La economía recuperó el nivel prepandemia

La economía uruguaya creció un 2,7% en el tercer trimestre y se ubicó en niveles similares (+0,2%) a los que tenía previo a la pandemia, en el último trimestre de 2019. Si bien se esperaba un desempeño positivo entre julio y setiembre, dada la mejora de la situación sanitaria y la consiguiente reapertura de actividades, el dato estuvo por encima de lo esperado por la mayoría de los analistas, e incluso el gobierno. Previo a la divulgación de los datos del tercer trimestre, el gobierno esperaba para 2021 un crecimiento de 3,5%, la mediana de los analistas un 3,1% y el más optimista de éstos un 3,6%, mientras que ahora, una vez que se revisen las estimaciones, el crecimiento se ubicará seguramente algo por encima del 4%.

En relación al mismo trimestre de 2020, el PIB se expandió un 5,9%, con una fuerte incidencia positiva de los sectores que más habían sufrido el impacto de la pandemia. El sector comercio, alojamiento y restaurantes creció 15,1% y explicó casi un tercio del crecimiento del trimestre (1,9% de 5,9%), mientras que salud, educación y otros servicios, que representan casi un cuarto del PIB, crecen 4,1%. Por su parte, incididas por el desempeño récord del sector frigorífico, las industrias manufactureras continuaron mostrando su dinamismo y crecieron 5,2% frente al mismo trimestre de 2020, con una incidencia de 0,6%. Transporte, almacenamiento, información y comunicaciones, servicios financieros y “actividades profesionales” crecieron 6,7%, 8,6% y 7,8%respectivamente, explicando algo más de un tercio del crecimiento del período entre todas.

Desde el enfoque del gasto, si bien todos los componentes se expandieron, el fuerte crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios (+28,5%) apoyado en el desempeño récord de las exportaciones de bienes, tuvo la mayor incidencia. A pesar del cierre de fronteras, que impidió un mejor desempeño de las exportaciones vía turismo receptivo, durante el tercer trimestre las exportaciones de bienes y servicios se ubicaron un 5,6% por encima del nivel del mismo trimestre de 2019. El consumo privado, que representa casi dos tercios del PIB, es el único componente que se mantiene debajo de los niveles pre-pandemia (tercer trimestre de 2019), un 4,8%.

A diferencia de lo sucedido en trimestres anteriores, en donde la recuperación estaba liderada por los menos afectados por la pandemia (agro y construcción principalmente), en este último trimestre la mitad del crecimiento lo explican los sectores más afectados y que a su vez son más intensivos en empleo. Comercio, salud, educación y otros servicios representan algo menos de un tercio del PIB, pero cerca de 45% del empleo. En particular, a pesar de crecer un 4,1%, las actividades vinculadas a la salud, educación y otros servicios —que representan un tercio del PIB— se mantuvieron un 2,2% por debajo del nivel de 2019, por lo que existe aún margen para crecer vía “recuperación del impacto de la pandemia” en este último trimestre del año.

Las cifras divulgadas del PIB estuvieron en línea con el desempeño del mercado laboral y de los principales indicadores adelantados. La tasa de empleo creció de 55% en el promedio del segundo trimestre a 55,5% en el tercero (55,9% en agosto y setiembre), y en octubre alcanzó el 56,8%, acercándose al nivel prepandemia y augurando un buen desempeño de la economía en los últimos tres meses del año. A su vez, esos mismos indicadores muestran que la economía habría seguido creciendo en el último trimestre del año. En octubre y noviembre, las ventas de nafta y las ventas de energía a comercios y servicios crecen en promedio casi un 2% en términos desestacionalizados frente al tercer trimestre, mientras que las ventas de gasoil crecen cerca de 4%. Por su parte, en octubre la recaudación de la DGI creció cerca de 3% en comparación con el nivel promedio del tercer trimestre.

El buen desempeño del último trimestre puso a tiro a Uruguay en la comparación regional en términos de recuperación del PIB, y si bien superó en 0,2% el nivel del último trimestre de 2019, se mantiene aún un 0,6% por debajo del promedio de ese mismo año, nivel similar al de las economías europeas, Argentina y Brasil. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las perspectivas en el corto plazo son algo mejores para nuestro país, considerando el mayor peso relativo que tiene el turismo en nuestra economía, las cifras del primer trimestre de 2022 deberían mejorar nuestra posición. A su vez, a diferencia del caso de Uruguay, en este último trimestre la economía de Paraguay ralentizó su velocidad de crecimiento mientras que Brasil, que alcanzó el nivel pre-pandemia en los primeros meses del año, se estancó a partir de ahí y cayó (levemente) en los últimos dos trimestres.

Afortunadamente hemos recuperado el nivel prepandemia varios meses antes que lo previsto anteriormente, aunque ello no debe cambiar el foco de la política económica: acentuar la velocidad de las reformas económicas con el objetivo de aumentar la productividad de la economía, en particular del sector no transable, logrando así crecer de forma sostenida a tasas del entorno del 3% que nos permitan seguir financiando sin problemas nuestro estado de bienestar. Lo sí quizás aparecerá con más ímpetu en 2022 serán los reclamos en torno a la recuperación del salario real, considerando que tanto la economía como el empleo parecen haber dejado atrás la pandemia, y el gobierno deberá hilar fino entre los objetivos de empleo, recuperación de los ingresos de los hogares e inflación.