Diego Battiste

La polarización está en nosotros

“Acá no importa quién tiene la razón, acá lo que hay es un problema…”, Rafael Radi, en Telemundo

Tiempo de lectura: -'

02 de abril de 2021 a las 22:18

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

En estos días han circulado dos textos excelentes sobre un asunto del que me suelo ocupar en esta página. Facundo Ponce de León, en Búsqueda, presentó algunos argumentos del próximo libro de Julia Galef, filósofa norteamericana. Según ella, “los seres humanos tenemos dos maneras de posicionarnos frente a la realidad, dos mindset diferentes: combatir o explorar”. Así es: cualquiera sea nuestra actividad, podemos dedicarnos a intentar vencer o a procurar comprender. Dice Facundo: “Hoy los guerreros están al acecho, esperando señales: un anuncio en la conferencia de prensa para caerle al presidente; una comparsa sin tapabocas para caerles a los jóvenes; una votación en el Senado para caerle a la clase política; una vacuna que falla para caerle a toda la industria farmacéutica”. La otra posición, la del explorador, consiste en “tratar de acceder a la verdad que se muestra”: “Suena romántica, pero lo cierto es que hay personas que batallan contra sus prejuicios, sus motivaciones, sus creencias, e intentan comprender”. “La política –nos dice Facundo- está atravesada por la tensión entre estas dos mentalidades, con una clara ventaja y visibilidad de la actitud guerrera”.1 

Diálogo Político, de la Fundación Konrad Adenauer, por su parte, reprodujo un artículo publicado en La Nación, en setiembre del año pasado, titulado “¿Por qué no un decálogo antipolarización?”. El texto, escrito por Gastón Ain y Bautista Logioco, propone “diez claves para evitar caer en la polarización y recuperar la capacidad de dialogar sobre todos los temas con todas las personas”. La décima clave, de alguna manera, resume el argumento: “La polarización es un fenómeno cuasi global. Evitar que nos arrastre y rescatar el diálogo implica una decisión consciente ante cada conversación relevante que iniciamos. Resulta crítico comenzar por transformar la manera en la que entramos a las conversaciones sobre temas que nos importan. Para eso hay que romper un formato que parece tener una lógica de debate político, en el cual queremos ganar. Debemos eliminar la chicana, abstenernos de recurrir al ridículo para ilustrar un punto de vista, y escuchar, escuchar mucho y activamente. Pero fundamentalmente debemos hacernos cargo de que la responsabilidad de combatir la polarización es una decisión propia”.2

Muy de acuerdo. Eludir la polarización (prefiero “eludir” a “combatir”), dándole más espacio a la “actitud del explorador”, es una decisión propia. Cada uno de nosotros, en cada momento, en cada lugar, decidimos qué actitud tener, si la de comprender o la de combatir, si la de confrontar o la de escuchar. Soy de los que suelen pedirle a toda la elite política uruguaya, a tirios y troyanos, que hagan una tregua, una pausa en la circulación de facturas y reproches, que tiendan la mesa y se dispongan a comer juntos y a conversar amistosamente. 

Por el bien de todos, deberían hacerlo siempre, pero muy especialmente en las situaciones de emergencia. 

Pero debo admitir que sus bases de apoyo, sus militantes y votantes, suelen preferir a los líderes que no vacilan en ponerse el yelmo y la armadura, para ir al combate a cortar cabezas.

Un par de ejemplos ayudan a ilustrar este punto. Danilo Astori fue muy popular entre los frenteamplistas hasta que decidió, con Líber Seregni, apoyar la reforma constitucional de 1996 impulsada por la coalición de gobierno que, en ese momento, lideraban el presidente Julio María Sanguinetti y Alberto Volonté. La mayoría de los frenteamplistas jamás le perdonó a Astori que fuera capaz de apoyar propuestas o políticas de los gobiernos de los partidos tradicionales. 
Jorge Larrañaga encabezaba todas las encuestas dentro del Partido Nacional. Un día, hacia mediados de 2008, decidió que podía dar un paso más hacia el centro, y se sentó a tomar unos mates con José Mujica. Un año después había perdido el apoyo de la mayoría de los nacionalistas.

La decisión de qué tipo de política tener, si la política de la confrontación o la del diálogo, está en nosotros. Si castigamos a los políticos que se atreven a ser “exploradores” tendremos siempre políticos “guerreros”. 

Si, en el día a día, en nuestros ámbitos concretos de acción, preferimos imponernos a escuchar, difícilmente estemos dispuestos a premiar a los líderes que se atrevan a tender puentes. Nada nuevo bajo el sol. Lo habían enseñado tempranamente los atenienses. Lo hizo circular por la polis uruguaya José Pedro Varela: “Para establecer la república, lo primero es formar los republicanos; para crear el gobierno del pueblo, lo primero es despertar, llamar a vida activa, al pueblo mismo: para hacer que la opinión pública sea soberana, lo primero es formar la opinión pública; y todas las grandes necesidades de la democracia, todas las exigencias de la república, solo tienen un medio posible de realización: educar, educar, siempre educar”.3 

En democracia, existe un vínculo estrecho entre el comportamiento de las elites políticas y las preferencias de la ciudadanía. Si queremos mejorar la calidad de las prácticas democráticas en nuestro sistema político, si queremos que gobierno y oposición sean capaces de dialogar con serenidad, tenemos que mejorar nuestros propios comportamientos cotidianos. 

Si queremos que ellos, nuestros representantes, se escuchen, empecemos por escucharnos con un poco más de respeto entre nosotros.

1    Ver: ‹https://www.busqueda.com.uy/Secciones/Explorando-la-politica-guerrera-uc47139›.
2    Ver: ‹https://dialogopolitico.org/debates/por-que-no-un-decalogo-antipolarizacion/›. 
3    Ver: José Pedro Varela, Obras pedagógicas. La educación del pueblo. Disponible en: ‹http://bibliotecadigital.bibna.gub.uy:8080/jspui/handle/123456789/1130›.

Adolfo Garcé es doctor en Ciencia Política, docente e investigador en el Instituto de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República
adolfogarce@gmail.com

 

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.