Si existe un aspecto en favor de la salud institucional de Peñarol, en este caso el consejo directivo eligió por unanimidad al entrenador. En el acierto o en el error, todos compartirán responsabilidades.
Sin embargo, habrá otros elementos que ingresarán a tallar, y el relieve que alcance lo marcarán el día a día, y el tono que vaya tomando la campaña.
Foto: Leonardo Carreño.
Evaristo González
La decisión de Ruglio de sostener a Pablo Bengoechea como director deportivo pasando por encima de los reglamentos (como le enmendó la plana la Asamblea Representativa) generó que renunciara el secretario general, Evaristo González y que manifestara: "Nunca estuve en una directiva que siete sean menos que cuatro".
No será lo único. Ruglio utiliza como buque insignia de su gestión las obras, la construcción de la Ciudad Deportiva y el crecimiento en la infraestructura del club, que comenzó a inaugurar, con los millonarios ingresos que generó la política deportiva de Damiani. Mientras esto ocurre, la oposición mira con lupa los gastos que se generaron en este período y qué heredará la próxima administración.
Finalmente, y aquí está el talón de Aquiles y que hace inevitable que la política termine invadiendo el terreno deportivo: una posible consagración de Peñarol en el Uruguayo será un elemento que reforzará la gestión de Ruglio, porque ganar dos temporadas en tres es un buen dulce para captar votos.
Damiani regresa liviano de peso
En medio de este escenario, el expresidente Juan Pedro Damiani volvió a escena, aunque asegura que no se pronunciará hasta el próximo mes.
Mirando las encuestas para saber dónde está parado, empieza a sentirse cómodo.
Marcelo Decaux publicó en Referí los detalles de la encuesta de Cifra, encargada por Damiani, realizada en julio entre 400 socios de Peñarol habilitados para votar. Según ese trabajo, la intención de voto es la siguiente: Damiani 30%, Evaristo González 30%, Ruglio 15%, Guillermo Varela 8%, Edgardo Novick 5% y ninguno 3%.
El informe de Cifra agrega además que el 45% cree que el próximo presidente será Damiani, mientras que el 24% piensa que será Evaristo González.
Si se proyecta la intención de voto, cuando se les pregunta y repregunta si efectivamente tienen definido votar en las elecciones de Peñarol, Damiani trepa al 46%, Evaristo González llega a un 45% y Ruglio a 11%.
Con este escenario está despejada la pista para el regreso de Damiani.
¿Cuál es el detalle más importante en este momento? El expresidente vuelve descontaminado, tras permanecer alejado durante seis años del fútbol y fortalecido, porque todos aquellos cuestionamientos que le pasaron factura durante sus tres mandatos, que le costaron las críticas de Ruglio, también terminaron exponiendo a sus sucesores y hoy es el actual presidente quien padece lo que sufría Damiani hasta 2017.
La última jugada de Ruglio
El actual presidente de Peñarol va en busca de su reelección y está en todos los detalles.
Políticamente realizó una de las peores gestiones de la historia de Peñarol, se enfrentó a la AUF, sus estados de Whatsapp lo alejaron de la mayoría de los actores del fútbol profesional (los árbitros y las SAD, que en el último caso son el 50% del mercado y se quedaron con su silla en el Ejecutivo), se paró en la vereda de enfrente del presidente de la Asociación, le faltó experiencia para negociar, terminó quedando fuera del gobierno del fútbol y, finalmente, el 11 de julio, el club decidió tomar distancia de la AUF. Retiró a todos sus representantes en los tribunales, transitoriamente y como medida de fuerza, pero va camino a cumplir dos meses sin haber cambiado nada y sin tener voz y voto en los lugares de decisión (los tribunales).
También conoce Ruglio que, de acuerdo a los viejos manuales del fútbol, las elecciones se ganan con los resultados deportivos. Ganar en la cancha representa vencer en las urnas. Habrá que ver, en tiempos en donde ha cambiado el padrón social, si se mantiene esa tendencia histórica.
En ese contexto, utilizó todo su poder de convencimiento, abrió la billetera y armó un súper equipo para intentar ganar el Clausura y levantar la copa del Campeonato Uruguayo, sin jugar finales, el último fin de semana de noviembre para ingresar a las elecciones con envión del éxito deportivo.
Inés Guimaraens
Ignacio Ruglio
¿Sabías que a Ruglio no le alcanzó con el súper equipo que armó y va por más? Sí. No puede hacer más incorporaciones, pero está reforzando al equipo en cada detalle.
¿Por qué creés que el presidente de Peñarol está saliendo a comprar todas las localías? Lo obvio, para no jugar de visitante en canchas chicas, un viejo privilegio de los grandes. En este torneo ya lo consiguió con Cerro y ahora intenta convencer a Boston River.
Pero hay algo más, ¿sabías que una de las alarmas que sonó en Peñarol en esta temporada fue el bajo promedio de puntos conquistados de visitante? En los seis partidos que jugó fuera del Campeón del Siglo o del Estadio Centenario ganó el 16,6% de los puntos (tres en 18).
¿Cuántos partidos le quedan de visitante? Siete de 13: Boston River, Deportivo Maldonado, River Plate (siempre pasa mal en el Saroldi), Nacional, Danubio, Fénix y Wanderers.
Con la ajustada diferencia que hay en la tabla, los pésimos registros de visitante se transforman en un lastre que Ruglio intenta corregir al conseguir las localías porque sabe que de lo contrario las posibilidades de perder el Clausura y la Tabla Anual son elevadas frente a Defensor Sporting y Liverpool (que están acostumbrados a jugar en todas las canchas) y Nacional, que solo tendrá que jugar cuatro (Boston River, River Plate, Fénix y La Luz) de los 13 partidos que le quedan del Clausura de visitante y que en el Parque tiene más de 80% de efectividad en puntos ganados.
Por eso, no es casual el esfuerzo de Ruglio por comprar localías, tiene un fin: allanar todos los obstáculos que puedan surgir en el camino de Peñarol de aquí a diciembre en el Torneo Clausura.
El lugar de Tealdi, Evaristo y Varela
Una figura que en silencio empieza a adquirir un rol muy importante en este proceso es Gastón Tealdi.
Quien fuera representante de Peñarol durante cuatro años en el Comité Ejecutivo de la AUF (2019-2023) es la piedra en el zapato de Ruglio y la carta diferente que ofrece este proceso electoral.
Leonardo Carreño
Gastón Tealdi
Tealdi se transformó en el dirigente con mayor reconocimiento por su gestión política en la AUF, en un lugar que Peñarol tenía mal atendido y desde 2018 construyó puentes. Cuando tenía encaminada la obra, Ruglio se los dinamitó y rompió los vínculos con la asociación. También destruyó la mejor obra que había de un dirigente mirasol en la asociación en 20 años porque se había ganado la confianza del presidente de Conmebol.
Fuera del Ejecutivo, Tealdi volvió a su trinchera en el club, descontaminado de la política de Peñarol y fresco como para jugar de articulador. De hecho la decisión más importante que tomó el consejo directiva desde su reincorporación (la designación de Darío Rodríguez) la adoptaron por unanimidad. Entonces, aparece Tealdi en silencio esperando por Damiani.
Evaristo González, secretario general en los últimos seis años, que tomó distancia de Ruglio por sus últimas decisiones contrarias a lo que establece el reglamento, lo llevó a plantarse nuevamente en el lugar de la oposición. En los últimos años trabajó mucho por el club y lo asistió económicamente en los momentos más críticos.
Finalmente, Guillermo Varela se ganó un espacio y la debutante Agrupación Peñarolense en este consejo directivo asomó como una fuerza que podrá transformarse en el fiel de la balanza.
¿Qué ocurrió en las elecciones de diciembre 2020?
Por último y no menos importante, porque la historia tiene un hilo conductor, el 5 de diciembre de 2020 y cuando solo tenía 41 años, en su tercera elección, Ruglio se transformó en presidente de Peñarol al derrotar a Damiani, quien terminó segundo.
¿Por cuántos votos ganó Ruglio? Pese a la pandemia de covid-19, votaron 9.405 socios (cifra histórica en unas elecciones de Peñarol) y Ruglio ganó por 227, el 2,5% de los votos.
Ruglio recibió 3.181 votos, Damiani fue segundo con 2.954, tercero Varela con 1.420, cuarto Evaristo González con 1.113 y quinto Colla con 737.
¿Qué cambió desde 2020 a 2023? Que Ruglio pasó de ser oposición a manejar el club, sentarse en el difícil lugar del oficialismo y a recibir aplausos o quedar expuesto por los errores. Que Damiani lleva seis años fuera del club y con el tiempo su obra (fue presidente durante nueve años, 2008-2017) adquiere mayor dimensión y reconocimiento (modernizó el club, construyó el estadio y cambió la matriz de juveniles que dejó más de US$ 50.000.000 en ventas y una bonanza que está gestionando Ruglio), que hasta su salida del club no había ocurrido.
Así son las vueltas de la política en el fútbol, en donde aún es indescifrable el final de esta carrera a las elecciones, aunque se puedan plantear algunas hipótesis.