La Policía Militar (PM) intenta dispersar con gases lacrimógenos y balas de goma a manifestantes que intentaban derrumbar las vallas ubicadas en las proximidades al estadio de Belo Horizonte, donde en este momento terminó el partido entre Brasil y Uruguay por las semifinales de la Copa de las Confederaciones.
Según informó Globo, al menos 50.000 eran los manifestantes que participaron de la protesta de los cuales 21 fueron presos. Dañaron locales comerciales y atacaron a la policía con piedras. Algunos iban armados con barras de hierro y se protegían con máscaras de gas.
El radio de protección estipulado por la FIFA es de 2 kilómetros y los policías que se encargan de la seguridad son 5.567. Además, 1.500 soldados del ejército brindan apoyo en cinco puntos estratégicos de la ciudad, informó Globo.
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