La ministra francesa de Cultura, Aurélie Filippetti, abrió un nuevo frente contra un gigante de la economía digital, sector al que Francia trata de poner límites en defensa de la “excepción cultural”, la idea de que la cultura no es una mercancía como cualquier otra.
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Todo el mundo está harto de Amazon”, afirmó la ministra, denunciando el
dumping de la empresa estadounidense de venta de libros por internet. Filippetti hizo esa declaración el lunes al anunciar en Burdeos un plan de ayuda a las librerías independientes.
La ministra agitó contra Amazon la amenaza de una medida administrativa, el hecho de que no pueda acumular ventajas que disfruta actualmente.
Para el gobierno francés, ese combate va más allá del mercado nacional. Se trata de preservar la cultura y sacarla de las futuras negociaciones sobre un acuerdo de libre intercambio entre Europa y Estados Unidos. Para ello ya ha obtenido el apoyo de 13 países europeos. Amazon posee tres plataformas de distribución en Francia.
Todo el mundo está harto de Amazon”, afirmó la ministra, denunciando el dumping de la empresa estadounidense de venta de libros por internet
Francia se había enfrentado ya en un largo pulso con Google al cabo del cual se firmó un acuerdo, presentado como “histórico”, entre los editores de prensa franceses y el gigante de internet.
Ese acuerdo prevé que Google pague € 60 millones para el desarrollo de la prensa en línea.
Apoyados por el Estado, los editores de prensa franceses pedían a Google el pago de derechos por los beneficios publicitarios que la firma percibe, limitándose a referenciar sus títulos.
Según estimaciones, Google tuvo en Francia en 2011 una facturación de entre € 1.250 millones y € 1.400 millones, pero solo habría pagado poco más de € 5 millones en concepto de impuesto a las empresas.
Según la Federación Francesa de Telecomunicaciones (FFT), asociación que defiende los intereses de los operadores franceses, los gigantes estadounidenses Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft pagaron € 37,5 millones de impuestos en 2011 en Francia, 22 veces menos de lo que tendrían que haber pagado si su actividad de producción estuviera localizada y declarada en el país.
La polémica comenzó días pasados, cuando en una cumbre sobre política energética y tributaria, Alemania, Francia e Inglaterra lamentaron el impacto que tiene la evasión de impuestos corporativos, tras comprobar que varias de estas evasiones implican a algunas empresas estadounidenses. Un informe del Senado de Estados Unidos descubrió que Apple pagó apenas el 2% de impuestos sobre US$ 74.000 millones de ganancias en el extranjero, en gran parte gracias a la explotación de una laguna en el código fiscal de Irlanda, según informó el diario español Público.