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Invasión de aguavivas en la costa: mitos y verdades sobre una especie que mete miedo

La investigadora de Zoología de Invertebrados, Gabriela Failla, explicó por qué hay más en estos días y cómo se debe actuar
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05 de febrero de 2020 a las 15:59

Quien haga playa con la ola de calor de esta semana no podrá evitar meterse en el agua y puede verse sorprendido por la cantidad de aguavivas que visitan las costas por estos días. Gabriela Failla, investigadora de la sección de Zoología de Invertebrados de la Facultad de Ciencias, dijo a El Observador que los factores que influyen en la presencia de aguavivas son muchos y varían dependiendo de la zona pero básicamente la temperatura del agua y las distintas corrientes favorecen la reproducción y movimiento de las medusas.

Uno de los motivos es una corriente cálida que llegó desde el sur de Brasil. “Esa especie de medusa que llega desde Brasil aparece en Atlántida y hasta en la capital”, afirmó Failla. 

Un segundo factor que contribuyó al incremento de estos animales marinos en las playas es la escasez de lluvias. “Si llueve menos, ingresan más aguavivas”, explicó.

Si bien suelen generar impresión negativa en los bañistas, Failla aclaró que hay que tenerles respeto pero no son animales particularmente dañinos. “A Uruguay, principalmente llegan tres especies de aguavivas”, explicó y añadió que suelen ser grandes pero no por eso, más dañinas que otras. 

También manifestó que, hasta el momento, no ha visto ninguna especie en la costa que pueda ser peligrosa como lo fue “la aguaviva azul” hace unos años atrás, la cual traía consigo toxinas que podían generar lesiones más graves. 

Mitos y verdades

Frente a la presencia de aguavivas se tiende a sacarlas del agua para evitar su propagación y posterior daño a quienes se bañan en las playas pero la experta indicó que “no tiene sentido sacar una, dos, tres o cuatro". "Cuando llegan aguavivas, llegan en grandes cantidades” por lo que al sacarlas se las está matando sin ningún fin justificable. 

Failla también aclaró que las aguavivas pueden desprender toxinas incluso después de muertas. Muchas veces los tentáculos o las campanas mantienen la toxina hasta varias horas luego de haber muerto. Por lo que tocar una medusa que esté en la orilla, tampoco asegura que no vaya a picar. 

Por otro lado, argumentó que “la mejor manera de evitar que una medusa pique, es el conocimiento”. Failla desmitificó la creencia de que la toxina que desprenden las medusas se encuentra solo en los tentáculos. “Algunas tienen la toxina en los tentáculos y otras en la campana”, desarrolló y aseguró que lo mejor es no tocarlas para evitar posibles alergias o quemaduras. 

“La gente piensa que las medusas de distintos colores o características visuales, pertenecen a diferentes especies y esto no es así necesariamente”, esclareció. Es otro de los mitos que rodean a las aguavivas. Agregó que en ocasiones se ven puntos violetas o tentáculos naranjas y eso no implica mayor riesgo o toxicidad. “Muchas veces son de la misma especie aunque su apariencia sea totalmente distinta”. 

En cuanto al aumento de aguavivas por la suba de la temperatura del agua a raíz del calentamiento global, la docente dijo que a diferencia de otras especies, “con las medusas no hay generalidades”. A algunas las favorece el aumento de temperatura ya que se reproducen con mayor facilidad y acelera su proceso metabólico pero, por el contrario, a otras les significa lo opuesto. 

“La gente ve a las tortugas, por ejemplo, como animales súper simpáticos y sin embargo, si te muerden te pueden arrancar un dedo”, expresó Failla para recalcar que el pre concepto de peligro que traen consigo las medusas, es exagerado en comparación con el escaso daño que verdaderamente suelen causar. 

La investigadora recomendó, para aquellos que quieran ir a la playa pero evitar a las aguavivas, bañarse en playas con mucho oleaje ya que “con el movimiento constante, suelen no acercarse a la costa”. 

Remedios caseros para la picadura

“Lo primero que hay que hacer es echarle agua salada. Nada de arena o agua dulce”, aclaró la experta. Explicó que muchas veces las personas tienden a cubrirlas con arena por la inmediata sensación de alivio pero “es peor”, porque se sigue poniendo en contacto a la piel con la toxina. 

“Otro remedio casero que funciona mucho es el vinagre”, acotó. Puede ser diluido en un poco de agua o aplicarlo solo. “Alivia mucho el dolor y ayuda a la recuperación de la piel”, dijo. 

Por último, recordó que si estos remedios no ayudan, puede que la medusa que haya estado en contacto con la piel posea una toxina más peligrosa, por lo que en caso de no desaparecer los síntomas, es importante consultar con un médico por otros tratamientos. 

 

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