Los problemas de los blancos y qué números hacen

¿Cómo se explica esta reacción? ¿Es simplemente la negación de una realidad o tienen otros datos? ¿Qué números manejan? ¿Cómo los procesan? ¿A dónde creen que se fueron esos votos? ¿No les preocupa Ernesto Talvi como una amenaza en el frente opositor? ¿Cómo visualizan el crecimiento de Guido Manini Ríos?

Esas serán las preguntas que intentaré contestar –con la información de ellos y un poquitito de análisis personal– en la newsletter de hoy. Aquí vamos.

Los votos que ya se fueron y los que quedaron en stand by

Si mirás las gráficas de evolución de la intención de voto de todas las encuestadoras acá en el Monitor de Encuestas, la tendencia es la misma: en caída.

Pero el equipo de Luis Lacalle Pou tiene sus propios números y además de las encuestas que compra (sustancialmente a Equipos), administra otro tipo de información para analizar la coyuntura política. Quien está al frente de este trabajo es el sociólogo y magíster Óscar Licandro, que también trabajó para el candidato en la campaña pasada y ya lo había hecho en 2009 con Luis Lacalle Herrera. 

Los últimos dos informes presentados en las reuniones semanales del comando lacallista –y a los que accedió El Observador– ayudan a entender por qué el líder nacionalista no está tan preocupado por las encuestas.

Aquí, las principales conclusiones a las que llegan con esos números, que luego veremos cuáles son,  cómo los procesan y qué matices puede hacerse:

• El Partido Nacional llegó a su piso, o al menos está cerca. Difícilmente caiga más.
• Parte de la caída son votos que ya se definieron por otros partidos u otros candidatos. Pero otra buena parte, sostienen los lacallistas, están en “stand by”.
• Cuando estudian el perfil de esos votantes que ellos llaman en “stand by”, se aprecia que algunos fueron votantes de (o al menos manifestaron cercanía con), Juan Sartori y sobre todo de Jorge Larrañaga. Creen que con ambos dirigentes en la cancha, se puede recuperar a la gran mayoría de ellos.
• La amenaza de Talvi, que viene creciendo fuerte según algunas encuestas pero no tanto según otras, se enfrenta a la dificultad de por dónde seguir aumentando en la intención de voto. Y por el perfil de esos votantes en “stand by”, los blancos ven difícil que Talvi los capture.
• Manini, que es la otra amenaza para los blancos –no tanto por alcanzar a Lacalle Pou sino para quitarle votos que emparejen la competencia con Talvi–, tiene una tasa más alta de respuesta cuando se le pregunta al electorado no frenteamplista a quien “nunca votarían” (34% versus 20% de Talvi y 20% de Lacalle Pou).

 Pero también es cierto que los datos que manejan los nacionalistas también encienden varias luces amarillas.

Cuáles son sus números

¿Cuáles son las fuentes de información de los blancos para llegar a esas conclusiones? Por un lado,  Licandro elaboró un completo informe, departamento por departamento y luego de estudiar todos los circuitos, del resultado de las internas.

Por otra parte, el equipo de Lacalle Pou realiza encuestas autoadministradas a través de Facebook e Instagram (técnica que en el mercado utiliza Radar), a las que luego pondera según los resultados que da el relevamiento mensual de Equipos que se realiza siempre en las mismas fechas, dado que los resultados “crudos” tienen un sesgo grande.

¿Qué explicación le dan a la nueva coyuntura? Según este cuadro, la razón principal de los que ya se fueron tiene nombre y apellido: Juan Sartori. De los que están “stand by”, Jorge Larrañaga.

Lacalle Pou (que tuvo 245 mil votos en la interna) retiene casi el 90% de sus sufragios. Entre los que votaron a Juan Sartori en la interna (95 mil votos) casi la mitad ya se fue. Solo 27% asegura que votará a los blancos en octubre, 44% tiene intenciones de votar a otros partidos y 23% está dudando o no tiene idea. En el caso de los votantes de Larrañaga en la interna (80.500) hay 20% que se fue, pero la gran mayoría de los que están dudando, creen los blancos, es posible recuperarlos.

La encuesta de los blancos les preguntaba también a quién pensaban votar antes de las internas y su intención de voto actual. En este cuadro se ve cómo el Partido Nacional es –de los grandes– el que tiene una fuga porcentual mayor (28%). Aquí, una de las señales amarillas más intensas para los blancos.

El FA tiene una fuga de 15 puntos y los colorados de 20 de los que pensaban votarlos. El que menos riesgo tiene comparado con la previa a la interna es Manini (10 puntos).

El dato que les da confianza a los blancos para afirmar que es posible recapturar a buena parte de ese electorado “perdido” entre la interna y agosto es que cuando se abre la pregunta de quiénes son los candidatos en los que piensan los que responden que “están dudando entre dos o tres”, Lacalle Pou es de los más mencionados. Pero, acoto yo, la otra señal amarilla intensa es que Talvi está arriba de él en esa preferencia y es su principal competencia.

Cómo son los votantes de Sartori, Larrañaga y Talvi

La otra fuente de información para el análisis de los blancos fue un relevamiento circuito por circuito, segmentado por ubicación geográfica y promedio de edad de los habilitados (algo similar a lo que hicimos aquí la semana pasada pero con el agregado de la información territorial) del voto de las internas.

Allí lo que se ve son los perfiles de votantes muy claros de Sartori y Larrañaga por un lado y de Talvi por el otro. ¿Por qué es importante esto?

Por un lado el comando de Lacalle Pou tiene el desafío de lograr que los dos precandidatos que perdieron la interna puedan aportar a su candidatura ese perfil de votantes al que Lacalle no llega.

Grosso modo podríamos decir: Sartori es más fuerte en las capitales departamentales y en Montevideo y su área metropolitana. Y si vamos a ver al detalle en qué circuitos de esas ciudades, es en los cinturones más pobres. A la vez, como te mostraba la semana pasada con los datos procesados por El Observador, Sartori es más fuerte en los segmentos más jóvenes. Algo que a la vez se profundiza cuando mirás la edad en los barrios más pobres.

Este cuadro (realizado en el informe de Licandro sobre el voto en las internas en Montevideo) lo demuestra.

Entre los habilitados con promedio de edad más bajo en los circuitos de nivel socioeconómico más bajo, Sartori llegó al 42% de los votos.  En los circuitos de la misma edad, pero de los barrios con NSE alto, tuvo el 10% de los votos.

Larrañaga tuvo sus mejores registros (25% de la interna blanca) en localidades pequeñas, seguido por las localidades de entre 1.000 y 1.500 habitantes y las capitales departamentales.

Por el otro lado, este análisis también sirve para ver el perfil del votante de Talvi. Y es verdad que, al igual que Lacalle Pou, no tiene muchos puntos de contacto con los de Sartori y Larrañaga.

Si uno mira las encuestas (datos similares a los reflejados por el relevamiento de los blancos ya lo habían mostrado algunas encuestadoras profesionales), lo que debería preocupar a Lacalle es el crecimiento de Talvi, porque si se profundiza esa tendencia y la de su caída, correría riesgo su presencia en el balotaje.

El líder blanco sabe que esa posibilidad existía, según dijo en esta nota, desde mucho antes de que lo mostraran las encuestas. “Nunca supuse que el Partido Colorado iba a competir para perder”.

Los blancos advierten que el perfil del votante de Talvi es muy urbano, pero con un perfil bien diferente al urbano de Sartori.

Por último está el factor Manini Ríos. Los datos de la interna permiten sacar varias conclusiones sobre el perfil del votante de Cabildo Abierto, que fuimos desgranando en varias notas que podés encontrar acá. Un factor sorprendente es que tiene muy buena llegada entre los más jóvenes. ¿Qué agrega el estudio de los blancos? Confirma que Manini Ríos votó muy bien en los barrios pobres.

Opción y los que están en duda

Esta semana la consultora Opción presentó un interesante análisis que si se hila fino tiene puntos de contacto con los números de los blancos. El principal dato de ese informe es que uno de cada tres votantes no está seguro o está indefinido sobre lo que hará en octubre.

Estamos acostumbrados a que las encuestadoras hagan el camino inverso. Tal vez presionadas por nosotros, algunas tienden a preguntar y preguntar para lograr proyectar el voto de los que están indecisos.

Este informe logró mostrar la otra cara. Algunos de los que vemos como decididos por un candidato, tal vez no lo están tanto y luego pueden cambiar su voto. Esto es algo que ya vienen diciendo varios de los expertos en opinión pública: hay una volatilidad alta, sobre todo dentro del bloque opositor, que puede deparar cambios de acá a las elecciones.

El informe completo, que lo podés ver acá, muestra que quien tiene el piso más alto es el FA. Su participación en el balotaje es segura. Luego, blancos y colorados tienen un voto seguro, pero otra proporción está en duda, mayoritariamente dentro del bloque opositor.

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