La uruguaya que se reinventó para ser la voz de Amazon

Desde el estudio armado en su casa en Miami, Simone Fojgiel habla sobre su logro más reciente y los entretelones de su profesión

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01 de septiembre de 2020 a las 05:00

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Está la voz elogiada desde que la locución era solo un juego frente al espejo. Está también aquella que reconocen e identifican con cierta nostalgia los que por los años 90' escuchaban el programa Rumbo a las estrellas de Océano FM. 

Luego están las infinitas voces de Simone Fojgiel, creadas sobre un acento neutro que se escucha por distintos rincones del mundo y que son completamente anónimas. Con esa voz la uruguaya montó un emprendimiento en Estados Unidos que conquistó a clientes como Disney, Cirque du Soleil, Cartier, American Express, Fedex. AT&T, Walmart, Gillette, American Airlines, Sony, entre otro centenar de marcas.

Desde el estudio armado en su casa en Fort Lauderdale (Miami), Fojgiel habla sobre su logro más reciente: haber sido seleccionada por Amazon para ser la voz de un nuevo servicio interactivo. Será una asistente virtual para todos los pasos de compra de los usuarios del ecommerce y Amazon Prime Video. Hasta el momento, la locutora grabó, editó y procesó 2.200 frases para este proyecto.

El gigante del comercio electrónico y servicios de computación en la nube eligió su voz a través del banco de voces voice123.com, un marketplace o catálogo de locutores profesionales que oficia de intermediario entre estos y diferentes empresas o proyectos que los buscan. 

Fojgiel tiene claro que su profesión puede parecer simple. Sin embargo, en pocos minutos de conversación hace notar que su carrera requiere de una reconversión y actualización tecnológica constante y que implica no solo tener el talento y las habilidades técnicas, sino también saber venderse, generar redes para concretar negocios, conocer de marketing, de contabilidad, edición, diseño. Emprender valiéndose únicamente de una voz es competir constantemente con otras miles de voces por un mismo objetivo. "Si querés sostenerte en esta industria tenés que estar informado. Sos un malabarista que está con cinco bolos al mismo tiempo y no puede soltarlos", enfatizó.

Romper el techo

Después de 13 años de profesión, Fojgiel sintió que estaba alcanzando un techo en Uruguay. Su voz estaba "muy asociada" a la conducción en radio y a eso se le sumaba que en el país "hay muchos locutores para un mercado demasiado pequeño". "Yo sentía que era el momento de hacer un cambio", contó. Tímidamente empezó a incursionar en trabajos para el exterior desde un estudio que montó en Pocitos. "Vi que mi futuro estaba en el exterior, que Uruguay me quedaba muy chico. Mi forma de trabajar siempre iba más allá", reflexionó. 

Asuntos personales la llevaron a radicarse en Estados Unidos hace 14 años y fue en ese país donde dio el gran salto. "Me radiqué y un desarrollé un montón de cosas que dudo en Uruguay las hubiera podido desarrollar", señaló. Hoy, no obstante, entiende que la realidad es otra y que la pandemia terminó de confirmar que en su profesión es posible trabajar desde el lugar más recóndito para clientes de cualquier parte del mundo.

Aunque contar con la tecnología necesaria es lo más importante, otro punto para alcanzar a grandes marcas sin depender de los bancos de voz, es tener contactos. Fojgiel considera que en Estados Unidos, a diferencia de Uruguay, existe apoyo entre colegas. "En Uruguay hay talentos impresionantes peor no hacen intercambio. Siento que el conductor en Uruguay está aislado, para la suya. Se han hecho intentos de encuentros pero no hay asistencia masiva. Cada uno juega a la suya", subrayó. 

Una muestra de esa diferencia es la existencia de congresos de locutores en Estados Unidos. Fojgiel, que empezó a ir a estos encuentros en 2010, notó que la asistencia de hispanos era prácticamente nula, por lo que planteó al organizador de VO Atlanta (uno de los congresos de locutores más importantes de ese país) la posibilidad de crear un programa hispano en el evento. Al primero asistieron 20 y para el siguiente fueron 60 personas. Y finalmente dio otros frutos: los asistentes de habla hispana se inspiraron en ese evento y empezaron a organizar congresos de locución en sus países. "Para mi eso fue una misión cumplida. Tiré una piedra en un lago sumamente plácido y las ondas expansivas lograron que esas otras personas encontraran su vocación y enriquecieran a sus propias comunidades de locutores", expresó.

Fojgiel también trabaja como agente par una agencia de Oregon. Tiene bajo su ala a unos 30 locutores hispanos y cada vez que surge un trabajo para ellos, cobra una comisión. 

La reconversión y el futuro

Los cambios tecnológicos también impactaron en la industria de la locución. Por eso, la profesión del locutor requiere cada vez más del estudio constante. Simone Fojgiel sintió el impacto de estos cambios en carne propia. En 2015, la locutora perdió a uno de sus clientes centrales, una entrada económica "muy importante" ya que el volumen de avisos para radio y televisión era constante. De un día para el otro, ese cliente cambió de locutora sin aviso y trastocó los ingresos de la uruguaya. "Ahí me di cuenta que me tenía que reconvertir. Me había dormido en los laureles", dijo. 

Fojgiel contó que hasta ese momento se dedicaba "como una emperatriz" a esperar que los clientes fueran a buscar sus servicios. Pero para ese entonces la forma de captar clientes había cambiado y la locución ya había alcanzado otros ámbitos. Tenía que reinventarse por completo. "Tenía que aprender de posicionamiento en Google, SEO marketing, mejorar mis comunicación en las redes. Sentía que se me venía un tsunami encima. Me sentía perdida porque lo que pasó con ese cliente; me causó una depresión gigantesca. Fue muy fuerte pero a raíz de eso aprendí muchas cosas", recordó. 

En 2017 Simone Fojgiel ganó tres premios en los Voice Arts Awards (los "Oscars" de la locución) en Nueva York.

Con la ayuda de su sobrina -que se especializa en branding- recuperó y remontó su negocio. También pasó a dedicarse a la docencia y diseñó un programa virtual para alumnos de nivel intermedio a avanzado. 

Parte de esa reconversión estuvo dada por reconocer que su profesión dejó de centrarse en la locución publicitaria, y que hasta esa rama había atravesado grandes cambios con la llegada de medios como Youtube e Instagram.

Y la tecnología, además, generó nuevas oportunidades para los locutores, como el e-learning -aprendizaje virtual- y los audiolibros. Fojgiel afirma con total convicción que el futuro de la tecnología está en la voz humana. "La industria de los audiolibros está creciendo exponencialmente a nivel hispano. Lo mismo pasa con los podcast", ejemplificó. 

"La locución está alcanzando niveles maravillosos. Siempre digo a mis alumnos que la tecnología se está humanizando cada vez más y eso exige a los locutores estar más actualizados con respecto a nuestras técnicas", señaló. 

Parte de ese cambio también se asocia a lo que demandan los clientes. Las voces "acartonadas" muy impostadas y ceremoniosas dejaron de ser la regla. El mercado ahora exige un estilo coloquial y más horizontal. De hecho, eso mismo fue lo que le pidieron desde Amazon. "Me decían que tenía que ser yo. Tenés que ser una persona común y corriente y toda la locución actualmente tiende a eso, porque se ha horizontalizado como nunca la comunicación", sostuvo. 

 

Actor de la voz

Las tendencias en el mundo de la locución varían al ritmo de los cambios tecnológicos y generacionales. Fojgiel aseveró que hoy, "donde todo es tan fugaz", capturar la atención del público se volvió más desafiante que nunca. "Ahora todo es imagen y la gente se distrae muy rápido", indicó. 
Por lo tanto, las habilidades técnicas cobraron aún mayor fuerza. No alcanza con tener una voz hermosa; para ser locutor hay que "ponerse la camiseta" de aquello de lo que se habla o la empresa para la que se trabaja. Solo así un locutor puede ser capaz de conjugar el volumen, los cambios de ritmo, tonos y acentos de la mejor manera. "Cuando vos te empoderas y apoderas de la historia, todo cambia. Uno sabe cómo hacer una sana persuación, cómo hacer entender al otro lo importante", aclaró. Un locutor es conocido en Estados Unidos como voice actor (actor de la voz) justamente por saber apoderarse de otro rol. La gran diferencia con un actor, es que el locutor dispone de una única herramienta para hacerlo: su voz. 

 

 

 

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