Cuando Giorgian De Arrascaeta arregló su incorporación a Flamengo quedó la sensación de que el equipo carioca iba a ir por todo este año, con la Copa Libertadores como el gran objetivo. Y así fue.
El club desembolsó 15 millones de euros, más comisiones, para fichar al uruguayo, quien era ídolo y figura de Cruzeiro, quien tras una confusa salida, con diferencias con los dirigentes mineiros, terminó llegando a Río de Janeiro para ponerse la camiseta del Fla.
El arribo de Giorgian, en el pase más caro en la historia del fútbol brasileño, fue uno de los tantos a los que apostó Flamengo sin importar la billetera.
Junto a él, a principios de la temporada también llegaron otras figuras, como Bruno Henrique, con pasado en Wolfsburgo y Santos, el ex São Paulo Rodrigo Caio, y también se extendió el préstamo de Gabigol Barbosa, quien terminó siendo la figura clave en la final que los cariocas la ganaron por 2-1 a River Plate este domingo en Lima, al marcar los dos goles.
Además, el atacante de 23 años se convirtió en uno de los socios del uruguayo dentro y fuera del campo de juego.
La apuesta de Flamengo siguió en junio cuando el presidente, Rodolfo Landim, fichó a quien sería el entrenador del equipo campeón, el portugués Jorge Jesús, quien aceptó el desafío brasileño y sudamericano. ”El día que decidí entrenar a Flamengo, yo les dije (a mis asistentes técnicos): preparen las maletas porque vamos a trabajar en Brasil y vamos a ser finalistas de la Libertadores”, comentó el entrenador de 65 años un día antes de la final de la Copa en Lima.
Como si no alcanzara, luego llegaron más refuerzos directos de Europa. Filipe Luis, de Atlético de Madrid, y Rafinha, de Bayern Múnich, volvieron al fútbol brasileño luego de varios años en el “Viejo Continente”, y a Gerson, volante que estaba en Roma. Y además, el español Pedro Marí, llegó para ser uno de los zagueros centrales y convertirse en el primer futbolista de su nacionalidad en ganar la Libertadores.
La temporada comenzó y De Arrascaeta y Flamengo empezaron a demostrar su poderío. Ganaron el Campeonato Carioca, el estadual de Río de Janeiro, y luego comenzaron a marcar la cancha en el Brasileirao, el campeonato brasileño que también conquistaron este domingo (ver apunte)
Además, iniciaron su participación en la Libertadores, donde también dieron los primeros pasos y se pusieron el traje de candidato rápidamente.
En esos primeros meses del año el entrenador era Abel Braga, quien dirigió la fase de grupo en la que el “mengao” finalizó en la primera posición, si bien sufrió dos derrotas. Una de ellas fue en el Maracaná ante Peñarol, por 1-0 con gol de Lucas Viatri a los 88’, mientras que la otra fue en Quito ante Liga. En la revancha ante los carboneros, por la última fecha de la serie, fue empate 0-0 en el Campeón del Siglo.
En esa instancia, el uruguayo anotó el único gol que marcó en la Copa, en la goleada 6-1 ante San José, el rival más débil de la llave.
De todas formas, por su entrega y por sus habilidades, el de Nuevo Berlín se fue metiendo en el corazón de los 40 millones de hinchas que tienen los cariocas y cada vez se fue sintiendo más cómodo en Maracaná.
Por la actividad local, Giorgian marcó tres goles en el Carioca y 11 goles en el Brasileirao.
El ex Defensor Sporting se lucía con la camiseta del Fla, pero donde no lo miraban bien era en Belo Horizonte, la casa de Cruzeiro, donde los hinchas habían quedado con el gusto más que amargo por su salida.
Quiso el destino que su regreso a esa ciudad fuera con la camiseta de la selección uruguaya, en la Copa América, y en el Mineirao, donde fue amo y señor, no la pasó nada bien.
Los hinchas de Cruzeiro, y también de su rival, Atlético Mineiro, lo insultaron cuando fue anunciado y salió a calentar con los suplentes.
En ese partido, Oscar Tabárez no lo tuvo en cuenta y tras el mismo, el volante fue consutado por lo que había pasado. “Cada uno se puede manifestar de la forma que quiera, yo estoy muy agradecido con Cruzeiro por todo lo que trabajé cuando estuve aquí, así que estoy muy tranquilo. Era de esperarse por todo lo que pasó, por la forma en que me fui de aquí, pero me quedo con las cosas positivas”, dijo el uruguayo en la zona mixta de forma muy correcta, como suelen ser todas sus declaraciones ante los medios de prensa.
A los pocos días, vivió todo lo contrario en Maracaná, donde la celeste le ganó 1-0 a Chile, fue titular y tuvo el apoyo de los hinchas locales que fueron al partido.
Por la rambla de Copacabana se pudo ver el lugar de privilegio que, a los pocos meses de su llegada a Río, tenía Giorgian: su camiseta estaba entre las elegidas de Flamengo en los puestos callejeros instalados en la vereda.
La Libertadores siguió ya en el cuadro final y con Jorge Jesús al frente de Flamengo.
El equipo carioca fue dejando rivales por el camino. Sufrió más de la cuenta con Emelec, en octavos, tras un 2-2 global que se definió por penales, de local en Maracaná, y con Giorgian anotando el primero de la tanda.
Luego, en cuartos, superó a Inter de Porto Alegre y en semifinales volvió a dicha ciudad para la llave ante Gremio, al que también eliminó para llegar a la final con River Plate, la primera que se disputó en formato de partido único.
Giorgian, que había quedado en las puertas de la final de la Libertadores 2014, cuando Defensor Sporting cayó ante Nacional de Paraguay, disputó así el partido más importante de su carrera y con 25 años se proclámo campeón del principal torneo continental.
El uruguayo jugó prácticamente todo el partido -fue sustituido en los descuentos- y dio la asistencia para el gol del empate 1-1 en el minuto 89’, anotado por Gabigol, quien sacudió el partido y que tres minutos después volvió a aparecer para sellar el triunfo 2-1.
Si ya era un ídolo de los hinchas cariocas, Giorgian, quien vive en la rambla de Barra de Tijuca, se metió en la historia grande de Flamengo, club que hacía 38 años que no ganaba la Libertadores.
La única conquista del torneo continental por parte del mengao había sido en 1981, cuando el equipo que lideraba Zico se impuso ante Cobreloa de Chile en el partido desempate que se jugó en el Centenario de Montevideo.
Ahora Flamengo tuvo a varias estrellas destacadas en el equipo campeón y una de ellas es De Arrascaeta, quien dio rienda suelta a los festejos y que este domingo celebró junto a millones de hinchas que salieron a las calles de Río para celebrar el título continental en la caravana del equipo, al mismo tiempo que se enteraban de la conquista del Brasileirao.
Giorgian, que fue liberado por la selección para que dispute la final y que se recuperó de una lesión que le permitió estar al 100% en Lima, cerró así su mejor año deportivo. “Los sueños están para cumplirlos”, comentó con la copa y el mar de hinchas. Y aún le queda jugar el Mundial de Clubes.
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