Cuando me propusieron escribirte, a mí y a mi querido Nico Tabárez, pasé varias noches pensando qué quería decirte en este espacio. Lo primero es gracias, por rescatarme de entre las promociones del día del amigo y la tonelada de correo no deseado de tu casilla de mail. Pero también quiero que me cuentes qué te gustaría ver en este correo semanal para ir construyéndolo juntos. Ya nos iremos conociendo.
La primera fue la carta de Ramón Artagaveytia, uno de los uruguayos que viajó en el Titanic, en la que le contaba a su hermano cómo habían sido sus primeros días en el transatlántico. Una historia maravillosa, de la que podés leer más acá. Al otro día me llegó una notificación del Correo Uruguayo que me avisaba que había llegado una carta a mi casa cuando no estaba y te comento que levantarla fue casi una tarea de inteligencia. Y, hace unos días, me encontré con una selección de noventa cartas de Felisberto Hernández a Amanda Nieto, de esas que la artista respondía con los famosos Petrouchkos, dibujos en tinta y acuarela, en los márgenes de sus manuscritos.
“Quiero ensayar una forma fácil, cómoda, hasta subconsciente, si es posible, de escribirte"
Lo comenté con Nicolás, que sin dudarlo me recomendó Escribir en el agua, donde se publica una selección de 62 años de correspondencia de John Cage. También consulté con el jefazo, Emanuel Bremermann, qué libros epistolares me recomendaba ya que es uno de mis gurús de lectura (y se que el de algunos de ustedes también a través de Epígrafe). Me habló de Cartas, que reúne la correspondencia entre Jack Kerouac y Allen Ginsberg, y de Ya te llegará, que incluye un intercambio entre las escritoras Margo Glantz y Tamara Kamenszain de 1984 a 1997 que llegará próximamente a librerías.
Ahora me puse una meta muy corta: escribir una carta y enviarla por correo para sorprender a alguien con un mensaje manuscrito (y retarlo a recogerla en la oficina de correo en el primer intento). Si vos deseás escribirme podés hacerlo a esta dirección de mail o mandarme un sobre a la redacción en Ejido 1275.
Esta es la carta (virtual) que estabas esperando.
Esta es la segunda edición de
Doble Programa y por eso la estás leyendo en la web. Pero, como suscriptor, puede llegar todos los viernes a tu casilla de correo. Si este contenido te gustó
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El Observador. Una mujer maravillosa, una comedia imperdible
Este mes tuve un fin de semana largo. Para un periodista un fin de semana largo es como un pequeño tesoro infrecuente, una alineación astral, un baño de agua dulce en medio de la crisis hídrica. Espero que vos también hayas tenido algo de tiempo libre.
En esos preciados cuatro días me hice un tiempo para empezar (y devorar adictivamente casi dos temporadas) una serie que nunca había visto: La maravillosa Sra. Maisel.
Reconozco que hasta ahora había pasado medianamente desapercibida en mi catálogo de Amazon Prime Video, hasta que mientras escuchaba la lista de nominados para los premios Emmy me generó curiosidad. Y es uno de mis descubrimientos favoritos en lo que va del año. Antes de leer, te sugiero que le des play a la voz de Ella Fitzgerald para entrar en ambiente.
Amazon Prime Video La Maravillosa Sra. Maisel Midge Maisel es una mujer de los años cincuenta, interpretada por Rachel Brosnahan, que llega una noche a un bolichito de mala muerte en medio de una crisis y después de varios tragos de alcohol. Su marido acababa de confesarle que la engañaba con su secretaria, que se iba de su casa, que su matrimonio se terminaba. Midge entonces empieza a dudar de si la cómoda vida en el Upper West Side de Nueva York como ama de casa es realmente lo que desea y se sube a un escenario para exponer los detalles más hilarantes de sus desgracias.
Una noche catártica que la empuja hacia una nueva vocación: la comedia de stand up. Entra así en un mundo nocturno –de hombres que preferirían que se quite la ropa a escucharla hablar y mujeres que le dicen que su belleza interfiere en su humor– que intenta equilibrar con su vida familiar, Yom Kippur y dos hijos de menos de cinco años. Despojada de la presión de ser la esposa perfecta, Midge Maisel encuentra una vocación en la comedia y la serie encuentra en la comedia una forma de desarticular las injusticias, los dolores y las angustias de una mujer maravillosa.
Amazon Prime Video La Maravillosa Sra. Maisel La serie, escrita por Amy Sherman-Palladino (responsable también de Gilmore Girls) y llevada adelante por un elenco impecable, estrenó este año su quinta y última temporada; por la que está nominada a mejor Serie de Comedia, Actriz Principal y Actriz de Reparto para Alex Borstein que interpreta a una mánager poco ortodoxa.
Y espero terminarla para escuchar My Mrs. Maisel Pod, el podcast de Kevin Pollak –que interpreta al temperamental Moishe Maisel– sobre el backstage de la serie.
Un bocado
Te voy a contar una infidencia. Hace unos meses conocimos Franca, una cafetería y restaurante sin fines de lucro que abrió sus puertas este año en una esquina de la Plaza Cagancha, y desde entonces se ha convertido en uno de mis almuerzos favoritos en la zona del Centro.
Franca Una carta corta con ingredientes orgánicos y sabores intensos. Personalmente me hice fanática del refuerzo de focaccia –que incluye una milanesa vegetal, encurtidos, tapenade y pasta de zanahorias–, los chipá calentitos, el arroz con leche y el solcito de la plaza en los días de invierno.
En la vuelta: - Ballet - El próximo jueves el Ballet Nacional del Sodre estrena Dos Hemisferios con coreografías de Gemma Bond e Iñaki Urlezaga y las entradas se pueden adquirir acá.
- Películas - También de Amazon Prime te recomiendo Blondi, la primera película de Dolores Fonzi como directora. Podés leer más sobre ella en este enlace.
- Exposiciones - Una retrospectiva de la obra de Leonilda González se puede visitar en el Museo Histórico Cabildo en el marco del centenario de la artista.
Barbieheimer
¡Hola! Nico por acá reportándose. Como imagino que ya te habrás dado cuenta, esta newsletter, si bien tuvo un trabajo de escritura a cuatro manos en su primera entrega, a partir de esta semana y salvo ocasiones especiales, va a estar firmada por uno de nosotros dos de forma alternada. Pero eso no quiere decir que el otro autor desaparezca completamente. Así que acá estoy, para cerrar lo que abrimos en la primera edición de Doble programa.
Como el integrante de esta dupla que ya está del otro lado del Barbenheimer (es decir, que ya vio tanto Barbie como Oppenheimer), puedo decir que era todo lo que prometía ser. Un doblete de grandes películas, que no pueden ser más opuestas entre si, pero que cada una desde su lugar nos entregan historias que dejan mucho para pensar y desmenuzar.
Barbieheimer Oppenheimer –que la vi primero y vuelvo a reiterar que si tienen la opción de verla en 35mm en Cinemateca lo hagan– es intensa, densa y abrumadora. Es monumental, y uno sale agotado de esas tres horas de cine, pero al mismo tiempo, con la cabeza llena de ideas, pensando en el mundo en el que vivimos y sabiendo que acababa de ver un retrato de una figura fundamental para el mundo moderno donde las conclusiones las sacamos, en su mayoría, nosotros. También me llevó a pensar en los miedos que siempre generan los grandes descubrimientos, como ahora pasa con la inteligencia artificial, y cómo los humanos solemos estar llenos de buenas intenciones pero que nunca terminan en la paz, armonía y felicidad que imaginamos.
Barbie también me hizo pensar en el mundo que vivimos, pero desde otro lugar: el de las diferencias de género, la presión constante que acarrea la vida moderna y el miedo de que lo que hacemos no sea nunca suficiente para sentirnos plenos. Porque si, la película de Greta Gerwig lejos está de ser una pavada, un comercial encubierto (bueno, un poco lo es) o una comedia familiar. Es una historia existencial, que me sigue sorprendiendo por la profundidad a la que llega en su crítica social en comparación a lo que parecía en la previa y las que hace a la propia muñeca. También me sorprendió por lo relativamente “jugada” (el término no pretende ser un chiste) que es para ser una producción de un estudio grande de Hollywood y respaldada por la marca dueña de Barbie. Es un disfrute de principio a fin, si, pero además deja unas cuantas ideas repicando.
Quedan de nuevo en manos de Carla. Nos leemos la semana que viene, y si querés comentarme alguna de las dos películas (¡o ambas!), podés escribirme a mi correo.
Volvemos a estudios.
Piano Bar
Antes que nada quiero saldar una deuda contigo. La semana pasada compartimos en este espacio el último disco de El mató a un policía motorizado y ahora te puedo contar que vuelve a Montevideo el próximo 1 de diciembre para presentar Súper Terror en la Sala del Museo. Las entradas las podés conseguir acá. Cuentas claras conservan la amistad.
Hoy es viernes. Y este viernes puede ser para mover las caderas. Para preparar el fin de semana te dejo esta canción de Cumbia Club: Plena y suerte.
Quiero que me digas la verdad
quiero que te prepares
para salirle a un inverno raso
con la tibieza de un bar nomás
Cumbia Club es una banda uruguaya que nació de las ganas de hacer bailar y el próximo 31 de agosto harán en el Antel Arena el after office más grande desde que adoptaron el formato. Las entradas están a la venta por acá.

Esto es todo por hoy. Te recuerdo que podés escribirme acá si tenés sugerencias, preguntas o comentarios hasta que nos volvamos a encontrar en tu casilla de mail.
Espero que tengas una gran semana.