La alegría del parkour en Afganistán

Un grupo de jóvenes afganos intenta triunfar con esta disciplina

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19 de agosto de 2016 a las 20:05

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Empeñados en mostrar al mundo el Afganistán que se esconde más allá de la guerra y en llevar algo de alegría al día a día de los afganos, decenas de jóvenes aficionados al "parkour" esquivan múltiples dificultades en sus saltos y acrobacias entre barricadas de cemento y muros antibombas.

Seis años después de comenzar su andadura con apenas tres miembros, "Los chicos Kabulíes del Parkour" arrasan estos días en las redes sociales con un vídeo de apoyo a las tropas afganas en el que sortean vehículos oficiales ataviados con uniformes policiales, y que ya ha cautivado hasta a las autoridades.

Surgida en Francia hace dos décadas, esta popular disciplina consiste en recorrer espacios urbanos sorteando obstáculos de la forma más rápida posible.

Con zapatillas y pantalón de chándal al más puro estilo "skater", los hoy más de 40 jóvenes kabulíes del "parkour" practican en las calles de la capital afgana utilizando muros antiexplosiones como obstáculos y saltando desde edificios en ruinas por la guerra.

La falta de equipos, un gimnasio permanente o entrenadores especializados les ha estancado en un nivel "intermedio" del que es difícil avanzar, dicen, pero los jóvenes siguen esforzándose sin perder las ganas aferrados al único método de aprendizaje a su alcance: los vídeos de internet.

Las lesiones son comunes en la práctica de este arriesgado deporte, pero para estos chicos lo son todavía más debido a la falta de equipamiento, a lo que se suma la imposibilidad de acceder a servicios sanitarios de calidad.

El propio fundador del grupo, Jamil Shirzad, de 22 años, se quejó a la agencia de noticias Efe de los dolores que tiene en una mano que se lesionó en 2015 en un salto fallido y sobre la que los médicos afganos no lograron ofrecer un diagnóstico.

A veces, agrega el miembro del grupo Rustam Sakhi, las tropas les prohíben practicar cerca de vallas de seguridad, edificios gubernamentales u oficinas particulares, alegando razones de seguridad.

"Tenemos un montón de problemas para introducir y mantener vivo este deporte en el país (...), pero nunca lo dejaremos", concluye el líder del grupo, al que apodan "Jamil Parkour".

Y es que los motivos que mueven a estos jóvenes son lo suficientemente potentes como para superar cualquier obstáculo.

"Corremos por una esperanza pacífica, un mejor futuro para nuestro país. Para mostrar al mundo una imagen positiva de Afganistán y para inspirar a otros jóvenes afganos", relata Shirzad.

Los chicos, que habitualmente intercambian consejos con jóvenes de esas regiones, afirman que el "parkour" está ganando terreno en Afganistán y explican orgullosos que el mes pasado viajaron a Dubai para participar en su primer evento internacional.

No era su primera invitación, pero las dificultades también les golpean a la hora de viajar. El pasado año Alemania les denegó visados para tomar parte en una competición, según el líder del grupo, porque "debido a la crisis migratoria no se fiaron" de ellos.

Por fortuna, las autoridades deportivas afganas les prometieron hace unos meses ayuda para federarse e incluso el vicepresidente del país, Abdul Rashid Dostum, les ha enviado ropa y promesas sobre un gimnasio en el que practicar.
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