La imagen del péndulo es una que se repite en las altas oficinas del gobierno a la hora de describir la estrategia de posicionamiento de Uruguay en el concierto internacional. En un contexto geopolítico de creciente bipolaridad entre Estados Unidos y China, el presidente Luis Lacalle Pou ha llamado en reiteradas ocasiones a evitar caer en una “falsa dicotomía” y ha planteado que su administración pretende avanzar por igual con cualquier potencia que ofrezca oportunidades a estas tierras sudamericanas.
De la misma manera en que, tras anunciar las negociaciones bilaterales de un TLC con China, el gobierno uruguayo había sacado a relucir sus cercanías históricas con Estados Unidos, el Poder Ejecutivo ahora reimpulsa un acuerdo de defensa con la potencia norteamericana mientras avanza en simultáneo con un entendimiento en esa materia con el país asiático.
El pasado 3 de agosto, mismo día en que los ministros Javier García (Defensa) y Francisco Bustillo (Cancillería) concurrieron al Senado a explicar los alcances de un convenio de defensa con China, Presidencia remitió al Parlamento un proyecto de ley para refrendar un acuerdo de cooperación con Estados Unidos firmado en 2012 por el gobierno de José Mujica.
De nombre Acuerdo para la adquisición de suministros y prestación recíproca entre Uruguay y Estados Unidos –y más conocido como ACSA–, se trata de un convenio que ambos países han tenido desde el año 1953 pero con distintas actualizaciones debido a que cuenta con determinados plazos de aplicación y concreción.
En 2010 venció el acuerdo que había sido suscripto en el año 2000 y el gobierno de José Mujica –con Luis Almagro como canciller y Eleuterio Fernández Huidobro como ministro de Defensa– resolvieron refrendarlo. Eso se plasmó en la firma de un nuevo acuerdo a comienzos de 2012, que ese mismo año se envió al Parlamento para su aprobación. Sin embargo, al momento de su tratamiento en la cámara, el Frente Amplio solicitó que volviera a comisión, y el texto se archivó en 2015 al culminar la legislatura. En el último gobierno de Tabaré Vázquez, el Ejecutivo sugirió su reconsideración, pero sin éxito.
El proyecto enviado ahora con la firma de Lacalle Pou y los ministros Javier García y Francisco Bustillo señala que "al mantenerse vigentes los fundamentos que en su oportunidad dieron mérito al envío de aquel mensaje, el Poder Ejecutivo se permite solicitar (al Parlamento) la pronta aprobación del mismo".
El acuerdo da un marco al apoyo que muchas veces las Fuerzas Armadas uruguayas reciben del Departamento de Defensa y del Comando Sur de Estados Unidos y, entre otras cosas, establece que el equipamiento que se intercambie no puede ser enajenado.
El apoyo logístico incluye "la provisión de alimentos, alojamiento, transporte, petróleo, aceites, lubricantes, ropa, municiones, apoyo a operaciones en bases, y diferentes servicios como comunicación, médicos, capacitación, reparación y mantenimiento, calibración y portuarios". También considera "el uso temporal de vehículos de uso general, y de otros artículos sin fines letales y equipamiento militar cuando su préstamo o arrendamiento se realiza conforme a las leyes o reglamentos internos de los países".
En su momento, una resolución del gobierno de Mujica señaló que el convenio "tiene por objeto facilitar el aprovisionamiento recíproco de apoyo logístico, suministros y servicios entre las citadas partes, dentro de los límites de su competencia y en el respeto por la legislación interna de ambos países".
Con China
El texto enviado al Poder Legislativo está fechado el 3 de agosto de 2022, el mismo día en que García y Bustillo concurrieron a la comisión de Asuntos Internacionales del Senado para informar acerca del convenio de defensa con China, la otra potencia mundial.
En ese caso, el gobierno de Lacalle Pou había instado al Parlamento a refrendar un acuerdo firmado en 2019 por el anterior gobierno frenteamplista. En primera instancia el oficialismo frenó su votación hasta que comparecieran las autoridades. Días más tarde, el 9 de agosto, la Cámara de Senadores lo aprobó por unanimidad.
Ante los legisladores, García dijo que se trata de "un convenio marco típico, de los tantos que tiene el Uruguay con otros países de la región y extrarregión". "Si uno compara los acuerdos en materia de defensa que tienen nuestros vecinos más directos –Brasil y Argentina–, nota en ellos una profundidad que no tiene este convenio. Este es un típico convenio marco, un encuadre para dar forma a una relación entre dos países que se iba dando por otros caminos y ahora se encuadra dentro de este convenio marco", afirmó el ministro de Defensa.
"En comparación, el acuerdo que tenemos con China es de mucha menor especificidad que los que tienen nuestros vecinos, pero ambienta trabajos que ya venimos haciendo y que, lógicamente, tienen que encuadrarse en la cooperación en materia de defensa", agregó el jerarca.
Según García, el convenio con China no está relacionado a la iniciativa de seguridad global impulsada por el gobierno de Xi Jinping y "no hace a una vinculación estratégica, sino a un acuerdo de cooperación similar al que tenemos con otros países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", como Estados Unidos, Francia y Rusia.
"Pretendemos tener acuerdos con China y con el Reino Unido hay una mención en una declaración presidencial de hace pocas semanas. Prácticamente, vamos camino a tener acuerdos marco con todos los países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", afirmó.