El FA cierra su campaña con aires de derrota y evitando que Martínez luzca solo

Por primera vez en toda la campaña, detrás suyo estaba toda la plana mayor de su fuerza política. Senadores electos, líderes sectoriales y eventuales ministros le cuidaron la espalda a Martínez. José Mujica miraba al horizonte. Graciela Villar y Danilo Astori soltaban una carcajada ante la amenaza de los mosquitos. Óscar Andrade y Mario Bergara se lanzaban miradas de complicidad. Lucía Topolansky celebraba las intervenciones del público.

La imagen, que se opuso a la del Martínez solitario del resto de la carrera electoral, buscaba neutralizar las señales contradictorias de los últimos días y la idea de que el candidato del oficialismo había quedado sin compañía en la recta final. Los rostros de la gente, como los de los dirigentes arriba del escenario, eran la cara opuesta de los semblantes entusiastas de hace solo un mes atrás, cuando decenas de miles de personas colmaron la rambla de Punta Carretas y reafirmaron la convicción de que el triunfo estaba al alcance de la mano.

En Florida, ante un público sensiblemente menor, abundaron en cambio las apelaciones a no bajar los brazos, a no dar la batalla por perdida, y a terminar de convencer a los uruguayos en estos días de que el oficialismo se merece renovar su contrato con la ciudadanía. “Que una foto no nos borre la sonrisa. Lo que cuenta es el domingo”, vaticinó Villar.

En las últimas horas ganó fuerza en el oficialismo la convicción de que no hay mucho lugar para el batacazo. El pronóstico de Factum, que dio a Lacalle superando el 50% fue un mazazo anímico en la izquierda que ya veía como una quimera remontar la elección. “Ya está todo el pescado vendido”, resumió una fuente del comando. Otros dirigentes, más optimistas, piden no dejarse ganar por el derrotismo aunque saben que los números hoy son enemigos.

No dejarlo solo

Martínez hablando solo en primer plano, con un fondo azul detrás. Martínez resumiendo su vida personal al comienzo del debate con Lacalle Pou. Martínez afirmando que en el balotaje se eligen personas y no partidos. Los momentos finales de la campaña oficialista habían mostrado al candidato dando la cara en solitario por el Frente Amplio, más allá de los esfuerzos desperdigados de dirigentes sectoriales que recorrieron el país en busca de votos.

El acto de cierre en Florida volvió a sumar un nuevo contraste. La foto final con todos los dirigentes abrazados a Martínez llegó en medio de una semana en la que distintos líderes del FA –algunos incluso integrantes de su equipo– desautorizaron o matizaron dichos del candidato a presidente.

Primero fue Mujica y su controversial afirmación sobre la importancia de los partidos por sobre las personas. Aunque luego el expresidente remarcó que no se dirigía ni a Martínez ni a Lacalle, varios en el Frente leyeron un doble sentido en sus dichos y el propio Martínez lo interpretó en un sentido similar cuando fue consultado al respecto. “El Pepe es inimputable”, respondió en el programa Todo Pasa de Océano FM.

Pero la lengua de Mujica no fue la única con la que se topó en el camino. Mientras Martínez subía el tono de confrontación en el tramo final de la campaña, varios de sus compañeros de equipo relativizaron sus valoraciones, desde las amenazas que supondría una victoria de la oposición hasta los vericuetos de sus últimas propuestas, como la de crear 90 mil puestos de trabajo.

Mario Bergara, designado por Martínez para ser su ministro de Economía en caso de ganar el balotaje, dijo este miércoles que no era partidario de comprometerse con un número tan concreto. “Yo no soy amigo de manejar cifras concretas”, sostuvo durante una entrevista con el programa En Perspectiva, en la que resaltó la volatilidad de la región del mundo para los próximos cinco años.

El referente en temas económicos, que volvió este lunes de un viaje a Estados Unidos, no participó del armado fino de la propuesta, según contaron fuentes de su entorno. La fijación de la cifra estuvo coordinada por Ramón Méndez y contó con la asistencia de otros técnicos del gobierno que integran los equipos del candidato.

A su vez, el jefe de campaña Yamandú Orsi había relativizado días atrás las afirmaciones de Martínez respecto a que una victoria de Luis Lacalle Pou supusiera un riesgo de volver a sufrir una crisis como la de 2002. Pese a anunciar varias figuras de un eventual gabinete, la campaña de Martínez en el balotaje lo tuvo a él separado de su equipo. Si bien eso se debió a una estrategia de maximizar la búsqueda de votos, en el acto final se priorizó la imagen de unidad.

Críticas a Lacalle

Aunque en sus dos debates con Lacalle Pou, como en muchos otros tramos de la campaña, Martínez criticó al nacionalista por basar su prédica en críticas al FA, el candidato del FA dedicó dos tercios de su discurso de cierre a cuestionar las propuestas de la oposición y a remarcar todas las eventuales consecuencias negativas del programa de la coalición.

Con menciones a Lacalle padre, al acuerdo de 1999 y a declaraciones de líderes opositores, Martínez transmitió –leyendo de un atril– su “miedo” al “futuro” de Uruguay en caso de que las encuestas no erren demasiado su pronóstico. “¿Saben cómo termina esto? Como Argentina o Brasil” sostuvo, aunque aclaró que no le gusta "apostar al miedo ni a los ataques".