Fiestas clandestinas: las competencias que tienen las autoridades para fiscalizarlas

Por esa razón, el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, junto al ministro del Interior, Jorge Larrañaga, se reunieron este miércoles con los intendentes actuales y electos de la zona costera del país, con el propósito de sumar esfuerzos para evitar que se generen nuevos focos de covid-19.

Sin embargo, surgen varias preguntas: ¿cuándo una celebración es considerada riesgosa y se puede fiscalizar y cuándo no? ¿Es lo mismo un asado familiar con 40 personas que una fiesta bailable? ¿Hay un número establecido para tener como marco permitido para hacer un cumpleaños, por ejemplo?

Lo primero que hay que saber son las competencias que tienen las intendencias y la Policía para entender hasta dónde puede ir cada uno. Los fiscalizadores de las comunas solo pueden intervenir en aglomeraciones en espacios públicos así como en fiestas comerciales, y pueden aplicar multas y suspensiones. Los policías, en tanto, pueden ir más allá e intervenir en fiestas familiares si la Fiscalía se los ordena.

Eso sí: las fuerzas policiales solo pueden tocar timbre en una casa y pedir que se termine una fiesta pero no pueden ingresar y obligar a la gente a dejar la vivienda. Necesitan la aprobación de Fiscalía para poder intervenir. De todas formas, según contó a El Observador el director de Seguridad y Convivencia, Santiago González, lo normal es que las personas terminen las fiestas cuando llega la policía.

Los oficiales siempre llegan a los lugares tras denuncias de vecinos o producto de investigaciones de inteligencia policial. ¿Cuándo consideran que hay que intervenir? Es subjetivo. González explicó que "no hay un número" establecido y que las decisiones se toman "con el dinamismo del momento", en contacto con la situación. En algunos casos se pide asesoría al MSP para que determine si cierta reunión es apropiada o no.

Facundo Pérez, director del Servicio de Convivencia Departamental de la Intendencia de Montevideo, también se refirió al asunto en el mismo sentido. "El límite es bastante difuso", dijo. Aseguró, además, que "la inmensa mayoría de las denuncias" que reciben corresponden a "reuniones familiares o de amigos" que no están prohibidas.

"Vamos, se constata que son este tipo de reuniones (familiares) y se le pide disculpas a la gente por molestarlos. En el artículo 5 del decreto que reglamenta la emergencia sanitaria se prohíbe la aglomeración de personas, pero no se establece un número. Nosotros, para poder aplicar una acción, tendríamos que tener algo más detallado", agregó Pérez.

Desde la comuna también están atentos a que no sean fiestas comerciales camufladas como celebraciones familiares. Observan que no haya venta de alcohol, ni ventas de entradas ni guardias de seguridad en la puerta.

En cualquiera de los casos, si las autoridades públicas constatan la realización de fiestas en las que se pudiera poner en riesgo la salud de las personas por no cumplir con las normas establecidas se dispondrán multas, que van de las 30 a las 1.000 UR ($ 37.142 a $ 1.238.070), en segundo lugar, se dispondrá la clausura de los establecimientos, sean públicos o privados, y por último, se realizará la denuncia penal contra los responsables de la organización de las fiestas.

Larrañaga, por su parte, aseguró este jueves que las fuerzas policiales van "a llevar adelante procedimientos de detección de fiestas clandestinas", especialmente, este fin de semana, por la celebración de Halloween.

"Hay que evitar que se concreten y, en caso que se hagan, que haya una presencia. Estamos trabajando con Fiscalía en todos los departamentos. Tenemos que agradecerle al fiscal de Corte, (Jorge Díaz), que está proveyendo a los fiscales en cada departamento para que el Ejecutivo, Interior, MSP, gobiernos departamentales, con instrumentos del aparato judicial y fiscalía, podamos tener acciones tendientes a precaver aglomeraciones", dijo.

"Yo entiendo el cansancio de la gente. Pero nos tenemos que acostumbrar a este tiempo que nos ha tocado vivir, no podemos luchar contra una corriente que se da en el mundo, que nosotros venimos salvando con buena nota mediante el esfuerzo de la población. Tenemos que mantenerlo. Miren la situación de muchos países que, habiendo pasado una primera ola, hoy viven una segunda", remató Larrañaga.