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En EEUU los videos virales están remplazando los costosos anuncios políticos

De cara a las elecciones de noviembre, los candidatos eligen contar sus experiencias de vida en formato documental para así acercarse más a los votantes
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17 de septiembre de 2018 a las 05:02

No son las historias de las que los candidatos suelen hablar frente a una cámara para un anuncio.

Jeremy W. Peters y Sapna Maheshwari
The New York Times News Service

Una habló sobre el temperamento violento de su padre y cómo alguna vez lo vio lanzar a su madre a través de una puerta de vidrio pulido. Otro recordó ver cómo su hermano luchaba por encontrar un trabajo estable debido a sus antecedentes penales. Una tercera mencionó que había sufrido una década de abusos sexuales durante la niñez.

La ola de candidaturas de mujeres, minorías y personas ajenas al sistema que está derrumbando barreras culturales y derrocando políticos del Partido Demócrata también está haciendo a un lado una norma de las campañas vigente desde hace tiempo: la imagen pública de los políticos —en especial la de las mujeres— debe ser alegre, nada controvertida y totalmente convencional.

Para muchos de estos demócratas que están compitiendo en contra de rivales mejor financiados, el momento de inflexión llegó después de hablar a nivel personal en videos de relativo bajo costo que se volvieron virales y llegaron a millones de personas. Por medio de una narración parecida a la de un documental, la cual puede durar varios minutos, los candidatos han encontrado una alternativa exitosa al modelo tradicional de recaudar inmensas sumas de dinero para gastar en costosos comerciales de televisión de 30 segundos de duración.

Los videos tienen como objetivo principal ser anuncios, pero también sirven para recaudar fondos. Por una fracción del costo de esos anuncios comprados, estos videos pueden ser un multiplicador de fuerzas para los candidatos, pues les ayudan a divulgar sus historias de una manera que se puedan compartir con facilidad e inspirar donaciones.

Jahana Hayes, una educadora de Connecticut y candidata primeriza que el mes pasado ganó una primaria para el Congreso, produjo un video por menos de 20.000 dólares que generó 300.000 dólares en donaciones tras volverse viral. En este, Hayes describió las circunstancias complicadas de su crianza: la crio su abuela mientras su madre luchaba contra las adicciones y después, a los diecisiete años, quedó embarazada.

Según Hayes, quien fue nombrada Maestra del Año a Nivel Nacional en 2016, en el conjunto habitacional donde se crio, “la gente era fuerte, pero no se suponía que pudiera competir por un lugar en el Congreso”.

Este año, los candidatos republicanos han usado su propia estrategia personal y en ciertos casos rudimentaria, aunque con mensajes y audiencias muy diferentes en mente. Sin embargo, en general se han quedado con el formato de los comerciales de 30 segundos en vez de los videos con historias.

“Creo en Dios, la familia y mi país. En ese orden”, menciona Brian Kemp, quien ganó la nominación del partido para gobernador de Georgia después de transmitir una serie de anuncios provocadores que obtuvieron notoriedad nacional. En un anuncio de medio minuto, llamado “Offends”, también se jacta de defender sin reparos el himno nacional, de decir “feliz Navidad” y de apoyar las “fronteras blindadas”. Si eso no te interesa, dice Kemp, “Entonces no soy tu candidato”.

Otro de los anuncios de Kemp lo muestra puliendo y amartillando una escopeta mientras un joven que quiere salir con su hija se sienta nervioso a su lado y enuncia las promesas de campaña que Kemp tiene la intención de cumplir. La firma que lo produjo en Virginia del Norte, Something Else, también hizo un anuncio viral para el candidato republicano a gobernador de Florida, Ron DeSantis, en el cual se muestra a los hijos de este mientras rinden homenaje al presidente Donald Trump: uno construye un muro con bloques de juguete y otro lleva puesto un bodi con la consigna “Hagamos a Estados Unidos grandioso de nuevo”.

Si los republicanos buscan atraer de forma abierta a los simpatizantes de Trump y a los conservadores, por su parte muchos demócratas desean transmitir un sentido de lucha compartida y experiencias de vida, al mismo tiempo que hacen una afirmación explícita de que un gobierno no representa de una manera adecuada a quienes en teoría sirve a menos que sus servidores se parezcan a esas personas y vivan entre ellas.

Para mejorar su perfil en Boston, Ayanna Pressley —cuya victoria en las primarias de la semana pasada sobre un congresista demócrata que había ocupado el cargo durante diez periodos en la zona de Boston fue la última manifestación de la energía disruptiva en el ala progresista del partido— usó un video de dos minutos en línea, llamado “The 1 Bus”, en el que se le ve a bordo de un autobús de la ciudad que recorre su distrito. Ella narra mientras cambia el paisaje de afuera, de las majestuosas casas de ladrillo a los deteriorados escaparates vacantes.

“Me he quedado, a propósito, muy cerca del sufrimiento, con una enorme incomodidad, para que nunca me gane el conformismo en el combate a estas desigualdades”, menciona.

La campaña de Pressley, la cual también produjo un primer video de ella en el que describe cómo sufrió de abuso sexual en su infancia y un ataque sexual en el campus universitario, hizo que el video del autobús se tradujera a español, chino y criollo haitiano, y difundió su mensaje principalmente en redes sociales. Los únicos anuncios televisivos que pagó la campaña fueron para la televisión de habla hispana.

“Sabíamos que nos iban a superar en recaudación de fondos y en gastos de campaña, sin lugar a dudas”, comentó Sarah Groh, la coordinadora de la campaña de Pressley. “Así que, cuando tratamos el tema de cómo íbamos a desplegar nuestros recursos, nos fijamos en dónde estaban consumiendo su información nuestros votantes. Las redes sociales son una gran parte. Y sé que en definitiva tuvimos éxito con cada uno de esos videos”.

Los estrategas aseguran que los mensajes de empoderamiento tienen una fuerza especial en la actualidad porque muchos votantes de izquierda están ansiosos de ver más mujeres, minorías, jóvenes y gente ajena al sistema en los puestos del gobierno.

“La gente está ampliando sus definiciones sobre cómo se deben ver los dirigentes políticos”, comentó Teddy Goff, uno de los cofundadores de la agencia Precision Strategies, una consultoría demócrata, y exdirector de estrategia digital del presidente Barack Obama. “Un líder político”, añadió, “puede ser alguien de 17 años de Parkland, Florida, o alguien de 28 años que trabajaba en un bar el año pasado”.

Los candidatos que han transformado el terreno demócrata este año llegan con una diversidad de experiencias de vida, que incluye perder hijos a causa de la violencia con armas de fuego, someterse a cirugías de reasignación de género y escapar de naciones azotadas por la guerra.

Al emplear videos virales para desafiar los supuestos alrededor de quién debería competir por un cargo público, los candidatos primerizos emulan a Alexandria Ocasio-Cortez, la neoyorquina de 28 años que derrotó a un poderoso congresista en ejercicio durante una primaria demócrata que se llevó a cabo este verano. Fue una de las primeras contiendas en esta temporada de elecciones que mostró la desconexión que muchos liberales sienten en relación con sus dirigentes.

En el inicio de uno de sus videos más populares, “The Courage to Change”, Ocasio-Cortez, quien atendía la barra de un bar, dice lo siguiente: “Nadie cree que las mujeres como yo podemos postularnos para un cargo público”. En el video, se le muestra en situaciones familiares para los neoyorquinos: una plataforma del metro mientras se cambia de zapatos bajos a un par de tacones; cenando en el sofá; comprando en una tienda de abarrotes o bodega, como la llaman los latinos en Nueva York. “Si el Congreso comienza a parecerse a nosotros, nadie podrá detenernos”, afirma.

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