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Fuerte castigo a los partidos tradicionales en El Salvador

La victoria de Nayib Bukele terminó con el bipartidismo del país
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09 de febrero de 2019 a las 05:02

El terremoto electoral que vivió El Salvador con la victoria de Nayib Bukele en los comicios del domingo obliga a los partidos tradicionales a renovarse para recuperar la simpatía del electorado y mantenerse en pie de cara a las elecciones legislativas de 2021. 

El triunfo de Bukele, de la derechista Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), con algo más del 53 % de los votos, rompió el bipartidismo que mantenían el oficialista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que vieron caer su popularidad alarmantemente. 

Los 1.388.009 (53,02 %) votos que consiguió Bukele, según el escrutinio preliminar, superan los sufragios obtenidos por Arena y FMLN juntos, con 831.726 (37,77 %) y 377.404 (14,41 %), respectivamente.

La pérdida de votos, respecto a la primera vuelta de los comicios presidenciales de 2014, superó el 20 % para la opositora Arena y el 71 % para el gobernante FMLN.

Estos resultados muestran que la población está “cansada de los partidos tradicionales”, lo que plantea un escenario adverso para ambos de cara a las elecciones legislativas de 2021, según el analista Humberto Saenz, presidente de la organización Acción Ciudadana. 

Arena posee 37 diputados y el FMLN 23, lo que les da la hegemonía en el Congreso, aunque los 10 diputados de GANA se han convertido en la llave en tomas de decisiones cuando los dos partidos mayoritarios no alcanzan acuerdos.

El primer partido en asumir su fracaso fue Arena, cuya dirección pedirá a la Comisión Electoral que se adelanten los comicios internos programados para el próximo agosto.

“Vamos a pedir que las elecciones internas se adelanten y que sean lo más pronto posible”, dijo el martes 5 el presidente del Consejo Ejecutivo Nacional de Arena (Coena), Mauricio Interiano. El FMLN se mostró más tímido y publicó un comunicado en el que apenas se comprometió a evaluar los resultados para “tomar las medidas necesarias” y mantenerse junto al “pueblo”.

El actual vicepresidente y miembro del ala renovadora del FMLN, Óscar Ortiz, abogó por una “reingeniería” en la formación, que originalmente se fundó como una guerrilla en 1980 y se convirtió en partido político 12 años después.

El mayor obstáculo que enfrentan ambos es hacer que los ciudadanos olviden o dejen de ligarlos con varios casos de corrupción, algo que Bukele logró en alguna medida con GANA.

El partido que llevará a Bukele a la Presidencia fue criticado por su relación con Elías Antonio Saca, a quien llevó como candidato a las elecciones presidenciales de 2014, después de que el político gobernara El Salvador con Arena entre 2004 y 2009. Saca está preso, condenado a 10 años de cárcel por una millonaria malversación durante su etapa como presidente, pero esta relación no afectó a Bukele.

La otra mancha de Arena la dejó el expresidente Francisco Flores (1999-2004), quien fue enviado a juicio en 2015 por supuestamente apropiarse de 5 millones de dólares de donaciones taiwanesas y desviar otros 10 millones a una cuenta de Arena, pero murió antes de que comenzarán las audiencias.

Por su parte, el FMLN carga con la corrupción atribuida al exmandatario Mauricio Funes (2009-2014), quien tiene abiertas cuatro causas penales y se encuentra asilado en Nicaragua.

Si Arena y el FMLN no logran convencer a los electores con los cambios previstos antes de las elecciones legislativas, su representación en el Congreso se podría ver mermada en beneficio de la formación de Bukele.

La duda que se plantea es cuál será el partido que tenga el apoyo del presidente electo, ya que la relación a futuro entre GANA y Bukele es una incógnita, puesto que el acuerdo para concurrir juntos a las elecciones es un secreto.

Bukele se unió a GANA tras el retraso en la inscripción de su movimiento Nuevas Ideas como partido político y la cancelación de la formación de centro 
izquierda Cambio Democrático (CD) por no alcanzar al menos 50.000 votos en los comicios legislativos de 2015.

Fuente: Hugo Sánchez - EFE

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