El uso ilegal de tropas mercenarias en la guerra

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El uso ilegal de tropas mercenarias en la guerra

La participación de combatientes extranjeros rentados en la guerra choca con normas internacionales, pero es una realidad cada día más extendida en los conflictos internacionales
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04 de junio de 2022 a las 05:01

A 100 días de iniciada la “Operación Especial” que Rusia lanzó contra Ucrania, las operaciones militares han cobrado el volumen y extensión de una guerra convencional extendida prácticamente a todo el territorio ucraniano, si bien en los últimos días los combates se han concentrado en el Donbás, la región ruso parlante que parece estar casi totalmente bajo dominio de las tropas rusas.

Aunque ninguna de las partes ha emitido informes precisos sobre bajas y heridos y sobre las víctimas civiles colaterales del conflicto, es evidente que ese número ya asciende a cifras del orden de miles de combatientes y no combatientes muertos o heridos.

Otro aspecto que permanece en una nebulosa oficial por parte de ambos contendientes y sujeto a múltiples especulaciones por parte de los medios de información y los analistas especializados, es la presencia de mercenarios combatiendo en el teatro de operaciones.

Rusia ha denunciado en varias oportunidades que en Ucrania hay mercenarios extranjeros provenientes de varios países, lo que resulta verosímil teniendo en cuenta que el propio presidente Zelensky anunció hacia finales de febrero la creación de una “Legión Internacional” e hizo un claro llamamiento: “Si tienes experiencia de combate, puedes unirte a nosotros y defender Europa con nosotros”. Incluso se conoció un video promocional oficial dirigido a posibles interesados en combatir por una remuneración. En el mismo se reproducen escenas de combate, de uso de armamento pesado y se expresan burlas y frases ofensivas sobre los dirigentes políticos y militares del Kremlin.

Según una investigación del diario alemán Die Zeit, el cuartel general del Regimiento Azov en Kyiv es el lugar oficial de reunión y entrenamiento para los “voluntarios extranjeros” que quieren unirse al ejército ucraniano. Olena Semyanka, la figura más conocida del ala política del Regimiento, quien se ha hecho fotografiar con una bandera que incluye la cruz Esvástica, declaró a Die Zeit que era asistente de un diputado del partido gobernante del presidente Zelensky y que le apoyaba en la creación de la Legión Internacional.

Otros elementos que conforman la estructura de combatientes mercenarios en el bando ucraniano son la Legión Georgiana y el Batallón Dzhokhar Dudayev, reclutados entre los veteranos de las guerras de Georgia y Chechenia. Ambos se formaron en 2014 para luchar contra los separatistas prorrusos en el este de Ucrania porque el ejército ucraniano se había derrumbado en gran medida tras el golpe de Estado que derrocó al presidente pro ruso Yanukovich.

La Legión Georgiana, comandada por el ex oficial georgiano Mamuka Mamulashvili, recluta solamente profesionales con amplia experiencia en combate además de contar entre sus filas con numerosos mercenarios de países de Occidente que lucharon contra Rusia en Chechenia y Georgia.  Todo indica que uno de los puntos clave en el proceso de reclutamiento pasa por la embajada ucraniana en Alemania, a cargo del embajador Andriy Melnik, es un confeso admirador de Stepan Bandera -líder del nazismo ucraniano durante la Segunda Guerra- que no ha tenido reparos en criticar a las autoridades alemanas por una supuesta traición a Ucrania por seguir comprando gas y petróleo a Rusia, acusando al canciller Olaf Scholz por “falta de determinación en la lucha por la libertad”.

Rusia, por su parte también parece haber recurrido al reclutamiento de mercenarios rentados que, según fuentes occidentales, provienen de Siria, Libia y Chechenia, estimándose que hay combatientes y personal auxiliar extranjero desplegados a lo largo del frente de combate. Estos incluirían a miembros del enigmático grupo Wagner, una empresa contratista de servicios militares y de seguridad -cuya existencia ha sido negada repetidamente por el Kremlin- fundada por Dmitry Utkin, un veterano de la guerra ruso-chechena y ex miembro del GRU, el directorio de Inteligencia Militar del Ejército ruso. Se estima que uno de los roles especiales asignados a combatientes del grupo Wagner fue el de infiltrarse en Kyiv en semanas previas al inicio de la guerra para reunir datos de inteligencia y eventualmente realizar acciones encubiertas de sabotaje y eliminación selectiva de blancos.  

Medios occidentales especulan con que el grupo estaría relacionado con el presidente Putin a través de unos de sus allegados, Yevgeny Prigozhin, poderoso empresario con múltiples intereses y perteneciente al círculo íntimo del presidente.

Más allá de las especulaciones de la prensa y de las operaciones de inteligencia y desinformación inevitables en la guerra, lo cierto es que, al contrario que Ucrania, Rusia ha guardado un cerrado silencio sobre la eventual presencia de personal extranjero rentado entre sus tropas y que su despliegue operativo, su número y composición deben considerarse estimaciones basadas en investigaciones periodísticas, en testimonios y comentarios de participantes en el conflicto y en antecedentes de su presencia en otros conflicto protagonizados por Rusia.  

Un interrogante no menor que se plantea con respecto a la utilización de tropa mercenaria es la efectividad militar de su accionar, el rendimiento en combate y la capacidad de asimilarse a la disciplina, la organización y aún al lenguaje y costumbres del país contratante.

Según un reciente informe del Washington Post, un número importante de mercenarios contratados por Ucrania estarían huyendo de los combates y buscando cómo regresar a sus lugares de origen debido a las sensibles deficiencias de la organización y el equipamiento brindados por el ejército ucraniano. Según testimonios citados por el diario, no sólo el armamento, tanto el liviano como el de apoyo, era de inferior calidad y estado de mantenimiento al que había sido prometido, sino que no pocas veces los combatientes fueron conscientes de que les eran asignadas todas las misiones de riesgo para preservar el personal ucraniano.

Desde tiempos inmemoriales, las sociedades organizadas en Estados han recurrido -en tiempos de guerra- a contratar mercenarios, soldados de fortuna, condottieri, söldner, para suplir, complementar o reemplazar los ejércitos regulares. Su uso, muchas veces denostado desde la razón moral en el uso de la fuerza estatal es, no obstante, una realidad que se ha hecho cada vez más extendida en el mundo moderno. A tal punto que ha sido necesario que las Naciones Unidas legislen, como parte de las leyes que regulan los conflictos armados bajo el principio del respeto al “derecho de gentes”, sobre la prohibición del uso de fuerzas mercenarias en guerras en varios ítems que definen, no sólo qué es un mercenario y cuál sería su estatus en caso de captura, sino la responsabilidad que le cabría, bajo las leyes humanitarias de la guerra- a los Estados que los utilizaran.

Con información de The Washington Post, Die Zeit, Anadolu agency, The Jerusalem Post

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