Camilo dos Santos

La coach uruguaya que ayuda a las mujeres emigrantes

Radicada hace 17 años en Alemania, brinda apoyo y programas de coaching que permiten recuperar la autoconfianza

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15 de marzo de 2020 a las 05:03

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Por Andrea Sallé

Corría el año 2002 cuando Carina Planamente, de 21 años, decidió emigrar de Uruguay. Estudiaba Administración de Empresas en la Universidad ORT hasta que perdió su trabajo en plena crisis y no pudo continuar pagando sus estudios. Como tenía familia en Italia, ideó un plan: trabajaría un año en el restaurante de su tío, viviría con sus familiares y ahorraría lo suficiente para poder regresar y pagarse la carrera.Pero una vez en Italia el plan no salió como esperaba. No se adaptó al pueblo y a los tres meses de haber llegado se fue a España, donde trabajó como administrativa en Madrid. Allí no tenía familia ni amigos, por lo que, para conocer gente se le ocurrió anotarse en un curso de salsa. “En ese curso conocí a mi esposo, que es alemán. Estuvimos unos meses juntos hasta que él tuvo que regresar a Alemania a estudiar. Nos conocimos en noviembre de 2002 y en abril de 2003 decidimos que yo me fuera a Alemania a vivir con él y ahí empezó toda la odisea”, cuenta.

Carina no sabía nada de alemán y no se imaginaba que adaptarse iba a costarle tanto. Estudió el idioma de forma intensiva durante un año entero. “Vivía llorando, enojadísima con el idioma, con todo. Es horrible llegar a un lugar y no entender nada, no podés ni mirar la televisión, no podés hacer una vida normal. Durante mucho tiempo dependí de mi esposo para todo, hasta para ir al médico. Eso es lo que les pasa a casi todas las mujeres que llegan allá. Se da mucho la unión de mujer latina o española con hombre alemán y se repite siempre la misma historia”, relata.

Camilo dos Santos

Luego de amigarse con el idioma y tras dos años y medio de formación, se recibió de secretaria multilingüe y comenzó a trabajar en una empresa internacional en el puerto de Hamburgo, en la que estuvo diez años. Durante ese período, tuvo a sus dos hijos,realizó una maestría a distancia en Dirección y Gestión de Proyectos en La Salle UniversitatRamonLlull de Barcelona y comenzó Hispamamis, un blog dirigido a la comunidad de madres hispanohablantes radicadas en Alemania. 

Allí plasmó sus experiencias como mamá latina en Alemania y brindó información de interés para las recién llegadas. “Mi intención era hacer como unas ‘páginas amarillas’ donde iba poniendo cursos, nombres de médicos,actividades para niños en español, etc., porque yo no había tenido esa ayuda y hacía ocho años que estaba viviendo en Hamburgo, conocía mucha gente y cosas, así que se me ocurrió meter todo ahí. Quería hacerles la vida más fácil”, dice. Al blog sumó una fanpage de Facebook, Hispamamis Alemaniay posteriormente un grupo, que sigue activo hasta hoy y cuenta con una comunidad de más de 4.700 madres. A su vez, creó grupos por ciudad, como Hispamamis Hamburgo, con información más específica. Si bien sigue administrando los grupos, no es la única que genera contenido, sino que logró crear una comunidad que se mueve casi sola. 

Reinventarse


El blog Hispamamis duró poco más de un año pero fue el puntapié para su futuro emprendimiento. “Ya no quería seguir escribiendo sobre maternidad porque siempre quise trabajar y no me sentía tan identificada con las mamás que querían quedarse en la casa todo el tiempo. Me escribía muchísima gente, por Facebook y por mail pidiéndome consejos y ayuda, pero sentía muchas veces que me faltaban las herramientas para ciertas cosas”, recuerda. En una de sus visitas a Uruguay tomó contacto con el coaching, —disciplina desconocida para ella hasta el momento— y en ella descubrió su camino.

En 2016 Carina Planamente dio un giro a su carrera profesional y se anotó en el curso en línea “Experto en Coaching Profesional” de la escuela Crearte Coaching de Madrid, aprovechando que estaba de baja por maternidad por su segundo hijo y en paralelo comenzó a cranear el lanzamiento de su propia web, que vería la luz el día de su cumpleaños, el 3 de abril de 2017. Desde entonces trabaja como Life Coach Certificada enfocada en mujeres que viven en el extranjero y que se sienten estancadas e insatisfechas a nivel profesional y/o personal. Ofrece tres programas diferentes de coaching: “Despliega tus alas”, enfocado en aumentar la confianza personal; “Emprende el vuelo”, sobre la reinvención profesional, y “Primero yo”, que ayuda a optimizar los tiempos para que las mujeres puedan dedicarse a hacer cosas que las hagan felices, más allá de sus obligaciones laborales o familiares.

El precio actualde los programas ronda los 900 euros e incluye un acompañamiento personalizado. La mayoría de sus clientas son hispanohablantes residentes en Alemania, porque en su mayoría llegan a ella por Hispamamis, pero en realidad es para cualquier mujer que haya emigrado. El asesoramiento lo maneja cien por ciento de forma online, las sesiones duran 75 minutos, son cada dos semanas y el programa completo dura entre dos y tres meses, dependiendo del objetivo. 

“Lo que hace un coach es acompañarte. Te hace preguntas que vos hasta ahora quizás no te has hecho para que puedas pasar de un punto A a un punto B, de una situación actual a una deseada. Yo específicamente me centro en temas de autoconfianza, porque sé —y porque yo lo pasé— que es lo que más necesitan las mujeres que llegan a Alemania. Es una guía, un acompañamiento, yo no digo lo que la persona tiene que hacer, ayudo a través de preguntas o ejercicios a que cada una pueda encontrar las respuestas”, explica. A diferencia de una terapia psicológica, el coaching se centra en el presente y en marcar metas a futuro. “La primera sesión se define bien el objetivo del programa, porque si no está claro, no es medible. Después, en cada sesión vamos creando un plan de acción para ir acercándonos cada vez más a ese objetivo. Son miniobjetivos que se ponen ellas mismas con mi ayuda, además de ejercicios complementarios para que los vayan haciendo durante esas semanas. Las responsables de los resultados son ellas, porque las que actúan son ellas”.

Camilo dos Santos

En el salto de bloguera a emprendedora, una de las cosas que más le costó fue que la gente entendiera que ahora su asesoramiento ya no era gratis. Si bien continúa nutriendo los grupos que creó y compartiendo información, su ayuda como coach implica otro trabajo, otra dedicación y otra profundidad con las consultantes, lo que hace que pueda atender máximo seis clientas por mes.

“Muchas te dicen que cuando llegan sienten como si fuesen niñas otra vez y es exactamente cómo me sentí yo”, reconoce. La pérdida de confianza es una de las consultas más habituales, generada en gran parte por la dependencia de otros para poder manejarse en un país con un idioma extranjero y no poder insertarse con sus antiguas profesiones: “Piensan que solamente estando en un país donde hablan su propio idioma podrían desarrollarse profesionalmente y no, yo les quiero transmitir que ahora hay muchas formas de trabajar online pudiendo utilizar su idioma”. Para las mujeres que quieren emprender en el extranjero los miedos pasan por no conocer el idioma ni la burocracia, fracasar y decepcionar a la pareja o a la familia y que no funcione.

Para estas mujeres “renacidas”, creó otro grupo virtual llamada “Las fenixianas”, inspirado en el ave Fénix, que sirve de apoyo mutuo y nuclea a todas las mujeres emigrantes, sean madres o no.

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