Diego Battiste

El presidente en el velatorio de la policía asesinada: un gesto que refuerza su política de seguridad

El presidente y el ministro intentaron mostrar el apoyo policial del que vienen hablando y contrastar con el anterior gobierno, que últimamente estaba ausente de los velorios

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10 de marzo de 2020 a las 05:04

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La presencia del presidente Luis Lacalle Pou y del ministro del Interior Jorge Larrañaga este lunes en el velatorio de la policía Daniela Da Silva, la agente de 31 años asesinada para robarle el arma de reglamento, en el barrio Ellauri, intentó reflejar el apoyo policial en el que tanto se había hablado en la campaña y en el que se viene haciendo foco desde que asumió el gobierno nueve días atrás.

El apoyo a la policía es uno de los tres pilares que el mandatario le transmitió a las nuevas jerarquías policiales en la reunión del 2 de marzo, junto con la mayor presencia de policías en las calles y la cercanía con la gente. Pero la puesta en marcha de los “operativos de alto impacto” que el gobierno lanzó en todas las jefaturas del país para bajar a tierra esos lineamientos, derivó en varias denuncias por abuso policial o exceso de autoridad.

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La primera semana del nuevo gobierno terminó con dos denuncias concretas, y otras de las que dio cuenta la Institución Nacional de Derechos Humanos –en total unas ocho, según informó este lunes Juan Faroppa a El Observador–. En las redes sociales circuló un video en el que se veía a un grupo de personas que eran registradas en una plaza de San José por dos uniformados, y uno de ellos apuntaba con una escopeta. El viernes, un joven malabarista de 23 años denunció haber sido destratado por tres efectivos de la Guardia Republicana mientras hacía una rutina en la esquina de Millán y Garzón. Según denunció ante la Fiscalía –acompañado por el diputado del MPP Gabriel Otero–, dos hombres y una mujer se le acercaron para cachearlo y lo golpearon. Según Otero, los efectivos le dijeron: "A los crotos como vos no los queremos en la calle", y la funcionaria le preguntó: "¿Vos sos marica que usás vestido?". En tanto, este lunes se sumó otra denuncia de un funcionario municipal que, según su versión, fue sometido a un procedimiento policial en el que le pegaron y recibió una herida de bala en una pierna.

El Ministerio del Interior aclaró que el hombre que era apuntado en la plaza de San José tenía dos machetes en sus manos, algo que dijo que el video que circuló, no mostraba. Sobre las otras dos denuncias se informó que estaban siendo investigadas.

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Este lunes, el gobierno logró que el centro de atención se corriera hacia otro eje: el sufrimiento del cuerpo policial frente a otra muerte de una funcionaria que cayó en cumplimiento de su deber. Da Silva fue la tercera policía asesinada en lo que va del año, junto con el caso de César Texeira, quien murió de un disparo en la cabeza mientras conducía su moto para ir a trabajar a la altura de la ruta 5 y Santa Lucía, y Carlos Adrián de los Santos, un cabo de la policía que murió en la Pizzería Express de San Carlos a dónde entró a robar José Luis Rodríguez Da Rosa. Luego se supo que ambos eran cuñados. 

Frente a esta seguidilla de ataques a policías -en el primer mes de 2020 hubo un total de 78 denuncias por delitos contra policías– la presencia de Lacalle Pou y toda la cúpula del Ministerio del Interior, entre otros representantes del gobierno que se hicieron presentes en la sala de velatorios Forestier Pose, y luego en el panteón policial del Cementerio Central fue significativa. También se hizo presente el presidente del Pit-Cnt Fernando Pereira, quién no había visto en otros velatorios de uniformados. El sábado tras conocerse la muerte de la trabajadora, Pereira escribió en su Facebook que era "una tragedia para todos los trabajadores”. 

Pereira señaló que Da Silva “murió por trabajar”. “Hoy siento el dolor de la injusticia y la necesidad de expresar mi solidaridad con la familia, con el sindicato de policías, y con todos los que nos rebelamos contra la injusticia. Hoy, sin duda, es un día de duelo para el conjunto de los trabajadores y trabajadoras uruguayas. La vida es el bien supremo a preservar y ese bien nadie lo debería perder por trabajar”, concluía el presidente del PIT-CNT.

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Con su apoyo a los trabajadores, Pereira sin proponérselo, se unió a la causa.

Según dijeron las autoridades del gobierno, el ministro Larrañaga no sólo se hizo presente en el velatorio de Forestier Pose, sino que además había estado en contacto telefónico con los familiares de Da Silva desde que el viernes ingresó herida al Hospital Policial. Allí se presentó el mismo viernes el jefe de Policía de Montevideo, Erode Ruiz.

La imagen de los jerarcas del gobierno en el velatorio contrasta con la del gobierno anterior. El presidente Tabaré Vázquez no estuvo presente en un entierro de policías y el exministro Eduardo Bonomi había dejado de hacer presente. En el entierro de Texeira, la única autoridad policial presente fue el entonces director nacional de la Policía, Mario Layera.

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De hecho en abril de 2017, cuando murió el policía Roberto Fernando Cortés, asesinado de siete disparos por dos delincuentes que intentaron robarle el auto, se cuestionó que el ministro no se hiciera presente. Al día siguiente en el programa De Ocho a Diez de radio Uruguay el entonces jerarca dijo que pensaba ir pero luego le recomendaron que no lo hiciera porque había dudas sobre si había habido una irregularidad al trabajar como guardia de seguridad. “Consulto a la dirección de la Policía y no queremos alentar la irregularidad", agregó, explicando que "cuando se determina que (la muerte de un agente) es una caída en un acto de servicio, ahí sí, (se lo despide) con todos los honores y yo voy".

En contraposición a esa postura, las fuentes agregaron que la tónica que Larrañaga imprimirá a su gestión será hacerse presente toda vez que haya un policía caído. De hecho, antes de asumir, en enero, había estado en el entierro de Texeira. En ese momento dijo que su presencia pretendía ser “un mensaje para la fuerza policial”. 

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