Ingreso a cancillería: prueba psicotécnica eliminó al 50% de los concursantes

Sin embargo, un cambio que la cancillería hizo en 2017 le añadió un nuevo filtro al concurso: el carácter eliminatorio de la prueba psicotécnica, que busca determinar mediante una serie de tests psicológicos si el individuo es apto para cumplir con la función para la que se está postulando o si su perfil es acorde al tipo de trabajo. Esta instancia es el tercer escalón del concurso y se da, por ejemplo, luego de la prueba escrita de conocimiento.

El carácter eliminatorio de la prueba psicotécnica existió hasta 2009, año en que se instaló la polémica en el Ministerio de Relaciones Exteriores por la eliminación mayoritaria de los concursantes con las calificaciones más altas. Por ello, en 2010 se quitó el carácter eliminatorio, hasta que volvió a ser reinstaurado en 2017.

Hasta el momento, la cancillería contrataba a psicólogos externos para hacer la evaluación. Pero en 2018, el ministerio incorporó a dos psicólogas como funcionarias que fueron las que ejecutaron la prueba este año en el que el 50% de los habilitados no aprobaron el test psicológico. De 38 habilitados, solo 19 pasaron a la última instancia del concurso (la prueba oral) para llenar 17 vacantes.

El resultado sorprendió al director del Instituto Artigas de Servicio Exterior (IASE), el embajador Alberto Guani, según reconoció en conversación con El Observador. Guani dijo que podía “llamar la atención” que un porcentaje tan alto hubiera perdido en la psicotécnica. “No habrán llegado al nivel”, señaló con el argumento de que el concurso de ingreso es muy “riguroso” y que todo lo que se evalúa está previsto en las bases.

Entre quienes no resultaron aptos para cumplir la función, según las psicólogas que tomaron la prueba, hay profesores universitarios en Relaciones Internacionales, profesionales del Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, candidatos con maestrías y doctorados en Relaciones Internacionales y funcionarios consulares administrativos del propio ministerio, según supo El Observador. Pero lo que aún sorprende más es que algunos de los eliminados en la psicotécnica de este año ya habían aprobado la instancia cuando concursaron el año pasado, con otros profesionales al mando de la prueba.

¿Cómo es examen psicológico?  

A pesar de que los postulantes al concurso tienen un número asignado que les asegura su anonimato durante la mayor parte del concurso, la prueba psicotécnica no es anónima, ya que en ella deben proporcionar abundantes datos personales.

La prueba psicotécnica consta de dos partes: una escrita –que este año se realizó el viernes 5 de abril- y otra de entrevista grupal que tuvo lugar el martes 23 y miércoles 24 de abril.

La parte escrita duró cuatro horas, con un descanso de 10 minutos a las dos horas, y constó de seis partes.

Comenzaba con un formulario de nueve páginas que incluía datos básicos personales y laborales pero también preguntas muy íntimas. Por ejemplo, se preguntaba si recientemente murió algún amigo o familiar del concursante y se pedía establecer el motivo del deceso; si el postulante hizo terapia psicológica alguna vez con detalles sobre las razones y el tiempo de la terapia; si el concursante tiene redes sociales y para qué las usa; si tiene amigos y dónde los conoció; y qué pensaba la familia del concursante sobre su postulación al Servicio Exterior. También se pedía el detalle de cuántas veces se mudó, por qué, a dónde, con quién y qué le hizo sentir cada una de esas experiencias.

Ese cuestionario era seguido por el test de personalidad conocido como “Big Five”, que contenía más de 130 preguntas múltiple opción que medían el grado de aceptación o rechazo de cada postulado.

Luego llegó la hora del dibujo. Se le pidió al concursante dibujar dos personas trabajando, asignarles nombres, edades y funciones. Debían realizar una historia en base a esas dos personas –con pasado, presente y futuro- y luego contestar preguntas acerca de esa historia. Este tipo de test proyectivo es cuestionado algunos en la academia y ha sido prohibidos en varios países de Europa por su supuesta falta de fiabilidad científica.

La prueba psicotécnica también incluyó el Test Moldes, que mide las estrategias cognitivo-emocionales de los concursantes, con 87 preguntas múltiple opción.

La quinta parte constaba de cinco hojas con frases incompletas que debían ser llenadas lo más rápido posible con el primer pensamiento que viniera a la mente de los concursantes. Se pedía información sobre el “más grande error” del candidato, sus arrepentimientos, miedos, los hechos de su vida que quisiera olvidar, su “ambición secreta” y sus pensamientos sobre hombres y mujeres.

La prueba psicotécnica en su parte escrita culminó con el Test de Wartegg: ocho cuadrados que contenías dibujos incompletos y que el postulante debía llenar. Este test en particular es muy cuestionado en la academia por su supuesta falta de validez y fiabilidad.

Por su parte, la prueba psicotécnica oral grupal duró hora y media y se realizó con la presencia de dos psicólogas del ministerio y autoridades del IASE.

Los 19 que fueron declarados aptos para el ejercicio de la diplomacia rendirán este lunes la última instancia del concurso. Los restantes podrán volver el próximo año para saber si, además de demostrar conocimiento sobre la función para la que se candidatean, también pasan el filtro de la aptitud psicológica.