JIM WATSON / AFP

Es hora de que EEUU aprenda cómo funcionan las democracias modernas

Si Trump sale del poder, el país puede arreglar los puntos débiles que él explotó con la ayuda de sus antiguos aliados

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23 de julio de 2020 a las 15:28

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Por Simon Kuper

En 1946, un grupo de estadounidenses se reunió en un salón de baile en el Tokio ocupado para escribir la constitución de Japón. Un supervisor le dijo a Beate Sirota, de 22 años, nacida en Viena y criada principalmente en Japón: "Eres una mujer; ¿por qué no escribes tú la sección de derechos de las mujeres?". Sirota tomó prestadas de las bibliotecas copias de otras constituciones (la soviética y la de Weimar resultaron muy útiles) y, en una semana, redactó lo que se convirtió en el revolucionario Artículo 14 de Japón, el cual comenzaba con las siguientes palabras: "Todas las personas son iguales ante la ley", y prohibía todas las formas de discriminación.

Ella también escribió el Artículo 24, el cual estableció que el matrimonio requería consentimiento mutuo e igualdad de derechos para ambos cónyuges. Mientras tanto, el alférez de 26 años Richard Poole redefinió al emperador de Japón, calificándolo de "símbolo" y no como un dios humano. Cuando Poole y Sirota testificaron ante un comité parlamentario japonés en 2000 en cuanto a si la constitución debería cambiarse, ella dijo, en japonés fluido, que era mejor que la estadounidense.

EEUU ayudó a reconstruir la democracia en Japón y en Europa. Si Donald Trump pierde las elecciones de noviembre, los japoneses y los europeos puede que tengan la oportunidad de devolver el favor.

El historiador John Dower escribió lo siguiente acerca de la transformación de Japón: "Hay momentos en la historia — fugaces ocasiones de oportunidad — en los que la gente realmente se sienta y pregunta: ‘¿Qué es una buena sociedad? ¿Cómo podemos lograrla?’". Es probable que EEUU esté acercándose a ese momento. Si Trump sale del poder, el país puede arreglar los puntos débiles de su democracia, los que Trump ha explotado, y otros que se volvieron evidentes mucho antes de que él asumiera la presidencia. EEUU está demasiado dividido como para cambiar su constitución, y pocos republicanos quieren abordar la represión de los votantes, pero todavía son posibles numerosas reformas serias. Los antiguos aliados estadounidenses pueden brindar asesoramiento.

Brendan Smialowski / AFP

En el lenguaje de Alcohólicos Anónimos (AA), el primer paso hacia el cambio es admitir que tienes un problema. EEUU parece estar cerca de tocar fondo. Sólo el 17% de los estadounidenses todavía consideran a su país como "una ciudad brillante en lo alto de una colina", reveló una encuesta realizada por YouGov para Yahoo News; solamente el 14% de los encuestados dicen que son "muy felices", la cifra más baja desde 1972, según lo reportado por la Universidad de Chicago; e incluso antes de la pandemia, sólo el 17% contestó que generalmente podía confiar en que el gobierno hiciera lo correcto, un porcentaje cerca del mínimo histórico, según el Centro de Investigación Pew.

Trump convenientemente ha descubierto partes del sistema estadounidense que necesitan ser reparadas rápidamente. Las que eran normas no escritas antes de su presidencia, ahora pudieran convertirse en leyes. Todos los futuros candidatos presidenciales deberían estar obligados a desinvertir sus activos; a revelar sus declaraciones de impuestos; y a reportar los intentos extranjeros de inmiscuirse en una elección. Los presidentes deben perder su poder sobre los fiscales federales y sobre los inspectores generales que actúan como vigilantes de los departamentos del gabinete. A los presidentes no se les debiera permitir perdonar a asociados criminales como Roger Stone.

Para ir más allá de estos primeros pasos, EEUU debe hacer algo que no ha hecho antes: compararse con otros países. Mientras estaba proclamándose a sí mismo "la mayor democracia del mundo" por doquier, no se molestó en hacerlo. Actualmente, los legisladores estadounidenses necesitan lecciones en democracia de los extranjeros.

¿Cómo drenar el pantano de Washington? En 2017, Francia aprobó una ley de "moralización" de la política. Esta ley les prohíbe a los políticos emplear a familiares cercanos o aceptar ciertos pagos, y generalmente elimina la impunidad. El exprimer ministro François Fillon fue sentenciado a prisión por malversación de fondos en junio, después de pagarle a su esposa más de €1 millón proveniente de fondos estatales por un trabajo que nunca realizó. El expresidente Nicolas Sarkozy está en espera de juicio en un caso relacionado con el financiamiento de su campaña.

¿Cómo combatir las noticias falsas? Enseñarles a los niños a evaluar las fuentes "debe ser parte de todos los planes de estudio de los maestros y de las escuelas", escribieron Andreas Schleicher, jefe de educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y Juliane von Reppert-Bismarck de la organización no gubernamental (ONG) llamada Lie Detectors (Detectores de mentiras).

¿Qué hacer con estatuas de malas personas fallecidas? El museo de estatuas al aire libre de Budapest conserva bustos enormes de Lenin y de otros asesinos en masa comunistas sin dejar que ‘infecten’ los principales espacios públicos de Hungría.

¿Debería la policía armada lidiar con las personas que están experimentando una crisis de salud mental? Pasa una semana con la ambulancia de salud mental de Estocolmo.

Las delegaciones estadounidenses también pudieran trabajar con el comisionado de relaciones raciales de Nueva Zelanda, Meng Foon, y visitar la prisión de Noruega sin celdas ni guardias armados, en un bosque, que parece un campamento vacacional. Su sistema penitenciario tiene la tasa de reincidencia más baja del mundo, según lo señalado por Rutger Bregman en el libro Humankind (Humanidad).

A veces es cuestión de aprender nuevas normas. Los políticos alemanes después de Hitler tácitamente acordaron tratarse entre sí como oponentes, y no como enemigos, para evitar el lenguaje emotivo (los cancilleres alemanes son deliberadamente aburridos) y para asegurarse de que la gente en los niveles más bajos nunca cayera a niveles peligrosamente bajos. Alemania también representa un modelo a seguir en cuanto a lidiar con el pasado nacional. Un amigo alemán que se encarga del cuidado de tumbas judías me ha comentado: "Yo no siento culpa; nací en 1968. Yo siento responsabilidad".

Después de la guerra se crearon innumerables planes para ayudar a los europeos y a los japoneses a estudiar en EEUU. Muchos de estos jóvenes se enamoraron del país. A mí me consta; yo fui uno de ellos. Este año, relativamente pocos extranjeros estudiarán en EEUU. Más bien, debemos ayudar a los jóvenes estadounidenses para que puedan estudiar en Europa, en inglés, por tarifas mucho más económicas que las de su país, y mostrarles cómo funcionan las democracias modernas. Es lo menos que le debemos a EEUU.

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