Economía y Empresas > Seguridad Social

Las jubilaciones y el peso del desbalance generacional

Ser sustentables para pagar más pasividades por más tiempo y con menos trabajadores activos; un desafío para las cajas paraestatales y todo el sistema previsional
Tiempo de lectura: -'
25 de junio de 2017 a las 05:00

Así, y de la mano de una mayor expectativa de vida de las personas, cobran fuerza distintas alternativas como el aumento de la edad mínima para jubilarse o la ampliación de flexibilidades para retiros parciales, de modo que las personas extiendan su permanencia en el mercado de trabajo.

El envejecimiento de la población por el que atraviesa Uruguay es el resultado de una evolución positiva en la sociedad, pero al mismo tiempo genera desafíos políticos, fiscales y económicos que atender. Esa idea, que fue planteada para el caso local por un estudio reciente del Banco Mundial y Cepal, gana cada día más vigencia y se hace evidente en los diferentes sistemas previsionales que conviven en el país, que comienzan a crujir con el desbalance generacional.

En la medida que más gente va alcanzando la edad para jubilarse y son menos las personas en edad activa, la subsistencia de los sistemas de seguridad social gana peso en el debate político.

El peso del sistema previsional en la economía nacional ha venido creciendo fuertemente en los últimos años, empujado tanto por un aumento del número de jubilados como del monto de las pasividades. Como ejemplo, hasta 2014 la asistencia de Rentas Generales para cubrir el déficit del sistema gestionado por el Banco de Previsión Social (BPS) apenas superaba los US$ 100 millones. En los últimos años el panorama cambió y para 2017 el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), prevé cubrir una brecha entre ingresos y egresos de más de US$ 600 millones en la caja del BPS, equivalente a 1% del PIB.

A ello se suma la asistencia financiera que año a año el gobierno debe realizar para garantizar los dos servicios de pasividades centralizadas en el Poder Ejecutivo: la Caja Policial y la Caja Militar, que se plantea reformar.

El desafío de ser sustentable en el mediano y largo plazo también ocupa a dos cajas paraestatales: la de los escribanos y la de los profesionales universitarios, que hoy consideran introducir ajustes. En el caso de los empleados bancarios, a casi una década de la reforma se considera que se están cumpliendo los objetivos marcados por ley para hacerla sustentable.

Ajuste en marcha

A mediados de 2016 la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profesionales Universitarios resolvió eliminar algunas prestaciones extraordinarias que brindaba para atacar desequilibrios en sus números, cuyos primeros resultados se espera comiencen a verse en el ejercicio 2017. Y está en carpeta la presentación de un proyecto para proponer la reforma de la carta orgánica, para lo que se requiere iniciativa del Poder Ejecutivo y sanción del Legislativo.

En diálogo con El Observador, su actual presidente, Álvaro Correa, explicó que la caja es hoy una institución solvente desde el punto de vista patrimonial. Eso no quita que tenga aspectos que atender para asegurar su viabilidad. Es que hasta hace algunos años, la caja pagaba los beneficios de seguridad social e incluso daba ganancias que engrosaban las reservas.

Actualmente, logra equilibrar sus números con ingresos adicionales generados por ese colchón de capital (unos US$ 400 millones), que han dejado de crecer. Correa explicó que hasta la fecha no hubo que recurrir a esos fondos para cumplir con el pago de las prestaciones, pero es una posibilidad cierta a partir del año próximo en la medida que lo generado por las reservas no sea suficiente.

En 2015 el déficit operativo había sido de US$ 8,5 millones, tras obtener resultados neutros en 2014. Para 2016 se había proyectado un rojo de $ 700 millones (unos US$ 23 millones). Los números oficiales se conocerán esta semana. Correa adelantó que el ejercicio pasado muestra que los pagos de prestaciones aumentaron en $ 1.000 millones, mientras que la recaudación por aportes creció $ 600 millones.

La caja tiene hoy 58 mil cotizantes y realiza unos 15 mil pagos entre jubilaciones y pensiones. "Con un colectivo de aportantes más grande que el colectivo de beneficiarios no debería ocurrir. Hoy la situación en la caja tendría que ser cumplir con las prestaciones de todos los pasivos y seguir acumulando reservas. Hasta ahora las reservas de la caja no han disminuido, pero la tendencia es que si no generamos los cambios pueda suceder", alertó Correa.

Aunque la relación entre activos y pasivos es de casi 4 a 1, una buena parte de los cotizantes aportan en la categoría 2 porque la ley así lo permite. Eso implica una jubilación menor, pero también menos aportes que categorías más elevadas. Al haber cada vez más trabajadores que optan por quedarse en la segunda categoría, la Caja de Profesionales se está financiando con un promedio de aportes de unos $ 8 mil por cotizante, pero debe solventar pasividades promedio de $ 50 mil.

La experiencia bancaria

En 2008 la Caja Bancaria utilizó US$ 44 millones de sus reservas para el pago jubilaciones y pensiones, por lo que en diciembre de ese año solo le quedaron en ese fondo US$ 26 millones que, sumados a los ingresos corrientes, no alcanzaban para cubrir el presupuesto de 2009. Para afrontar esa situación, modificó su modelo de financiamiento para evitar la quiebra y poder generar las condiciones para ser sustentable.

El presidente de la Caja Bancaria, Gustavo Weare, sostuvo que desde 2009, cuando empezó a aplicarse la reforma, la institución tiene resultados positivos y ha capitalizado reservas que permitirán responder al aumento de las altas jubilatorias, que comenzará a verificarse de forma progresiva a partir de 2019. Para el ejercicio 2017 el pago de pasividades requerirá un desembolso de unos US$ 530 millones.

Los avances de la tecnología suponen transformaciones permanentes en el mercado laboral y el empleo bancario y financiero no escapa a ello. Hoy, por ejemplo, las instituciones financieras no reponen la totalidad de las vacantes que se generan y la creación de nuevos puestos de trabajo no tiene el mismo ritmo que en el pasado. Weare dijo ser "optimista" en que el modelo de financiamiento que tiene la caja permitirá acompasar esos cambios.

El sistema se nutre de aportes patronales, de trabajadores y de jubilados que tenían esa condición al momento de la reforma. A eso se suma una contribución transitoria del Estado que el año pasado representó 2,5% del total de ingresos operativos (unos US$ 13 millones). Ese aporte comenzará a reducirse entre 2019 y 2020, al igual que el adicional de los aportes que realizan las empresas y jubilados de forma transitoria, una vez que las reservas de la caja alcancen el 50% del presupuesto estimativo de prestaciones y gastos de funcionamiento para el ejercicio siguiente. Al cierre del año pasado las reservas de la caja ascendían a US$ 231,8 millones. "Hoy no hay ningún elemento que nos lleve a la necesidad de revisar lo que está planificado", afirmó Weare.

Escribanos con luces amarillas

Las proyecciones que hoy maneja la Caja Notarial marcan un horizonte de 20 años de sostenibilidad. De todas formas, el deterioro de sus números en los últimos tres años encendieron las primeras luces de alerta. Su presidente, Pablo Arretche, explicó que se están estudiando las causas del desfasaje que tiene la caja para proponer medidas de ajustes que "tengan el menor impacto posible" en sus afiliados. "Los aportes han bajado porque ha bajado el trabajo notarial y eso se traduce en menores ingresos para la caja. A ese se le suma el crecimiento de la expectativa de vida y la revaluación de las pasividades en los últimos 15 años", apuntó.

La caja cerró sus últimos tres ejercicios con números en rojo. En 2016 el déficit fue de US$ 8 millones, un año antes había sido de US$ 4,2 millones y en 2014 de
US$ 5,4 millones.

"Tenemos un horizonte de 20 años de sustentabilidad. Pero hay desequilibrios entre lo que representan las prestaciones y los aportes", afirmó el Gerente General de la Caja Notarial, Héctor Bastón

Jubilados
undefined

Algunas claves


Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias

Al cierre del año pasado tenía 20.714 cotizantes y 17.265 pasivos, de los cuales 10.669 eran jubilados y el resto pensionistas. Eso da una relación entre activos y pasivos de 1,21. Las proyecciones marcan que en 2049 los jubilados serán unos 22.000 y se superará por primera vez a los afiliados cotizantes que serán unos 21.600. En el ejercicio anterior la caja obtuvo superávit por US$ 13,9 millones .

Mayoría con trabajo dependiente

La Caja de Profesionales Universitarios pagaba al cierre de 2016 unas 11 mil jubilaciones y 4 mil pensiones. De 120.000 profesionales que hay registrados en Uruguay, 58 mil son los que aportan a la caja, y el resto tienen declaración jurada de no ejercicio libre de la actividad porque se desempeña como dependiente. Este año se puso la mira sobre 1.800 profesionales que podrían estar evadiendo aportes.

El sistema de los escribanos

La Caja Notarial cubre a los escribanos públicos y a sus empleados. Al cierre de 2016 tenía 7.593 cotizantes que financian algo más de 2.000 jubilaciones por un monto promedio mensual de $ 60.300 y 700 pensiones por una media de $ 44.600. En la actualidad la relación entre activos y pasivos es de 2,7 y se prevé un deterioro progresivo. La relación proyectada para 2050 es de 2,5 activos.

La hora de la reforma en la Caja Militar

El Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas recibirá esta año una transferencia de Rentas Generales por US$ 546 millones y para 2020 ese aporte superará los US$ 700 millones. El gobierno se propone reformar la caja con el objetivo de disminuir progresivamente el déficit. Apunta a aumentar la edad de retiro y la cantidad de años de servicio, además de reducir los topes a las jubilaciones más altas.

Caja Policial recibirá US$ 190 millones

El Servicio de Retiros y Pensiones Policiales cuenta con aportes de 31.000 funcionarios en actividad y paga 18.863 jubilaciones. En 2016 la caja recibió de Rentas Generales US$ 156 millones y para este 2017 le fue aprobada una transferencia de US$ 190 millones, informó el semanario Búsqueda. En 2008 se modificó la edad y los años de servicio de los funcionarios para poder jubilarse, entre otras reformas.


"Las organizaciones previsionales tienen un gran problema, enfrentar un cambio en las estructuras demográficas que en Uruguay es más avanzado", dijo el presidente de Caja de Jubilaciones y Profesionales Universitarios, Álvaro Correa.

    Comentarios

    Registrate gratis y seguí navegando.

    ¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

    Pasá de informarte a formar tu opinión.

    Suscribite desde US$ 345 / mes

    Elegí tu plan

    Estás por alcanzar el límite de notas.

    Suscribite ahora a

    Te quedan 3 notas gratuitas.

    Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

    Esta es tu última nota gratuita.

    Se parte de desde US$ 345 / mes

    Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

    Elegí tu plan y accedé sin límites.

    Ver planes

    Contenido exclusivo de

    Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

    Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

    Cargando...