AFP

Gallardo: la historia de un campeón que empezó en Nacional

Daniel Enríquez, quien lo convenció para que se hiciera cargo de los tricolores en sus inicios, recuerda que se quiso ir tras la lesión y cuando se enojó con él por hablar con los jugadores

Tiempo de lectura: -'

03 de junio de 2019 a las 05:01

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

El sueño que había nacido un buen tiempo antes, se rompía en mil pedazos. Gallardo se había preparado para su primer encuentro como titular el 19 de setiembre de 2010 ante Bella Vista por la cuarta fecha y a los 8 minutos sufrió una grave lesión.

"Mirá, Daniel, quiero dejar el fútbol”. Esas palabras retumbaron en la sala del sanatorio tras la operación del tendón rotuliano de una de las rodillas de Marcelo Gallardo tras su debut en Nacional. Sentía que estaba de más, que y al pie de la cama estaban el presidente Ricardo Alarcón y el gerente deportivo, Daniel Enríquez, a quien se dirigía el Muñeco.

Por aquellos tiempos, el club tricolor –en plena Cultura Nacional– siempre buscaba algún futbolista con clase y marketing, ese diferente quien por sí solo vendiera entradas. Años atrás habían apostado por el Chino Recoba, el Loco Abreu o Matute Morales. En ese 2010 la apuesta era Gallardo.

La gran apuesta del club casi no había debutado y se había lesionado. Y ahora se quería ir.

Así recuerda ese episodio Enríquez para Referí: “Fuimos a decirle ‘vamo arriba’ y nos dijo que rescindía contrato, que no quería aprovecharse del club ya con su edad. Quería dejar el fútbol. Le dije: ‘Marcelo, olvidate. Recién empezó el campeonato, no podemos cambiar una figura por otra. Ya está. Tenés que recuperarte. Si te vas es doblemente una macana, no solo por la lesión, sino porque te trajimos para que fueras un líder positivo dentro y fuera de la cancha’. Él como que quería liberarnos. Le dijimos que no. Lo miré a Ricardo (Alarcón) como para buscar su apoyo y estuvo de acuerdo. Seguí hablándole: ‘Quiero verte en el Clausura, entrando un partido, dando la vuelta, saliendo campeón y estos seis meses de recuperación, quiero que le muestres a los chicos en Los Céspedes cómo se recupera un profesional. Así vas a dar otro tipo de enseñanza. Sería muy malo para nosotros, deportiva y políticamente para el club que te vayas’. Pero no nos contestó enseguida”.

Así pasaron los meses de recuperación y una noche volvió ante Miramar, cuando más lo necesitaba el equipo que dirigía Juan Ramón Carrasco.

“Recuerdo un partido ante Miramar que estábamos en el horno, volvió Marcelo. Entró y la clavó en el ángulo en un tiro libre y él dio vuelta el partido. Se nos iba el campeonato y Marcelo fue fundamental. Le dije: ¿Te acordás de la charla que tuvimos en el sanatorio?’ Mirá que en aquella charla le tocamos el corazón ¿eh?”, agrega.

Lo que son las cosas, Gallardo había hecho una muy buena pretemporada con el profesor Javier Valdecantos, quien años después, estuvo en el cuerpo técnico de Boca con el Mellizo Barros Schelotto y lo enfrentó ante River.

Se retiró como tenía que retirarse, como un crack, como un ídolo. “Era el líder total y los jugadores lo levantaron en andas. Cumplió a lo que vino y marcó presencia. Nos sorprendió a todos cuando fue campeón, no nos dejó hacerle una despedida como se merecía. Se retiró”, recuerda.

Gallardo se fue a Argentina y Carrasco no siguió como DT. Enríquez lo fue a buscar a su apartamento en Buenos Aires ya que todos entendían que tenía el perfil para ser el entrenador albo.

Se había preparado, estudió, se recibió. “Cuando se fue dijo que iba a hacer un impase de uno o dos años para ir a Europa, ver entrenamientos y aprender. Aparte acá vivía solo y extrañaba a la familia. Fui a tratar de convencerlo. Sabía que en principio me iba a decir que no. Lo sorprendí cuando le hice la propuesta. Le dije: ‘Marcelo, vengo de parte de Nacional. ¡Es Nacional! No sé si se te va a dar una oportunidad así tan rápidamente’. Ahí hablamos y le dije que él tenía liderazgo –que es la principal virtud que puede tener un entrenador–, pero que también íbamos a tener palos en las ruedas porque iba a dirigir a sus excompañeros. Lo que la prensa no conocía eran las aptitudes que tenía Marcelo en su carácter, en su liderazgo, en su forma de ser. Tenía mucha personalidad y por más que tuviera que dirigir a sus excompañeros, iba a actuar en forma”, explicó Enríquez.

Otra vez, como cuando le pidieron que siguiera jugando, lo hizo esperar dos o tres días. Lo quería conversar con la familia. La historia es conocida: respondió que sí. Pero en Nacional querían que dentro de su cuerpo técnico hubiera algún uruguayo. “Queríamos traer al profe (Marcelo) Tulbovitz de Costa Rica y él dijo que le parecía bien”. Él ya había elegido a Matías Biscay y a Hernán Buján como ayudantes.

El Muñeco quería conocer a Tulbovitz y entonces cruzó hasta Colonia. Fueron los dirigentes con el futuro preparador físico hasta allí para presentárselo y no tuvo problemas. Tanto fue así, que años después, se reencontraron en River y allí siguen juntos.

Como todos los técnicos, Marcelo tuvo momentos de turbulencia. Había muchos jóvenes en el plantel. “Hablé con él para que apretara un poco las riendas y me dijo que él hablaba con ellos. Lo aguanté un partido, dos, y un partido muy feo que perdimos con Bella Vista, dije, ‘voy a hablar yo’. Fui a Los Céspedes y le comenté que iba a hablar muy duro con el plantel. No vemos que los jugadores estén metidos en el tema y hay algunos que ‘no están’. La cara de Marcelo se estaba transformando. Le dije: ‘Sería bueno que nos acompañes’ y me contestó: ‘Si vas, no me parece bien’. Yo le respondí: ‘Soy el gerente deportivo, es un tema político-deportivo, no voy a hablar de tácticas, ni quién tiene que jugar. Vamos a decirles que salen de noche, que sabemos dónde van y que vamos mal’. Y Marcelo se enojó: ‘Mirá, no sé lo que voy a hacer’,  me dijo.

Quedaban cinco fechas y Enríquez recuerda que le comentó a Gallardo que había que ganarlas todas y esperar que Peñarol –que iba primero– tuviera algún traspié. “Y se enojó. ‘No estoy de acuerdo con lo que vas a hacer’, me dijo.

Fue una charla muy dura con los futbolistas. Enríquez no veía actitud ni cuidados. “Cuando iba en camino, me crucé con el Cacique Medina y el Chino Recoba y les dije lo que iba a hacer. El Chino me dijo: ‘Danos palo a nosotros primero, así los botijas abren los ojos’. Empecé a darle palo al Chino y me decía ‘sí, Dany, tenés razón’. Después seguí con el Cacique y él aceptaba todo. Entonces empecé con los que realmente no cumplían con nombre y apellido. Por eso les agradezco mucho al Cacique y al Chino. Nadie dijo nada”.

Pasaron los días y cuando se cruzaba con Enríquez, Gallardo le decía “buenos días y buenas tardes”. Nada más.

A los cuatro días lo llamó Tulbovitz para que fuera a Los Céspedes. Enríquez no tenía idea para qué lo llamaban. Llegó y el Muñeco le pidió para hablar.

“‘Quiero darte un abrazo y agradecerte porque no sabés el cambio que han tenido los muchachos. La verdad es que aprendí una lección. Vamos a hacer los 15 puntos y vamos a ser campeones’. Yo también aprendí –le comenté– y me alegra la humildad y la grandeza de reconocer porque vos te enojaste. ‘Sí, claro. Sentí como que pasabas por encima de mí, que perdía autoridad. Pero, ¿sabés cómo están entrenando estos? Bárbaro. Nos vino bien’. Hicimos los 15 puntos y fuimos campeones”, dice Enríquez, quien este viernes llamó a Tulbovitz para felicitarlo por el título y le dijo que la semana que viene capaz que va a comer algo con Gallardo.

“Creció muchísimo desde que se fue. Es un gigante. Los que le vimos condiciones, hoy lo corrobora con creces. No se quedó con aquel que se fue del club. Creció y es un monstruo. Es parte de su personalidad, de su forma de ser, la gran capacidad que tiene. Cuando se fue de Nacional campeón, tenía propuestas de todos lados, menos de River argentino. Y él esperó y esperó, hasta que llegó. Es un técnico que no tiene techo”, indicó.

No, no lo tiene. Acaba de ganar su título 11 y va por muchos más.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.