Lo de Ecuador en Uruguay, no

Los videos circulantes en las redes sociales desde Guayaquil y Quito muestran la cara más cruel de la anomia social, con jóvenes encapuchados incendiando autos, secuestrando personas, asesinando, tomando por asalto un canal de televisión y amenazando a los conductores en vivo y en directo. Mientras tanto, al mismo tiempo, en el tranquilo verano uruguayo, el tema de conversación giraba en torno al desafortunado tuit del senador Mario Bergara, relacionado con la tragedia de los Andes, nuevamente en boca de todos debido a la exitosa película de Netflix "La Sociedad de la Nieve".

El problema de la seguridad pública y la amenaza de que el narcotráfico y la violencia se arraiguen en Uruguay están en el horizonte. En los últimos días, varios actores políticos parecen haber aceptado el desafío planteado a fines del año pasado por el ministro de Defensa Nacional, Javier García, respecto a la necesidad de un acuerdo nacional que trascienda las fronteras de los partidos y busque puntos de coincidencia.

Es importante recordar que, a lo largo de la primera mitad de 2023, el Ministerio del Interior intentó involucrar a todos los partidos políticos, incluso al Frente Amplio (FA), en una mesa de discusión sobre el tema. A pesar de los aportes del FA, este decidió no firmar el documento final y lo rechazó.

De estas mesas, respaldada por nacionalistas, colorados e independientes, y en parte por Cabildo Abierto, surgió el documento "Estrategia de Seguridad Integral y Preventiva", que consta de 16 propuestas.

Las mismas son el producto de reuniones lideradas por Diego Sanjurjo, politólogo y especialista en políticas públicas de seguridad y desarrollo, actual coordinador de Estrategias Focalizadas de Prevención Policial del Ministerio del Interior. Abordan problemas fundamentales en términos de seguridad ciudadana. Este innovador plan sienta las bases para seguir construyendo políticas de Estado que mejoren significativamente las estadísticas del delito y el combate al narcotráfico.

El documento respalda la necesidad de sistematizar la información relacionada con el crimen, mejorar y establecer un flujo de datos transparente entre las distintas reparticiones del Estado, coordinar eficazmente, crear divisiones especializadas como la de Homicidios, involucrar a las comunidades en la prevención y modernizar todo lo relacionado con la represión y la inteligencia.

La nueva estrategia, aprobada a mediados del año pasado, también avanza en medidas que junto con el trabajo del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) enfrentan la precaria situación carcelaria, aspecto clave en la lucha contra la delincuencia, así como la modernización de las políticas de reinserción de los liberados.

Uruguay se juega mucho en la implementación de esta estrategia y en la obtención de resultados a corto y mediano plazo. Las 16 medidas cuentan con el apoyo decisivo del ministro del Interior, Nicolás Martinelli, quien ha tenido la virtud de escuchar, respaldar e impulsarlas con convicción.

Esta estrategia es el punto de partida sobre el cual construir cualquier acuerdo nacional del que se habla en estos días, porque el tiempo apremia y no hay propuestas nuevas sobre la mesa.

El programa recientemente aprobado por el Frente Amplio para los próximos cinco años no es antagónico con lo que está haciendo el Ministerio del Interior que aborda la problemática de la inseguridad de una manera integral, técnica y realista. Es lo que hay que hacer; por donde había que empezar.

Tanto el senador del Movimiento de Participación Popular, Alejandro Sánchez, como el propio Bergara, se han manifestado públicamente a favor de avanzar en un acuerdo nacional. Sería un paso gigante que Uruguay debe atreverse a dar.

Escuchando analistas desde Ecuador que intentan explicar lo que está sucediendo allí, hablan de que la violencia desatada tiene dos componentes esenciales: la falta de acuerdos políticos a tiempo, la profundización de la temida grieta, y la corrupción rampante generada por el poder económico y de fuego del narcotráfico.

En Uruguay, el control está en manos del Estado. Por lo tanto, sería una señal poderosa para el crimen organizado ver al sistema político respaldando esta "Estrategia de Seguridad Integral y Preventiva" y construyendo a partir de ahí los acuerdos nacionales que sean necesarios.

Sanjurjo, en Twitter esta semana, compartió una reflexión tan triste como real: "En 2018, Ecuador tenía la mitad de los homicidios por habitante que Uruguay. En 2019, la situación comenzó a descontrolarse, primero en las cárceles y luego en los barrios. En 2021, el gobierno de Ecuador decretó el Estado de excepción y desplegó a los militares para combatir al crimen organizado. Sin embargo, los resultados fueron devastadores, y en tres años, los homicidios se cuadruplicaron. Hoy, Ecuador tiene el doble de homicidios que Uruguay y parece encaminarse hacia ser un Estado fallido".

El senador del MPP Pacha Sánchez le respondió: "Si no logramos construir una política integral de seguridad ciudadana, seguiremos fracasando (...) Necesitamos un gran acuerdo nacional, político y social".

Fue entonces cuando Sanjurjo entró en polémica y le cuestionó la falta de respaldo del FA a la nueva estrategia, pese a haber estado sentado en la mesa. Y culminó: "Como sabes, al final el FA decidió no dar su apoyo a la Estrategia, echando por tierra el acuerdo. ¿Y si damos vuelta la página y nos sumamos?".

Es evidente que detrás de las palabras se esconde la imperiosa necesidad de dar pasos para consolidar la estrategia implementada por el Ministerio del Interior y sumar. Apoyarla políticamente, dejarla fuera de la campaña y ser sinceros resulta fundamental para abordar el principal problema de los uruguayos. Nadie, absolutamente nadie, saldrá ganando si Uruguay cae en la misma situación que Ecuador.

Las semillas de un nuevo paradigma en materia de seguridad están plantadas. Pronto comenzarán a despuntar los primeros brotes. Ahora es necesario consolidar su crecimiento y regar la tierra para que crezca firme y fuerte. Es una tarea en la que nadie puede estar ausente.

Si hay un aprendizaje que nos deja a los uruguayos “La Sociedad de la Nieve” es justamente ese, que, ante la posible tragedia, la unión es lo que al final te salva.