La cultura japonesa ante el coronavirus, el wáter calefaccionado y la motivación de reemplazar al Niño Torres

“Estoy muy contento de volver a Japón, es un país que me gusta mucho y es una liga que me encanta, muy competitiva y con una infraestructura impresionante”, dijo a Referí el delantero formado en Nacional que este año defenderá a Sagan Tosu, club de la ciudad de Tosu, cercana a Fukuoka.

“En esta oportunidad es un equipo de Primera división, que últimamente tomó renombre por la llegada de Fernando Torres y ser el 9 que viene después que se va él es algo muy lindo y que te motiva”, contó el atacante que el año pasado jugó en O’Higgins de Chile.

Pero el coronavirus llegó a Japón y el fútbol se suspendió a mediados de febrero, cuando Sagan Tosu había jugado los dos primeros partidos del año y el delantero uruguayo aún no había debutado con su nueva camiseta.

“La situación está como en todos los países a nivel deportivo. Está todo parado”, señaló. “No pude llegar a jugar porque se disputó un partido de copa y uno de campeonato y no me habían llegado los papeles, hubo un problema del pago del préstamo, no habían mandado el TMS en tiempo y forma. Llegó un jueves, jugábamos el domingo contra Cerezo Osaka, iba a debutar ahí y no pude”.

El último partido de la J1 fue el 22 de febrero. Sin embargo, los clubes siguieron entrenando hasta esta semana, cuando Sagan Tosu liberó a sus jugadores

“Yo no estoy haciendo ningún tipo de cuidado más allá de los normales. Estaba entrenado de forma normal hasta hace tres días, que nos dieron 10 días libres ahora porque está todo parado y para cuidarnos un poco más”, señaló el delantero que en Uruguay jugó para Rentistas, Racing, Sud América y Plaza.

A diferencia de China, donde surgió el coronavirus y se decretó la cuarentena para su población, en Japón las medidas fueron diferentes, como en otros países de esa región que se manejaron de forma distinta al gigante asiático.

El gobierno japonés no decreto el aislamiento obligatorio a pesar de ser uno de los primeros países en los que hubo contagios.

“Acá está todo normal, la gente anda en la calle, está todo abierto”, conto Renzo. “Pero salgo lo menos posible. Porque yo pienso que esto lo sacamos todos juntos y que cuando más nos quedemos en nuestra casa y más nos cuidemos, antes se va a solucionar. Entonces, si no tengo necesidad de salir, me quedo en casa”.

El futbolista uruguayo de 25 años destacó la cultura japonesa como una clave para un modelo de prevención que viene siendo considerado exitoso, con 2.384 casos y 57 fallecidos hasta el momento, si bien en los últimos días hubo un repunte en Tokio que llevaron a estudiar la posibilidad de decretar la cuarentena en dicha urbe.

 “Japón es un país muy cuidadoso, muy ordenado, organizado, con una educación muy grande”, señaló López. “Es un país que no tiene pobreza, un trabajador de atención al público, como por ejemplo en McDonald’s, gana mucha plata. Está todo ordenado y hecho para que la gente pueda vivir con ciertas comodidades”, comentó

“A diferencia de Uruguay y Sudamérica, ahí no estamos preparados para este tipo de cosas. Ellos ya de por sí, en su vida habitual, usan tapabocas, alcohol en gel en todos lados. Es un tema diferente”, agregó.

El delantero también marcó las diferencias entre el país nipón y China. Consultado sobre el rumor que dice que el coronavirus surgió por una sopa de murciélagos y si en Japón también se consumían comidas que pueden ser extrañas para los uruguayos, el delantero resaltó que “Japón no tiene nada que ver con China, es un país completamente diferente”.

“El que no conoce, no sabe la diferencia que hay entre un país y el otro. Son totalmente opuestos en educación, cultura… Acá en Japón no se come nada raro. Es más, a los perros y a todos los animales los cuidan más que los uruguayos. Son como sus hijos. No hay perros en la calle. En ese tema acá son muy respetuosos. No he visto nada raro ni comido nada raro”, señaló.

El wáter calefaccionado y la carne más rica

En estos días en los que prefiere quedarse en casa, Renzo habla con su familia sobre el tema del momento y los quehaceres diarios. “Ellos me apoyan un montón”, señaló.

“Pienso que hay que estar todos juntos, con la familia y los amigos, y apoyarnos. Es muy difícil llevar este momento adelante porque uno tiene sus problemas personales, cada persona es diferente, a algunas le gusta estar encerradas y otras no”, expreso.

El delantero está “sorprendido” por la ciudad a la que el fútbol lo llevo a vivir este año. “Se llama Fukuoka, pero yo estoy en Tosu, que es al lado”, comentó. “Es una ciudad que tiene todo, muy tecnológica, y la verdad que me encantó. Y Tosu, a unos minutos, es muy tranquilo y muy lindo, parecido a Montevideo en algunas cosas porque tiene muchos espacios, árboles y plantes. Me gustó mucho también”.

Hablando de tecnología, en un país que suele tener siempre lo último, Renzo ya tiene su objeto que más le llamó la atención, un wáter inteligente y calefaccionado. “Cuando vas y te paras al lado, se levanta sola la tapa. Y cuando te vas a sentar esta siempre caliente la temperatura, es algo que me impresionó, tiene un sistema que se calienta automáticamente”, contó.

En sus ratos libres toma mate y trata de estar tranquilo en su casa luego de los entrenamientos. Su salida preferida es ir a comer. “Acá hay un tipo de carne que se llama yakiniku, una carne que para mí es la más rica que he probado en mi vida. La crían de una manera diferente a la nuestra y es espectacular, muy cara, pero espectacular. Y me gusta ir a comer ahí”.

El delantero de 1,92 metros guarda los “mejores recuerdos” de Nacional, donde se formó. “Es un club que me dio lo mejor a mí. Desde los 13 o 14 años estuve ahí, hice muchos amigos, mucha gente conocida y aprendí un montón”, expresó. Entre sus compañeros de generación dijo que tuvo muchos porque debutó más joven y estuvo en varias categorías. “Que sigan hoy en día están (Sergio) Cortelezzi, el Chino Moreira, Sebastián Gorga, Guillermo Méndez, Valentín Fornaroli, no me quiero olvidar de ninguno, pero hay varios, Ayrtón Boné, Álvaro Torres…”, contó.

Entre los planes que tenía este año estaban ir a ver algún evento de los Juegos Olímpicos de Tokio, los que finalmente fueron postergados para el año que viene. “Quería aprovechar ya que estaba en Japón para ir a ver algo, porque es un evento espectacular”, expresó.

“Acá no hubo repercusión por la suspensión. Lo veíamos venir todo el mundo porque no iban a querer que esto que está pasando se amplíe mucho más”, agregó Renzo, quien consideró que las autoridades tomaron la mejor decisión con la suspensión.

“No estamos en un momento para pensar en ningún deporte, creo que el fútbol no puede volver mientras el mundo así, sé que es un negocio muy grande y que vivimos de eso, pero es más importante la salud”, señaló.