Mundo > Hierve el Medio Oriente

La baja del general Soleimani: Donald Trump se va a la guerra

El primer paso fue dado: demostrar el poder disuasorio de Estados Unidos. Pero ahora juega Irán y los funcionarios de la administración Trump desconocen cuán rápido lo hará y con qué intensidad
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04 de enero de 2020 a las 05:04

Tres años después de su llegada al poder, el presidente de la primera potencia mundial tendrá que gestionar su primera gran crisis de política exterior en un contexto complicado: Donald Trump enfrenta la apertura de un proceso de destitución en su contra, el célebre impeachment, y una campaña electoral que se anticipa muy agresiva

Atacar y matar al segundo funcionario más poderoso de Irán  —al mayor general Qasem Soleimani, quien durante dos décadas lideró la unidad militar más temible y despiadada de Irán, la Fuerza Quds—, pone en ebullición un conflicto que hervía a fuego lento en Teherán.

Una nota del servicio de New York Times NYT afirma que es el movimiento más arriesgado realizado por Estados Unidos en el Medio Oriente desde la invasión de Irak en 2003. Y un despacho de la AFP subraya que la decisión del presidente estadounidense es de "consecuencias imprevisibles".

Washington necesitaba restablecer su poder disuasorio en el inicio de esta tercera década del siglo XXI —cuando la humanidad podía encontrar otras formas de relacionarse y entenderse—, y hacerle saber al liderazgo iraní que los misiles disparados contra barcos en el Golfo Pérsico, el ataque a instalaciones petroleras de Arabia Saudita meses atrás y los perpetrados dentro de Irak que se llevaron la vida de un contratista estadounidense, no se iban a quedar sin respuesta.

Ahora Irak teme"una guerra devastadora", Irán ya prometió vengarse "en el momento y el lugar apropiados", y el Pentágono anunció el despliegue de entre 3.000 y 3.500 soldados estadounidenses adicionales en el Golfo.  Los tambores de la guerra ya retumban.

Charles Lister, del Instituto del Medio Oriente, consultado por NYT, señala que "con Soleimani muerto, viene la guerra, eso parece cierto, las únicas preguntas son dónde, de qué forma y cuándo".

Un inciso: junto a los hechos en sí, de una tecnología y eficiencia apabullante —el empleo de drones para volar a tan poderoso hombre en el aeropuerto de Bagdad, la capital iraquí — que promete furias desconocidas y temores de ingrata recordación, choca ese lenguaje de "ordenar matar" de la orden presidencial, que se despliega sin anestesia alguna por las redes sociales. Objetivo cumplido.

¿Quien era Soleimani?

Aguerrido y discreto, Soleimani alcanzó reconocimiento muy pronto. A los 30 años ya era comandante de división, luego de su actuación durante la guerra entre Irán e Irak en la década de los ochenta.

Pero aún más notorio y reciente fue su rol en el intenso conflicto contra el Estado Islámico, a partir del cual Teherán reforzó su influencia en la convulsa región

A Soleimani se le atribuye haber definido la estrategia que ayudó al presidente Bashar al Asad a cambiar el curso de la guerra contra las fuerzas rebeldes en Siriaal mismo tiempo que tomaba el control de la milicias chiitas en Irak, que recibían apoyo y entrenamiento de Irán, como registra una nota de BBC Mundo.

El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, justificó el viernes el ataque contra el comandante Soleimani, porque planeaba una acción inminente que amenazaba la vida de cientos de estadounidenses.

"Estaba activamente tramando en la región tomar acciones, una acción importante, como él la describió, que habría puesto docenas, si no centenares de vidas estadounidenses en peligro", dijo Pompeo a CNN. "Sabemos que era inminente", agregó sin dar más detalles de esa presunta operación planeada. ¿Algo asó como las armas de destrucción masiva?

Estados Unidos, señaló el funcionario diplomático, está "comprometido, sin embargo, con la desescalada". La pregunta es si será posible.

"Más grande que nunca"

Donald Trump ha repetido en varias ocasiones su determinación de retirarse del caldero del Medio Oriente. Su decisión de atacar y matar a Soleimani —lo que debería haberse hecho "hace muchos años", precisó— coloca a su presidencia, dure uno o cinco años, en el centro de los acontecimientos. La venganza que el líder supremo de Irán, el ayolatá Ali Jamenei, profetizó puede ser larga. Muy larga.

Para Richard Hass, presidente del grupo de expertos del Council on Foreign Relations, sería "irónico, además de trágico y peligroso" que el presidente que quería reducir la huella de Estados Unidos en Medio Oriente haya "iniciado una dinámica que llevará aún más a esa situación" en un momento en que el país enfrenta ya desafíos con "China, Corea del Norte o Rusia".

Bruce Riedel, un exoficial de la CIA que pasó su vida estudiando el Medio Oriente, y ahora está en la Brookings Institution, dijo: "La administración está llevando a Estados Unidos a otra guerra en el Medio Oriente, más grande que nunca".

Sin embargo, puede no ser una guerra convencional en ningún sentido, ya que la ventaja de los iraníes está en un conflicto asimétrico.

Su historia sugiere que no se enfrentarán frontalmente a los Estados Unidos, pero si atacarán objetivos blandos, comenzando en Irak, pero apenas limitados a ese país. En los últimos años, han perfeccionado la capacidad de causar caos de bajo nivel, y no han dejado dudas de que quieren poder llegar a los Estados Unidos.

Por ahora, no pueden, al menos en formas tradicionales.

Pero han intentado el terrorismo, incluido un intento fallido hace nueve años de matar a un embajador saudí en Washington, y el jueves por la noche, el Departamento de Seguridad Nacional enviaba recordatorios de los esfuerzos pasados y actuales de Irán para atacar a Estados Unidos en el ciberespacio. Hasta ahora, eso se ha limitado a las brechas en los bancos estadounidenses y al escrutinio de presas y otras infraestructuras críticas, pero hasta ahora no han demostrado que tengan las habilidades de los rusos o los chinos.

Por eso su primera escalada bien podría ser en Irak, donde respaldan a las milicias pro iraníes. Fue solo hace unas semanas cuando la gente salió a las calles de Iraq para protestar por la interferencia iraní, no estadounidense, en su política. Aún así, hay objetivos suaves en toda la región, como lo mostraron los ataques a las instalaciones petroleras sauditas.

El exdiplomático en administraciones demócratas y republicanas Aaron David Miller observa una mezcla "potencialmente aterradora" en la coincidencia del ataque con la situación interna que enfrenta Trump en su propio país, con el juicio de destitución a la vista. "Exige decisiones prudentes, sensatas, y un mandato estable y firme", dijo. 

Pero las primeras reacciones del multimillonario republicano, que defiende su forma de actuar "por instinto", no tranquilizaron a quienes se preocupan por sus improvisaciones en temas geopolíticos complejos. 

Fiel a su estilo de comunicación iconoclasta y provocador, el jueves por la noche, tras el anuncio de la muerte de Soleimani, tuiteó la imagen de una bandera estadounidense sin una palabra. 

Desde su lujosa residencia de Mar-a-Lago, en Florida, donde pasa sus vacaciones, Trump añadió el viernes en Twitter una frase ambigua: "Irán nunca ha ganado una guerra, pero jamás perdió una negociación". 

Para el exdiplomático estadounidense Nicholas Burns, profesor en Harvard, el asesinato de Soleimani era legítimo si el general iraní preveía realmente ataques contra instalaciones estadounidenses. "Pero ¿anticipó Trump las 15 jugadas siguientes en el tablero de ajedrez?", se pregunta. 

Lanzar una guerra

La mayoría de los congresistas republicanos alabaron la "valentía" del presidente, pero la oposición demócrata mostró su preocupación. 

"Una bandera no es una estrategia", dijo Samantha Power, embajadora de Estados Unidos en la ONU durante la presidencia del predecesor de Trump, el demócrata Barack Obama. "Trump está rodeado de chupamedias (tras haber despedido a todos los que le llevaban la contraria) (...) Esto podría degenerar muy rápidamente". 

Entre las distintas hipótesis barajadas por los analistas, la de una retirada total de las tropas estadounidenses de Irak cobra cada vez más fuerza. Trump podría aprovechar las amenazas contra los estadounidenses y las declaraciones de Bagdad para justificar su decisión, mientras amenaza con golpear de nuevo a Irán desde lejos.

"Esto le permitiría hacerle un guiño a su base electoral mostrándose firme mientras lleva a cabo una retirada", considera Colin Kahl, experto de la Universidad de Stanford y exconsejero de Obama. 

Faltan por conocer las motivaciones políticas del presidente estadounidense a la hora de ordenar la muerte del general iraní. 

El propio Trump mencionó, hace casi una década, lo tentador que sería para un presidente lanzar un conflicto con Teherán antes de unas elecciones. Lo hizo para criticar a Obama. 

"Para ser reelegido, Barack Obama lanzará una guerra contra Irán", tuiteó en 2011, cuando aún no había iniciado su carrera política pero era un crítico feroz del dirigente demócrata. 

(Con información del servicio de New York Times, AFP)

De viernes a viernes
 
Viernes 27 de diciembre
Ataques aéreos estadounidenses respondieron a más de 30 cohetes lanzados desde una base militar iraquí cerca de Kirkuk, matando a un contratista estadounidense e hiriendo a cuatro militares estadounidenses y dos iraquíes. Funcionarios de Estados Unidos culparon a una milicia respaldada por Irán, Kataib Hezbollah, que negó la responsabilidad.
 
Domingo 29 de diciembre
El asalto de la embajada fue en respuesta a los ataques aéreos estadounidenses que mataron a 24 miembros de una milicia respaldada por Irán en bases en Irak y Siria durante el fin de semana.
Las milicias respaldadas por Irán representan una facción poderosa en Irak, que controla un gran bloque en el Parlamento. A medida que la administración Trump impuso sanciones económicas paralizantes a Irán, las milicias han atacado cada vez más los objetivos estadounidenses.
Martes 31 de diciembre
Miembros de la milicia pro iraní marcharon hacia la embajada de Estados Unidos, encerraron efectivamente a diplomáticos estadounidenses en el interior durante más de 24 horas y quemaron el área de recepción de la embajada. El presidente Trump culpó a Irán por organizar la protesta.
Viernes 3 de enero
Un ataque estadounidense con aviones no tripulados golpeó a dos autos que transportaban a Soleimani y a varios funcionarios con milicias respaldadas por Irán cuando salían del Aeropuerto Internacional de Bagdad. Soleimani era una figura poderosa a cargo de la recopilación de inteligencia iraní y estaba cerca del líder supremo de Irán.
 

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