Manuela García Pintos

La burra, la mejor niñera de las ovejas

Unos guardias especiales, que rebuznan y patean, le pusieron un freno al daño que generan los predadores en las majadas

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02 de febrero de 2019 a las 05:00

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Ante el incremento de ataques de diferentes predadores –como jabalíes, zorros, caranchos y perros– se han desarrollado diversas estrategias para proteger a las majadas en los campos uruguayos. En ese marco, la oveja tiene un servicio especial de protección y alarma ante amenazas: las burras.

En 2016 se realizó la incorporación más novedosa en el servicio de protección de las poblaciones de lanares, con la llegada de las burras, que se suman a la lista que integraban otros animales de guardia, como las llamas y los perros italianos maremmanos.

El Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) presentó los resultados de estudios, con base en experiencias de Estados Unidos y Chile, sobre el uso de las burras para el control de predadores. Se  explicó que estos animales, por su capacidad de rebuznar, morder o patear y por su actitud segura, se presentan como un “serio problema” para los predadores, sobre todo los canes, que le tienen un miedo particular.

El estudio estuvo a cargo del ingeniero agrónomo y técnico del SUL, Javier Frade, quien se jubiló en diciembre de 2018. Su cargo ahora lo ocupa el ingeniero agrónomo Marcos García Pintos, técnico de transferencia del SUL y responsable del área de control de predadores.

En diálogo con El Observador, García Pintos manifestó que en 2016 se incorporaron burras en majadas de productores que trabajan con el SUL. En esa primera instancia se repartieron 27 burras a 17 productores.

Luego se desarrollaron evaluaciones continuas durante dos años que arrojaron resultados muy positivos: se obtuvo un 85% de eficacia. Tras el éxito de la primera distribución, el SUL otorgó otros 27 ejemplares.

Manuela García Pintos

Entre las conclusiones principales, se indicó que la herramienta es buena o muy buena y que las burras se desempeñan mejor en potreros chicos y solamente con ovinos.

Se manifestó también que su efectividad es más marcada contra cánidos, como perros y zorros.

Finalmente, los productores acordaron en que el cuidado y manejo es muy sencillo y que, en general, la burra logra su adaptación a los ovinos antes del mes de incorporada a la majada.

Para esta primera experiencia se tuvo en cuenta la preferencia del uso de hembras frente a los machos, ya sean enteros o castrados, ya que pueden tornarse agresivos con las ovejas.

Para tener mayores alcances, se recomendó también que la burra que está en el rebaño quede preñada y tenga una hija hembra. Al cabo de seis o siete meses se debería destetarla, sacar a la madre del potrero y que la burrita se quede sola con la majada. De esta forma “se obtiene una muy buena impronta”, dijo el técnico, quedando ésta como la líder del rebaño, protegiéndolo como propio.

Datos 
El burro o asno es un animal doméstico de la familia de los équidos. Según el estudio del Secretariado Uruguayo de la Lana, son más longevos que los caballos y viven hasta 40 años. La madurez sexual se da a los dos o dos años y medio. El apareamiento puede producirse en cualquier época del año, pero generalmente es en la primavera. La gestación dura de 12 a 14 meses y nace una cría, que será destetada cuando tenga de seis a nueve meses.
El modus operandi

García Pintos contó que cuando se acerca un predador lo primero que hace una burra es emitir un sonido alerta. Rebuzna y es una advertencia para la majada; así, cuando el predador ingresa al potrero los lanares no están distraídos y cuidan de sus corderos, lo que es especialmente positivo en la época de pariciones.

Si la presión del predador con la majada continua, la burra se torna más agresiva: lo corre, patea o muerde.

García Pintos aseguró que hubo muy buenos resultados en bajar la mortandad de ovinos adultos y en elevar la señalada de corderos. 

Bajo alcance

Se recomienda tener solamente una burra con el rebaño. Pueden ser dos si el potrero es grande. Si son más, tienden a hacer un grupo entre ellas y no cuidan a las ovejas. Es importante destacar también que siempre se habla de potreros. Es decir, si el productor tiene tres majadas en tres potreros diferentes, debería haber tres burras protectoras.

Justamente, en este punto es donde radica la principal diferencia con otro de los sistemas de control de amenazas, los perros. Mientras que la burra y la llama trabajan a nivel de potrero, el perro es visto como el protector “más eficiente” ya que cubre más la zona y no trabaja solamente a nivel de potrero, sino que de predio. Incluso, puede cuidar hasta las ovejas del vecino.

Sin embargo, el perro corre con la gran desventaja que requiere de un cuidado y una atención diferente. El único trabajo que se debería hacer con la burra es tener la precaución de que cuando se la deje con la majada no haya vacunos ni caballos en el mismo lugar.

Manuela García Pintos

No requiere de grandes cuidados, como con el perro, porque es un animal muy rústico.

De hecho, en el norte varios establecimientos rurales utilizan burros para el control de especies vegetales (caraguatá y cardilla), con las cuales se alimenta.

Hoy hay ejemplares cuidando ovejas en todo el país. El SUL consigue a los animales de productores cercanos al instituto, habiendo una buena disponibilidad de ellos.

A la hora de elegir una burra –en las ferias ganaderas pueden tener un costo de US$ 200 a US$ 300–, García Pintos recomendó ir hasta el criadero junto a un perro. Éstas repelen mucho a los cánidos, por lo que hay que elegir aquella que sea más agresiva con ese perro. Será la que cuide más a la majada. 

Las claves
  • Poner de cuatro a seis semanas en un potrero, la burra “no conocedora”, para que se vincule con los ovinos y estos se acostumbren a su presencia.
  • No conviene usar burros machos enteros ni castrados.
  • Los burros son más longevos que los caballos, llegando a vivir hasta los 40 años.
  • Alojarlos aislados de otros burros o caballos.
  • Cuidado con los perros ya que los aborrecen, aunque se acostumbran a los del establecimiento, siempre que no se sientan presionados.
  • Algunos individuos rebuznan con mayor frecuencia, por eso los llaman llorones.
  • Al introducir un burro a la majada es conveniente hacerlo inicialmente en un potrero chico para que se familiarice con los ovinos.
  • Los burros se defienden dando fuertes patadas con sus patas traseras, mordiendo y gritando “rebuznos”.
  • Basan sus acciones de detección de amenazas en la vista y en el oído.
  • Un burro será adecuado para cuidar predadores de agresividad moderada, aunque no extrema como jaurías.
  • Cuidan áreas chicas, ya que no deambulan como los perros.
  • Un número aproximado de ovinos a cuidar sería como máximo una majada de 300 a 500 ovejas pudiendo variar según la topografía del terreno.
  • Es importante que el potrero donde esté tenga un solo dormidero para los ovinos donde también lo hará la burra, ya que la mayoría de los predadores atacan en la noche.
  • Los burros no protegen contra pequeños predadores como aves de rapiña.
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