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La guerra interna de Trump contra quienes lo investigan

El presidente de Estados Unidos no abandona la ofensiva y tira munición pesada contra quienes lo investigan
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20 de marzo de 2018 a las 05:00

Robert Mueller es quien supervisa, desde mayo de 2017, la investigación sobre los vínculos del gobierno ruso con la campaña electoral del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

Tiene 73 años y desempeñó por más de una década el cargo de director del FBI. En el año 2001 fue nombrado por el expresidente George W. Bush y se desempeñó en ese cargo durante buena parte de la administración de Barack Obama hasta su renuncia en 2013. Es una figura respetada por demócratas y republicanos en Washington.

En mayo de 2017, Mueller fue nombrado fiscal especial y se le encargó investigar la presunta colusión (pactar contra un tercero) entre Moscú y la campaña política republicana contra la candidata demócrata Hillary Clinton en las elecciones de 2016, que culminaron con la elección de Trump

El tema había salido a la palestra pública antes de la elección de Trump. Las agencias de inteligencia de Estados Unidos informaron en octubre de 2016 que Rusia pirateó y difundió información de asesores de Clinton para desprestigiarla. Obama, a poco de entregar el poder, anunció sanciones contra Moscú en respuesta y expulsó 35 diplomáticos rusos.

Lea también: Trump contra el equipo del exjefe del FBI Robert Mueller

Las investigaciones comenzaron luego de que, el 6 de enero, la inteligencia estadounidense responsabilizara al presidente ruso Vladimir Putin de estar detrás de la inteferencia. En ese momento, el Departamento de Justica, el FBI, las agencias de inteligencia y los comités de la Cámara de Representantes y del Senado comenzaron a investigar.

Trump a la ofensiva

Desde entonces, el tema se convirtió en un dolor de cabeza para el presidente. Pero lejos de silenciar el asunto, Trump no ha dejado de presionar para limitar o influir en la investigación, descartando siempre toda complicidad de su equipo con Moscú.

Los descubrimientos de los investigadores hicieron que apenas a un mes de comenzadas las pesquisas debiera renunciar Michael Flynn, asesor de seguridad del presidente. Dos meses después, Trump presionó al por entonces jefe del FBI, James Comey. Le pidió lealtad y que dejara la investigación contra Flynn. Comey se negó y esa acción le valió su despido.

Ocho días después de la destitución de Comey vino la nominación de Mueller por parte del Departamento de Justicia con el argumento que podría garantizar la necesaria independencia que requiere dicho proceso.

Pero el presidente siguió con su crítica y no desperdició oportunidad de criticar al al FBI, aún con imprecisiones.

En febrero, luego del atentado que dejó 17 muertos en un colegio en Florida, Trump dijo en Twitter: "Es una verdadera pena que el FBI haya omitido todas las señales enviadas por el tirador del colegio de Florida. No es aceptable. Pasan demasiado tiempo tratando de demostrar la colusión rusa con la campaña Trump: no hay colusión. ¡Vuelvan a lo básico y hagan sentirnos orgullosos!".

Hacía ya nueve meses que el FBI no dirigía la investigación, sino que estaba a cargo de Mueller.

Este domingo, el mandatario volvió a la carga. Pero en este caso no fue solo contra el FBI sino que, por primera vez, disparó directamente contra Mueller y su equipo.

"¿Por qué el equipo de Mueller tiene 13 demócratas endurecidos, algunos grandes partidarios de la deshonesta Hillary y cero republicanos? Un nuevo demócrata fue recientemente añadido. ¿Alguien piensa que esto es justo? ¡Y sin embargo, no hay colusión!", gritó Trump en Twitter.

Ante esta nueva embestida los legisladores de su partido advirtieron que se opondrían a un despido del funcionario. Lindsey Graham dijo a CNN que el fiscal especial "está avanzando a medida que va acumulando pruebas". La congresista dijo que es muy importante que el fiscal pueda hacer su trabajo "sin interferencias" y aseguró que varios de sus compañeros de partido comparten su punto de vista.

El senador por Carolina del Sur también dijo que si Trump tratara de despedir al fiscal especial "sería el comienzo del fin de su presidencia" y recordó que en Estados Unido rige el estado de derecho.

Por su parte, el abogado de la Casa Blanca Ty Cobb aseguró que Trump no considera despedir al fiscal.

Respondiendo a las "especulaciones" al respecto, "la Casa Blanca confirma una vez más que el presidente no considera el despido del fiscal especial Robert Mueller y no discute el tema", declaró Cobb.

¿Qué descubrió el equipo de Mueller?

Además de lo que se supo en cuanto a información pirateada por agentes rusos sobre asesores de la candidata Clinton, las investigaciones encabezadas por Mueller han descubierto múltiples contactos entre la campaña de Trump y Rusia.

Donald Trump Jr, el hijo mayor del presidente, se reunió durante la campaña electoral en la Torre Trump en Nueva York con una abogada rusa que supuestamente tenía información comprometedora sobre Clinton. A su vez, durante la transición hacia el nuevo gobierno, Flynn mantuvo contactos con el embajador ruso en Washington, Serguéi Kisliak.

A esto se le sum, que desde comienzos de la campaña para las elecciones primarias existía una organización llamada Agencia de Investigación en Internet –financiada por un ruso cercano a Putin- que ejerció una fuerte propaganda a favor de Trump y en contra de Clinton.

La organización usaba cuentas falsas en redes sociales con comentarios a favor de Trump y cuentas contrarias que se dedicaban a desinformar, además de actos con manifestantes pagos. Se estima que en septiembre de 2016, se le dedicó un presupuesto de más de US$ 1,2 millones por sus operaciones.

De todas formas, el número dos del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, Rod Rosenstein, aseguró que no encontraron indicios de que el resultado final de las elecciones hubiera sido sesgado por esta vasta campaña de propaganda.

¿Hay pruebas suficientes para involucrar a Trump?

Ninguna evidencia llega hasta ahora al propio presidente, como él mismo repite cada vez que puede.

La investigación de la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes concluyó que no hubo colusión, sin embargo, es cuestionada por la oposición demócrata.

La pesquisa sigue en la cámara alta con el apoyo de la mayoría republicana y de la oposición. Se espera que el informe vea la luz ponto.

Por su parte, la investigación encabezada por Mueller tendrá un plato fuerte el 17 de setiembre, cuando comparezca el exjefe de campaña de Trump, Paul Manafort, ante un juicio por esta causa.

Esta comparecencia se dará en plena campaña para las elecciones legislativas de mitad de período en las que el Partido Republicano intentará mantener la mayorías en ambas cámaras.

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