se aprecia el viejo mobiliario que tenía la AUF de 1920 –justo se cumplen 100 años– y en el cual el entonces presidente de la misma, Raúl Jude, recibió allí en 1930 a Jules Rimet, presidente de FIFA durante el Mundial.

Otra reliquia del museo es la vieja puerta de roble de la sede antigua de la AUF que daba a 18 de Julio.

En cada rincón se respira historia. Caminando por allí se aprecia una camiseta que Diego Maradona utilizó en el Sudamericano juvenil de Montevideo en 1977 con 18 años.

El primer Campeonato Sudamericano de fútbol se jugó en 1916 en Argentina, pero allí aún no estaba instaurado el trofeo Copa América que sí estuvo en Montevideo un año después. Las dos las ganó Uruguay. La de 1916, distinta a la Copa América tradicional, también descansa en el museo. Un santuario celeste.

 

OBRAS DE ARTE DEL DEPORTE POR DOQUIER

 

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LA PRIMERA COPA AMÉRICA
En 1916, Uruguay ganó la primera Copa América. Aún no existía el actual trofeo que se confeccionó para 1917 y que también ganó Uruguay.

 

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UNA MESA HISTÓRICA

En esta mesa se reunió el primer congreso de la Confederación Sudamericana de Fútbol el 15 de diciembre de 1916. Años despúes, también alí se determinó ir a los JJOO de 1924.

 

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BANDERAS Y BASTÓN
Por un lado, la bandera que llevó Nasazzi –como capitán–en los Juegos de 1924, y por otro, la bandera y el bastón del arquero Andrés Mazali. Todos usaban ambas cosas.

 

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LA PIEDRA FUNDACIONAL
Una verdadera reliquia del Museo. La encontraron cuando hicieron el ascensor de la torre.

 

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CAMISETA DE NASAZZI
En primer plano, la camiseta celeste que utilizó José Nasazzi en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928 en el que la selección fue bicampeona.

 

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RÉPLICA DE JULES RIMET
El Museo del Fútbol posee dos enviadas por FIFA: esta por la de 1950 –al lado una medalla al honor que la CSF le dio a Obdulio– y otra por 1930.

 

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LA CAMISETA DE OBDULIO
Uno de los puntos fuertes del museo es la camiseta que utilizó Obdulio Varela en Maracaná 1950. Fue la primera vez que se usaron números y fueron rojos.

 

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TROFEOS DE 1950
Brasil le dio a Uruguay por ser campeón en 1950, tres premios: una copa gigante,

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un balón revestido en oro 22 kilates

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y una artesanía de indios del amazonas.

 

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LA VIEJA PUERTA DE LA AUF
La puerta de roble que tuvo la anterior sede de la AUF en 18 de Julio hasta 1976, aparece junto al escritorio del presidente de la AUF en 1930, Raúl Jude.

 

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EL VIEJO MOBILIARIO
También se puede ver en el museo el viejo mobiliario de la AUF que este año justo cumplió 100 años. En el cuadro de atrás aparecen Rimet, Jude y Narancio.

 

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LA CAMISETA DE PELÉ
No todo es fútbol uruguayo en el Museo del Fútbol. Una camiseta que utilizó Pelé en el Mundial de Suecia 1958 con 17 años, es una de las grandes atracciones.

 

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MARADONA PRESENTE
Otra reliquia del museo es una camiseta que utilizó Diego Armando Maradona en el Sudamericano juvenil de 1977 cuando tenía 18 años.

 

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ALGUNAS MEDALLAS DE NASAZZI
El acervo que contiene el Museo del Fútbol es espectacular. En una vitrina se pueden observar, por ejemplo, varias de las medallas que ganó José Nasazzi, el capitán más grande de la historia del fútbol uruguayo, en parte de su carrera.

 

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LAS CANILLERAS DEL MANCO CASTRO
El Manco Castro fue enorme con la celeste. Entre otras cosas suyas, en el museo se ven las canilleras que usaba en la época.

 

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LOS ZAPATOS DE JOSÉ VIDAL
No son cualquier par de botines. Los utilizó José Villar en la primera victoria de Uruguay en los Juegos Olímpicos de Colombes en 1924 -contra Yugoslavia- y con el derecho, convirtió el primer gol celeste en esa instancia histórica.

 

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LOS BOTINES DE UN MAGO
Héctor Scarone era considerado por toda la prensa de entonces como el mejor futbolista del mundo. Estos son los zapatos que utilizó en la segunda final contra Argentina en los Juegos Olímpiocs de Ámsterdam 1928 y con el derecho, anotó el segundo tanto para el 2-1 que dio la victoria.

 

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LA CELESTE DE VENANCIO EN LA COPA DE ORO
El Museo del Fútbol tiene dos camisetas de los campeones de la Copa de Oro: esta que perteneció a Venancio Ramos, y la del Chifle Walter Barrios.

 

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LA ESTATUA DE GHIGGIA Y EL MURAL DE PÁEZ VILARÓ
Otro de los atractivos con los que cuenta el Museo es una estatua de Alcides Ghiggia, autor del gol más importante en la historia el fútbol uruguayo en Maracaná 1950, y un mural de Carlos Páez Vilaró de fondo.

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